Voldemort es descubierto

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Al caer la noche, después de la cena en el gran comedor, Hermione otra vez aprovechó que Ginny estaba realizando unos deberes con unas amigas en la biblioteca para continuar con su indagación, pero los chicos parecían más interesados en comentar lo de su grandiosa habilidad en clases de Defensa Contra Artes Oscuras donde venció a Snape, una tarea titánica que solo ella había conseguido.

—No fue nada, chicos —dijo con indiferencia—. Únicamente me concentré y lo logré.

—Lo cierto es que Snape no está acostumbrado a ser vencido —comentó Harry riendo.

—Sí bueno, todos queremos ser invencibles de algún modo —acotó Hermione—. Es como El – que – no - debe – ser nombrado. Él sueña con destruirte para poder ser completamente invencible, pero no lo va a lograr en tanto no tenga la varita de sauco.

—Sí, es cierto —respondió Harry—. Lo malo es que nadie sabe dónde está.

—Y lo bueno es que él tampoco lo sabe —terció Ron.

—¿Cómo que no saben dónde está la varita? —preguntó Hermione extrañada—. Yo pensé que...

—Hermione, nadie lo sabe —dijo Harry—. Tal vez solo se trate de un simple cuento para niños. Ya lo hemos discutido antes.

—Pues yo no lo creo así —increpó la chica con la nariz alzada—. La varita existe y alguien debe tenerla.

—Tal vez Dumbledore lo sepa —añadió Ron—, pero ya sabes lo misterioso que es.

—Ya me lo hubiese dicho, Ron —respondió Harry.

Algo dentro de Hermione le aseguraba que aquella afirmación podía ser cierta.

—Puede ser —afirmó el pelirrojo—, pero puede que lo sepa y esté planeando algo que luego te dirá ¿Y qué tal si Snape sabe algo?

—¿Qué podría saber Snape sobre la varita de sauco, Ronald? —preguntó Hermione con tono burlón y despectivo.

—Tienes Razón —respondió Ron—. Ya nos lo hubiese dicho también, bueno a Dumbledore y él a su vez se lo habría dicho a Harry.

Hermione abrió los ojos como platos.

—¿Saben? Es extraño que ni siquiera Snape sepa algo de Voldemort —comentó Harry.

Ron se estremeció ante la mención de ese nombre y Hermione se mordió el labio inferior.

—Ya saben, como él cree que Snape le es fiel, pudo haberle confiado lo que debe estar planeando —continuó el chico y luego agregó con un bufido burlón—. ¡Ja! si supiera de lado de quien está la verdadera lealtad de Snape.

Voldemort, en el cuerpo de Hermione, suspiró profundamente y volvió a morderse el labio inferior, tratando de asimilar lo que salía de los labios de Harry...

 ¿Sería real lo que afirmaba? ¿O solo era lo que Snape les había hecho creer? Definitivamente la segunda opción era la más razonable. 

Sí, su muchacho jamás, jamás se atrevería a traicionarlo, no después de todos esos años brindándole información valiosísima sobre la Orden del Fénix. No se preocuparía por eso, más bien concentraría su atención en descubrir dónde rayos estaba la condenada varita de sauco. Su esperanza era que los chicos tuviesen alguna información, sin embargo, al igual que él ignoraban su paradero. Debía ser rápido y adelantarse al muchacho o si no estaría perdido.

En ese momento el retrato de la dama gorda se abrió y Ginny entró en la sala común, se acercó a Harry y le dio un beso en los labios para saludarlo.

El lado tenebroso de HermioneWhere stories live. Discover now