1

2.7K 275 52
                                    

Pov. Hoseok

No podía dejar de pensar en lo que ocurriría en nada, tan solo... unas horas y asdfg...

Era el descanso para comer, y como siempre baje con el señor Jeon a la cafeteria. Teníamos mucho trabajo atrasado, por lo que tomamos nuestras bandejas y la comida a toda prisa para sentarnos antes que nadie. Jeon estaba demasiado agitado, más de lo normal. Estaba serio y nervioso, era el primer descanso en toda su mañana. Pero yo estaba feliz, nadie ni nada podía arrebatarme aquella sonrisa de la cara.

-Estas demasiado feliz hoy, Hoseok. ¿Qué te pasa?

-Señor Jeon... es que me gusta alguien y...al fin está tarde... -la emoción y con la que contaba todo aquello mientras jugueteaba con los fideos de mi sopa, le hizo reír al fin ese dia-

-Te he dicho mil veces que me llames Jungkook. Me alegro por ti, pero recuerda que tienes que estar concentrado y no pensando en amoríos, que sino todo el trabajo ira a la basura.

Asentí enérgico y ambos nos sumergimos en nuestros fideos. Cada vez el comedor se llenaba de más y más gente, y sin querer, no apartaba la vista de la entrada esperando de alguna manera ver a aquél ángel.

-Oye, Hoseok -mi miraba ahora se centró en mi jefe, sorbiendo los fideos restantes que quedaban en mis labios- ¿Tú...tenias un apartamento en el centro, cierto? -no podía contestar, estaba comiendo aun, narices, así me límite a asentir- Es que me gustaría que... en fin... me lo dejaras unas horas. Yo también tengo una cita y sabes que aún vivo con mis padres, y tampoco quiero ir a un hotel... -me quedé unos segundos pensativo tras tragar los fideos.

El señor Jeon, digo Jungkook, era un hombre de fiar y sabía que cuidaría bien de mi pequeño apartamento, pero no quería que mi casa se viera inmiscuida en ningún chismorreo. Pero era mi jefe... qué iba a decir.

-Tengo unas entradas para el teatro, para esta tarde a las seis~ -saco del bolsillo interior de su americana dos entradas- puedes llevar a tu cita alli~

-¿Hasta que hora estarían en mi casa?-ahora el que sonreía amplio era él, parecía un niño pequeño y no pude evitar enmarcar otra más tierna.

-Pues hasta las nueve, justo cuando acaba la obra~ -me dejo las entradas en la mesa aun sonriendo- De verdad... Me haces un gran favor.

_______________________

Aun eran las cuatro y ya estaba que iba a desfallecer. Caminaba arrastrando los pies hasta el ascensor, tenia que llevar unas listas al fotógrafo que estaba haciendo el último reportaje. Habíamos contratado muchos modelos en la última semana, y debía entregarle las fichas por si quería utilizar alguno. Le dio al botón del sótano, que era donde seguro estaría, ya que allí estaban los escenarios y... bueno, las cosas de fotografía. No entendía mucho de eso, la verdad.

Al llegar, camine hasta el estudio 3 y toque dos veces a la puerta con la mano que no estaba a punto de caerse por la montaña de carpetas, y pase despacio para que estas no cayeran.

-¡Namjoon! Te traigo cosillas que te pueden interesar -deje las carpetas en la mesa que había con cámaras y demás cosas, escuchando como los flashes cesaban.

Me di la vuelta y suspiré cansado para mirar un poco la sesión de fotos que había pausado. El fotógrafo se acercó a mi con una suave sonrisa.

-¿Qué hace un becario aquí?

-Le han ascendido... estaba en la oficina de Jeon en otro día -sonreí al escuchar a Taehyun hablar. Era un modelo muy joven que entro hace nada, justo la semana pasada cuando el señor Jeon, digo Jungkook, me propuso el ascenso. Tae entro justo en medio de la reunión muy nervioso y luego se quedó a solas con él. Más adelante, al verlo por la cafeteria y la máquina de chucherías, empezamos ha hablar y supuse que trabajaba en este nuevo reportaje.

-¿Cómo va Tae? ¿Te saca guapo?

-La cámara me quiere chaval -comento con desparpajo provocando nuestra risa.

Salí de allí rápido para que siguieran su trabajo y aun me sobraba algo de tiempo para... ir a la planta baja.

Me monte en el ascensor y la estupida sonrisa volvió a mis labios. Iba a volver a verle de nuevo antes de las cinco...
Me baje en la planta baja y me dirigí al mostrador veloz. Para mi sorpresa estaba sentado hablando por teléfono. No decía nada pero estaba serio, más que serio triste. Me tuve que asomar por el mostrador para verle y la verdad fue que a mi también me entristeció. Era la primera vez que le veía así de decaido, y era contagioso. Tenia ganas de preguntar que ocurría pero entonces colgó el teléfono y volvió a enmarcar una de sus mejores sonrisas al verme, pero yo sabía que seguía triste.

-Hola, Hoseok~ -que rabia que el supiera mi nombre y yo no el suyo- ¿Puedo ayudarte en algo?

-Solo venia a recordarte que tienes una cita -guiñe el ojo intentando hacerle reír como siempre conseguía pero en vez de eso, la sonrisa de si cara se congeló.

-Hoseok... me ha surgido algo esta tarde... algo importante. ¿Podemos aplazarlo?

En ese momento se me enervó la sangre. Sabía que no podía ser cierto, llevaba meses dándome largas y ahora me rechazaba de nuevo. No contesté. Estaba muy cabreado. Me despegue del mostrador y me fui de nuevo por donde había venido, hacia mi oficina. Tampoco era tan guapo para creerse una diva, joder. ¿De verdad no era suficiente para un simple recepcionista? Mire mi cara en el espejo del ascensor y suspire sabiendo que no era cierto. No tenía un gran ego, pero sabía que no era feo, no tanto como para rechazarme una y otra vez.

Pov. Jimin

Estaba lloviendo fuera, así que me puse la capucha antes de salir a la calle. Era siempre de los últimos en irse después de los grandes jefes de la empresa. No sólo llovía fuera, también dentro de mi. Haber tenido que decir no al plan de Hoseok me dolió mucho, pero había cosas más importantes que resolver antes. Su cara de enfado era lógica, pero no podía explicarle por lo que estaba pasando o se armaría un escadalo.

Caminaba por las calles de Seoul helado de frio, tan solo cubierto por mi chaqueta y capucha. Mi sueldo de recepcionista no me daba para un coche, siquiera para un apartamento en condiciones. Debía tres meses de alquiler y sabía que la casera me echaría pronto. Agache más aún mi cabeza entre la multitud intentando pasar por desapercibido hasta que entre en el local donde habíamos quedado. Me sacudí un poco, estaba empapado.

Fuí a la mesa de siempre, a la del fondo, para que nadie nos viera. Me senté en frente suya. Él ya tenía un café sobre la mesa y no dejaba de escanear mi rostro con la mirada.

-Te has puesto rubio... sabes que me gustabas más castaño.

-De eso se trata Jungkook.

El Apartamento {Hopemin~♡}Donde viven las historias. Descúbrelo ahora