— ¿Qué haces aquí tan solo? Ya casi es de noche. —dijo Lindsey claramente exasperada.
Sin levantar la cabeza del escritorio, Gerard la miró con ojos somnolientos. Precisamente estoy aquí porque se está haciendo de noche.
—Qué desperdicio.
Las puntas de su corto cabello cayeron sobre sus hombros cuando se acercó a exhalarle en la cara el humo del cigarrillo. Gerard movió la mano para alejarlo y se acomodó mejor sobre su silla, mirando con hostilidad a la elegante silueta de Lindsey, mientras ésta se contoneaba por toda la oficina.
Vestía un corsé negro con cintas moradas y un collar de perlas que rebotaba contra su busto a cada paso que daba, pantalones de vinilo y botas de tacón de aguja.
Si no fuera por el auricular que llevaba, parecería una modelo de revista gótica tomando un receso en su sesión de fotos.
El traje le sentaba muy bien.
— ¿Acaso no está prohibido fumar aquí?
—Sí, para todos excepto para mí.
La princesa siempre es la excepción para todas las reglas. Gerard inhaló profundamente.
Lindsey apagó su cigarrillo, se sentó en el escritorio y cruzó las piernas. Gerard observó los restos del largo y delgado cigarrillo, era una marca de lujo comparada con los cigarrillos que él solía fumar, que eran más parecidos a clavos de ataúd. Ver que casi lo había apagado entero, le pareció un verdadero desperdicio.
Ah, gozar la vida de los ricos, pensó Gerard. Lindsey ignoró su angustia interna mientras revisaba las páginas de un expediente con sus elegantes dedos.
—Por favor, ya sonríe. Has mejorado tu estadística últimamente. Tu productividad ha subido bastante. Has encontrado nuevas criptas a diestra y siniestra. —Se giró mirando a
Gerard, que seguía sentado desganadamente en su silla, y dijo —. ¿Ese chico te está dando información?
— ¿Eh?
—El vampiro al que le gustas. El chico con la cabellera plateada. Es un descendiente directo, ¿cierto? Definitivamente has atrapado un pez gordo.
—Yo diría que en vez de atraparlo, fui atrapado. Amenazó con acosarme si no lo dejaba seguirme.
—En materia de acosadores, éste definitivamente es uno lindo.
—No hay nada lindo en él. Me gustan las chicas, ¿sabes? El que me siga todo el tiempo no es algo que me emocione y no hay que olvidar el hecho de que es un vampiro. Además...
— ¿Además?
—Nada.
Gerard retiró la mirada y no dijo ni una palabra más. Jamás le contaría que las "remuneraciones" diarias que el chico le exigía consistían en sesiones de besos. Su reputación como cazador estaba en juego. Sin embargo, Lindsey, con esa nariz de sabueso que la caracterizaba, se percató inmediatamente de que Gerard ocultaba algo.
—Ahora que lo pienso, no has requerido dinero para sobornos. ¿Exactamente cómo lo estás compensando? Y no me digas que sus servicios son gratuitos.
—Porque... iba a enviar todos los gastos al mismo tiempo.
—La regla dice que a los informantes se les paga por día. Dinero o bienes. No te estás aprovechando de las buenas intenciones del joven, ¿o sí? Eso iría en contra de los principios del Grupo.
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I Want To Bite [Frerard]
VampirSus respiraciones eran erráticas. Sus bocas se separaron y Frank gimió, quería más. El lascivo movimiento de su lengua y labios brillantes provocaron que Gerard jadeara antes de besarlo nuevamente con una feroz pasión. El deseo superó los sentimient...