Capítulo 4

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(Narra Mark)

Hoy, era la fiesta de universitarios, y como no queríamos hacer sentir mal a esa tal Meghan, Gonzalo y yo decidimos ir.
No me arreglé mucho, unos vaqueros y una sudadera, y pasé a por Gonzalo.
El iba guapísimo, con esos vaqueros y esas camisetas anchas que siempre llevaba.
Le saludé con un beso, a lo que el me respondió abrazándome, haciendo que se me quedase el olor de su colonia.
-¿Vamos? -me preguntó robándome otro beso.
-Si no hay más opción... -resoplé.
-Venga Mark, será divertido.
-Claro, mientras esa Meghan no esté pegada a ti todo el rato...
Gonzalo se echó a reir, para luego cogerme de la mano.
-¿Otra vez con los celos, Mark? -me preguntó.
-¿¡Qué!? -protesté. Yo no estoy celoso.
-Sí claro, y a mi me gustan las chicas... -me guiñó un ojo antes de dirigirnos a la fiesta.

Una vez allí, observé el sitio.
Era un bajo enorme con un jardín fuera, todo lleno de universitarios.
-Wow, esto es... -no tenía palabras.
-Una pasada -completó Gonzalo. -Nada que ver con el instituto, Mark.
Cuando entramos, pude ver bien el ambiente: una barra de bebidas larguísima, chicos y chicas bebiendo y bailando, los más borrachos liándose en las esquinas, algunos simplemente hablaban normal, y otros se iban al piso de arriba a hacer... "cosas".

Apoyada sobre una parada, vi a Mackenzie hablar con otras personas, supongo que amigos nuevos que había hecho.

-Gonzalo, espera un momento, voy a hablar con Mackenzie.
-Claro -me guiñó un ojo y se fue.
Sabía perfectamente que hubiese querido darme un beso, pero no podíamos permitirnos que nos viesen así, no todavía.

Me acerqué a Mackenzie, ya que sus amigos se habían ido, y al verme, le sonreí.
Le dije que me alegraba mucho de verla, aunque ella no parecía muy feliz.
También sabía el motivo de ello, pero ella tenía que despejar la mente.
Cuando acabamos nuestra pequeña charla y Mackenzie se fue, me dispuse a ir a la barra a por bebidas, cuando alguien me cogió del brazo.
Me giré y... Oh, claro... la que faltaba...
-Mark, ¿verdad?
-Ah, hola Meghan.
Ella me sonrió, con los ojos muy abiertos. Saltaba a simple vista que había estado bebiendo, no solo por el vaso que llevaba en la mano, si no por los gestos que hacía. Ya me había acostumbrado a ver a Mackenzie así unas cuantas veces.

-¿Y bien? ¿Cómo estás? -preguntó bebiendo un poco de su vaso.
-Hem, pues bien...
-¿Dónde está tu amigo Gonzalo? Ha venido ¿no? -notaba como se acercaba cada vez más a mi.
-Hem... pues -giré la vista hacia atrás, y vi que Gonzalo se acercaba a nosotros, con cara de curiosidad.
-Mira, ahí está -dije separándome un poco de ella.
-Vaya Gonzalo, que guapo vas -Meghan le guiñó un ojo.
<<¿Pero de qué iba?>>
-Hola Meghan -el le sonrió. -Bueno, Mark y yo nos vamos con unos amigos ¿vale? -dijo tranquilo.
-Claro chicos -Meghan se acercó y me besó en la mejilla <<¿pero qué?>> -si queréis algo ya sabéis donde estoy.
A Gonzalo pareció sorprenderle el beso repentino que me había dado, pero aun así asintió.
Meghan se fue, y me sentí aliviado, eso había sido muy incómodo.
-¿Cómo se atreve a decirte que vas guapo? -me quejé.
-Déjale Mark, lo que ha dicho era cierto -dijo Gonzalo riéndose.
-Que idiota eres... -pero aun así, tenía unas ganas enormes de besarle.
Nos fuimos con Alexia y Dylan, que estaban sentados en un sofá, besándose como si no hubiese un mañana.
-Hey parejita -dijo Gonzalo. -Que corra el aire.
Ellos se separaron y nos fulminaron con la mirada, ya que habíamos interrumpido su "escena amorosa", pero aun así, todos acabamos riéndonos.
Estuvimos hablando mucho tiempo. De la universidad, de la fiesta, de estupideces... Y también nos pedimos unas bebidas.
Pasado un rato, me levanté y cogí a Gonzalo del brazo.
-Bueno parejita, os dejamos besaros tranquilos -les dije sonriendo pícaramente.
A ellos les pareció una buena idea, porque al instante, ya se estaban comiendo el uno al otro.
Gonzalo y yo nos íbamos a ir, pero antes, Gonzalo gritó en dirección a Alexia y Dylan.
-¡Chicos! ¡Arriba hay camas de sobra! -y luego salimos riéndonos.
Como ya era tarde, nos fuimos hacia nuestras casas, paseando por calles donde no había nadie.
Al llegar a la esquina de mi casa, me paré.
-Hem, Gonzalo -le llamé.
-Dime -el se paró enfrente mío, un poco confuso.
-Lo siento por lo del beso.
-¿El beso? -preguntó.
-Sí, porque hayas visto el beso que me ha dado Meghan.
Gonzalo se mantuvo en silencio, hasta que se empezó a reir muy fuerte.
-Ay Mark, que inocente eres a veces -me dio un pequeño beso. -Sabes que no me ha molestado, además, ha sido en la mejilla.
Le sonreí. Me daba igual el hecho de ser gay, me gustaba mucho Gonzalo.
-Es solo que... nada, que te quiero -le dije rápido.
El olió mi colonia, y luego me susurró:
-¿Pues sabes qué? El sentimiento es mutuo.
Y lo último que recordaba fue una mezcla entre alcohol y los labios salados de Gonzalo.

~Wings Of Love 2~Donde viven las historias. Descúbrelo ahora