5 (Lemon)

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Pov. Hoseok

Me quedé mirando sus oscuros ojos durante lo que parecieron siglos. El silencio se hizo entre ambos, pero no un silencio particularmente tenso, uno agradable en el que nos mirábamos como si hubieran pasado años sin vernos. Acababa de besar sus carnosos labios y aun no me lo podía creer, miles de mariposas revoloteaban en mi estómago.

-Jimin...-repetí aproximándome de nuevo a él- Déjame besarte una vez más... por favor -aquel beso de antes había sido extraño, muy raro. Yo no era esa clase de personas que se lanzaban por instinto, era de las que esperaban y se tomaban su tiempo para cada cosa. Pero esos ojos, esos labios, él... hacía que perdiera la cabeza dejándose guiar por sus instintos mas animales.

-S-si...-aquel tímido susurro y el sonrojo que comenzaba a reinar su tez, hizo que me cordura se perdiera en la tentación.

Choqué de nuevo con sus jugosos labios, tomándome esta vez mi tiempo para saborearlos. Hice de aquel beso uno lento y suave, acomodando mi mano en su mejilla que necesitaba ser acariciada. Mis ojos estaban cerrados mientras notaba como sus dedos presionaban mi nuca y su lengua acariciaba tímida mis labios, algo que me hizo sonreír. Me atreví a abrir la boca lo justo para atrapar su músculo con mis labios, acelerando así el beso.

La temperatura subía de forma que no podíamos controlar. Nuestros torsos estaban completamente pegados el uno al otro, y nuestras manos viajaban por los contornos de nuestros cuerpos, dibujando indescifrables siluetas. Un pequeño jadeo me sacó del trance. Venía de su boca, justo cuando mordí sus labios. Notaba como su respiración se había agitado de mala manera y como entre mis calurosas embestidas a sus labios, intentaba tomar algo de oxigeno.

Dejé aquel beso, juntando nuestras frentes y abriendo mis ojos. Se veía mas hermoso que nunca, intentando recuperar el aliento, con esas mejillas tan coloradas y esas pupilas dilatadas, clavadas en las mías. También debían estarlo, porque algo dentro de mi me decía que debía desnudar a aquel chico y hacerlo mío, marcar su cuerpo para que nadie más le volviera ha hacer daño, para que todos supieran que tiene dueño, hacerlo chillar de placer como nunca antes lo había hecho, pegar nuestros cuerpos sudados a la par que nuestros labios creaban una dulce simbiosis... pero debía controlarme Ya mucho era que nos habíamos besado siendo tan solo compañeros de trabajo. Estaba claro que nos gustábamos, pero era algo que debíamos hablar más detenido.

Tragué saliva sin dejar de mirarle, cuando fue él el que se acercó a dar un pequeño pico en mis labios. Me separé para terminar acostado a su lado, en la cama, acariciando su pelo con suma lentitud. Nuestra mirada era complice, y poco tardamos en acabar acurrucados en el otro.

-¿Te duele? -pregunté pasando las yemas de los dedos por su aun no cerrada herida.

-No... Hoseok...-su tono de voz me asustaba bastante- ¿Yo a ti... te gusto...? -murmuró con un fino hilo de voz-

-Claro que me gustas... me gustas muchismo...-no le iba a engañar, para qué- Pero no creo que tu ahora quieras nada...

-Vayamos despacio...-simplemente sentenció, creando un silencio ahora si incomodo entre ambos. Ese "vayamos despacio" había sonado tan tajante y chocante en mis oidos- Pero... -volví a mirarle cuando se me presento la oportunidad- antes dejame besarte de nuevo... antes de solo ser dos amigos que se citan y... se conocen...

Asentí con rapidez, dejando esta vez que él iniciara el beso. En cuanto sentí sus labios sobre los mios, en cuanto comenzó aquel baile, miles de mariposas empezaron a revolotear en mi estomago. Le estaba dejando llevar las riendas, algo que no me convencía del todo pero aquel beso era del todo mágico.

Pronto se intensificó, con sus manos en mi nuca y las mías en sus mejillas, dando ambos suaves embestidas contra los labios ajenos. Jamás había besado a alguien que lo hiciera tan bien y eso... me excitaba. Pero parecía que no era el unico. Por un momento, mis caderas se pegaron a las suyas y sentí su ereccion rozar con la mía a través de la tela del pantalon, haciéndole jadear. Estaba en el limite.

-Lo siento Jimin, pero no puedo más -aquella situación era desquiciante. Rodeé con suavidad su cintura y le tumbé en la cama boca arriba. Lo mejor de la escena que se me presentaba no era su rubor, ni su ladina mirada, sino que se estaba dejando hacer.

Me coloqué encima y tome sus muñecas con cuidado, como intentando que no escapara para posar mi boca sobre la delicada piel de su cuello y empezar, así, a besar la sensible zona con lentitud, dejando alguna que otra marca con los labios. Sus jadeos eran muy finos pero hacían que mi piel se pusiera de gallina. Las yemas de mis dedos, dejaron sus manos para acariciar su trabajado torso con lentitud. Tragué saliva. Su cuerpo parecía esculpido expresamente para mi deleite. Tire la molesta camisa a un lado dejando ver aquella maravilla.

Relami mis labios delineando su cuerpo con los ojos. No pensaba llegar hasta el final aquella vez, pero algo de sexo nos vendría bien.

-Yo también quiero...-murmuró infantil con un suave puchero tirando de mi camisa hasta dejarme de cintura para arriba desnudo. Aquel mordisco en su labio y aquellas caricias lo decían todo- Hoseok~ que bueno estas...-me hizo reír inevitablemente, era tan adorable incluso en esos momentos.

-Aprovecha porque será rapido... necesitamos aliviarnos..-decía al tiempo que dejaba besos cerca de sus pezones y desabrochaba sus pantalones.

-No me refería a esto con lo de ir despacio... pero me parece...ah..~ -un dimito gemido le hizo callar del que yo fui responsable. Me encontraba lamiendo y mordisqueando su pezon derecho, despacio, algo que parecía enloquecerle. Si se ponía así por lamer sus pezones, no quería imaginar que pasaria cuando llegara a su punto P. Arqueo la espalda por un mordisco más fuerte, no podía contenerme.

Cuando ya lo tuve sin pantalones frente a mi, tocó tirar los mios. Sus manos tiraban ansioso del extremo de mi boxer, lo que me hizo reír.

-Los dos a la vez..-murmure sobre sus labios. Era la primera vez que íbamos a vernos desnudos, asi que lo prefería de este modo. Ambos nos quitamos la prenda sobrante y volví a pegarme a su cuerpo, siendo rodeado por sus piernas.

Nada más que nuestros miembros se tocaron, jadeé impaciente. Estaba totalmente hinchado y duro. Tome nuestros miembros firme, y comencé a masturbarlos al mismo tiempo.

Estábamos tan pegados que las respiraciones se entremezclaban. Sus jadeos llenaban la habitación y mi boca, ya que nuestras bocas entreabiertas se rozaban. Hice círculos con el pulgar sobre nuestros glandes y luego un poco de presión sin dejar de bombear, lo que le hizo gemir. Era el paraiso. Sus manos se pegaron a mi espalda y pronto su cadera comenzó un mayor ritmo que seguí sin dudar.

Cada vez sus gemidos eran más agudos y mis jadeos más constantes. Mi muñeca empezaba a doler de la velocidad que llevaba, pero el placer era tan grande que lo ignoraba. Sabía que el menor se correria en nada cuando sus uñas se clavaron en mi espalda, haciéndome sonreir satisfecho. Pero ahora era yo el que sentía mi vista nublarse junto a una suave presión en mi bajo vientre. No me dio tiempo a pronunciar palabra cuando ambos acabamos entre amplios gemidos. Nuestras esencias se mezclaban en el perfecto abdomen de Jimin, que intentaba volver su respiración a la normalidad. Solté nuestras erecciones y le di un rápido beso antes de tomar el semen con dos de mis dedos y acercarlo a su boca. No tardó ni un segundo en lamerlos y chuparlos osceno.

-Asqueroso -murmure divertido aunque me encantaba.

-A mi me ha parecido maravilloso...~

El Apartamento {Hopemin~♡}Donde viven las historias. Descúbrelo ahora