Prólogo

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Pov. Hoseok

Otro día comenzaba en mi ordinaria vida. Como todas las mañanas no podía creer que llegará tarde de nuevo, gracias al maldito atasco en una de las avenidas principales de la capital. Pero a pesar de lo que pueda parecer, era realmente feliz. Hoy, mi horas extra y mi mal pagado trabajo de becario en una de las principales revistas de moda de Corea, "Bantang", daba sus frutos.

Hacia una semana que me llamaron de personal, justo cuando mi contrato expiraba. Realmente estaba asustado, pero cuando el señor Jeon me dijo que seria su secretario y ayudante personal, no podía creermelo. Él era un hombre de gran talento, y aunque era hijo del dueño de la empresa, y de esta manera había llegado a tal puerto, no era nada comparado con lo que podía llegar a ser el joven.

Desde el primer momento que lo vi en las oficinas, lo supe, por lo que empecé mis planes para salir de esa cloaca de trabajo. No quería pasarme la vida de becario, y menos pudiéndo ser un pez gordo trabajando el Bantang.

Pero la sonrisa en mi cara no es por que halla empezado a fluir el trafico, ni tampoco por mi nuevo puesto. Era la que llevaba todas las mañanas desde que despidieron a la recepcionista. No porque no fuera servicial o simpatica, sino por el nuevo.

Aparque mi coche en la plaza de garaje reservada para mi. Aún no era en el parking techado, pero algo era algo. Mire mi reloj justo al coger mi maletín. Las 8:45, la hora perfecta. Salí del auto con una gran sonrisa de oreja a oreja visualizando la puerta giratoria por la que pase junto a algunos becarios que iban con mucha prisa. Seguro que era su primer día de trabajo, al menos eso pensé sin tenerlos mucho en cuenta, porque nada más pasar al edificio...justo delante mia... ahí estaba él.

Hablaba por teléfono,tomando nota con la mano derecha mientras hablaba, pero no se escuchaba lo que decia. Sólo podía centrar mi atención en aquella sonrisa que tapaba casi al completo sus adorables pero pequeños ojos. También me fije que se había cambiado el pelo, con algunos mechones cayendo por su frente. Le quedaba realmente bien.

Me acerque con mi alegría natural cuando colgó, y como esperaba, se dio cuenta de mi presencia.

-¡Buenos días señor Park! ¿No es bonita esta mañana? Los pájaros cantan, el sol brilla más que nunca...~ es el día perfecto para una cita ¿A que si~?

Río de nuevo pero esta vez por mi, contagiandome de su risa. Miro por las cristaleras de en frente viendo como estaba el cielo de nublado, casi no había un alma en la calle y toda la avenida estaba llena de coches pitando. No era una mañana precisamente hermosa... pero para mi lo era. Ya le había pedido varias veces de salir después del trabajo, pero ya os podéis imaginar el resultado. Siquiera sabía su nombre.

- Creo que va a llover. No me gustan los días de lluvia -miraba de nuevo sus papeles distraido y se colocaba la americana bien mientras hablaba, intentando dar largas. Pero ataqué, nadie se podía resistir a mis pucheros, asi que hice uno muy cómico al escucharle que provocó de nuevo su risa cuando levantó su mirada- Pero... seguro que para esta noche ya no llueve. Podemos salir a cenar si insistes~

Ahora si que era el hombre más feliz del mundo.

-Perfecto. N-no lo tomes como una cita, solo salimos y nos conocemos, fuera del trabajo -me atacó los nervios unos instantes en los que volvió a reir- Si quieres, como terminamos a las 5, podemos ir a algún lado antes o... lo que quieras.

-Esta bien -afirmó casi tajante y sin borrar esa preciosa sonrisa de sus labios- Pero antes supongo que querrás saber mi nombre. Dos amigos no se llaman por los apellidos.

Asentí de nuevo algo nervioso. Notaba como mis manos comenzaban a sudar. POR QUE ME PONÍA NERVIOSO AHORA. Había ensayado esto miles de veces frente al espejo. Si, es un suplicio llegar día tras día y ver a aquel hombre perfecto en todos lados. En la cafeteria, en recepción, en el baño... y que siempre me rechazará amablemente, siempre tan educado....asdfg. Me volvía loco.

-No te lo voy a decir. Hagamos algo, si lo adivinas para las cinco, saldremos a tomar un cafe todos los dias, después de trabajar -no podía creerlo. ¿De verdad? ¿todos los dias? Tenia que averiguarlo fuera como fuera.

-Trato hecho -pase mi mano por el mostrador para que la apretara. Por increíble que pareciera, era el primer contacto físico que teniamos. Seguramente lo tenia idolatrado, pero aquel chico de Busan tenia que ser mio.

El Apartamento {Hopemin~♡}Donde viven las historias. Descúbrelo ahora