Capitulo cinco: Desde el anochecer al amanecer 1/2

461 58 16
                                    

Lindsey como siempre iba vestida para matar. —De acuerdo, sólo para asegurarnos, repasémoslo una vez más. —Dijo pacientemente.

Gerard no refunfuñó y examinó la lista hasta que Lindsey se la quitó de las manos.

— ¿Qué?

—Mejor concéntrate en la nueva misión. Preocuparte por cosas como ésta no te ayudará a capturar a Robert.

—Tú fuiste la que me encargó esta misión.

—Eso es a lo que me refiero. Hablé con Frank antes de que llegaras, la mayoría de las nuevas infecciones están relacionadas con Robert. Mátalo y exterminarás la línea viral, elimina la causa y los efectos le seguirán. Una vez que dejemos de lidiar con los vampiros superiores, ninguno de los que se encuentren por debajo del nivel de los lacayos sufrirá los daños colaterales. En otras palabras, podemos ignorarlos por el momento.

—Ignorarlos...

—De hecho, una vez que la línea de Robert sea exterminada, las víctimas infectadas que requerirán atención inmediata son éstas —dijo mientras tomaba una hoja de papel para enseñársela.

— ¿Sólo dos?

—Así es. Nada que la policía no pueda manejar. De hecho, ya les he dado todos los detalles.

—En ese caso, debimos hacerlo desde el inicio.

—Bueno, ya tenía la logística de la cacería de ayer planeada y era demasiado tarde para cambiarla.

—Lo lamento Gerard, pero tampoco se me ocurrió. —Frank inclinó la cabeza en señal de arrepentimiento.

Gerard lo miró de reojo sin contestar. Lindsey rompió el silencio. —Está bien, Frank. Apenas ha pasado un día. Haces lo que puedes.

— ¿Por qué lo estás apoyando? —preguntó Gerard enfurecido.

—Ah, cállate. Últimamente has estado muy alterado. ¿Qué? ¿No has tomado suficiente calcio en tu dieta? La leche es buena para tu salud, ¿lo sabías?

Frank intervino. —Hablando de leche, se nos acabó así que compré más.

— ¿Ah, no me digas? Bueno, espero que la disfrutes.

—Santo Cielo, eres insoportable. Lo único peor que una mujer dramática es un hombre dramático. —Dijo Lindsey.

—Considera las cosas desde mi punto de vista, estoy viviendo con el maniaco que asesinó a mi familia.

—No estás viviendo con él, se supone que lo estás supervisando. Como un cazador profesional, necesitas comportarte de manera más ética.

—No es como si él pudiera huir, no cuando soy yo el que tiene el control de la guillotina.

Esas palabras prepotentes no quedaban bien en él. Al mirar a Frank, pudo darse cuenta de que las palabras no lo habían herido, sino que lo habían dejado confuso.

— ¿Y qué? De una u otra manera, tenemos que alistarlo todo antes de que Robert despierte. ¿Tienes idea de dónde esté?

—No —respondió tranquilamente Frank.

Gerard abrió la boca. — ¿No? ¿¡Pero qué coño!?

— ¡No alces la voz! —Dijo Lindsey tapándose los oídos.

—Bien, comenzaremos con su guarida. Un maestro tendría que tener una guarida de primera clase. ¿Cómo la encontramos? Encontrar la guarida de un lacayo ya es bastante difícil.

I Want To Bite [Frerard]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora