Nico di Angelo no necesitaba una segunda sombra, pero parecía que Solace aún no había captado el mensaje.
-¿Solace?
Will avanzó unos pasos para alcanzarle y caminar junto a él.
-¿Sí, Chico de la Muerte?
Nico se mordió la lengua. Había intentado por todos los medios que el señorito "Luz de Sol" no lo llamara de aquella forma, pero hasta día de hoy parecía no entrarle en esa cabezota suya. Cuando se le metía algo entre ceja y ceja, era casi imposible hacer que cambiase de opinión.
Si hace un año le hubieran mencionado a Will, probablemente Nico hubiese pensado algo como: "Oh, aquel chico de la cabaña de Apolo. Salvó a muchos heridos en la guerra contra los titanes, pero parece fácil de tratar, como un gato asustado."
No podría haber estado más equivocado.
-Puedes dejar de seguirme cuando quieras, no te sientas presionado.
-Oh, tranquilo, no tengo intención de hacerlo.
Nico soltó un bufido, que le sacó una sonrisa a Will. Como siempre, con la sonrisa muy amplia y sincera. Ese chico era transparente y para Nico, que siempre había guardado sus secretos y emociones en lo más profundo de su alma, era un tipo de valentía que realmente le impresionaba.
Cuando estaban atravesando una plaza de lo más pequeña, una gota de lluvia descendió del cielo y seguida de todas sus hermanas y hermanos, rodearon a ambos semidioses en cuestión de segundos.
Sin dejar de lado su sonrisa, Will agarró a Nico de la muñeca y empezó a correr, obligándole a seguirle.
Llegaron hasta un callejón, y tras dos calles aparecieron ante ellos unas escaleras estrechas, que se hundían en el suelo, hasta desembocar en una puerta a varios niveles por debajo del suelo.
Will bajó a toda prisa, seguido de Nico, y empujo la puerta para abrirla. Cuando estuvieron dentro, Nico se permitió el lujo de pensar en lo que acababa de pasar. Lluvia repentina. Muy misterioso. Cuando cayó en la cuenta soltó la mano de Will (¡¿Por qué seguían dados de la mano?!) y le encaró con el ceño fruncido.
-¡Sabías que empezaría a llover!
Will se encogió de hombros.
-Puede que lo intuyera un poco -dijo con la voz baja.- Siento que esto vaya a estropear las cosas. Ahora, aún más, necesitarás a alguien que te cubra las espaldas.
-Solace, esto no empeora nada. -le dijo dirigiéndose a la puerta que acaban de atravesar. La manera en la que estaba controlando sus nervios era tan insólita que se sorprendió de sí mismo. -Solo lo hace más interesante.-Abrió la puerta y salió.
Ni siquiera le había dado tiempo a contemplar el interior de la estancia que había dejado atrás y ya la echaba de menos. El aire había cambiado en cuestión de segundos. El cielo estaba tan negro como la noche y la lluvia solo había empeorado. Se escuchó un relámpago, justo cuando el rostro de Will Solace se asomaba por la puerta.
-¿Puedes, por favor, entrar aquí y hablar conmigo?
-No me importa un poco de lluvia, Will.
-Vamos, Nico, no digas tonterías. Vuelve aquí ahora mismo.
A Nico eso le sonó como un desafío y quizá fue por ello por lo que sus piernas se movieron solas y comenzaron a subir los escalones. Sin embargo, no llegó muy lejos. Su pierna resbaló con un charco y hubiera caído de bruces si Will no hubiese sido tan rápido y ágil como lo fue.
Lo agarró del brazo, y cuando Nico hubo recuperado el equilibrio, no lo soltó.
-Nico. -Este aun se estaba recuperando del susto cuando vio los serios ojos azules mirándole fijamente. -No tienes por qué hacerlo solo.
Se obligó a apartar la vista.
-Tengo que hacerlo -susurró.- Es... mi hermana. Soy el único que puede hacerlo.
Nico sintió que los ojos empezaban a arderle. Todo había sido por su culpa, si él hubiera estado a su lado... Nada de esto hubiera pasado.
Volvió la vista hacía Will, quien seguía con esa molesta determinación en el rostro.
-Will, no puedo dejar que me acompañes. E-es demasiado peligroso.
-¿Me estás diciendo que no se manejarme fuera?
El corazón de Nico dio un vuelco. No, claro que no. Él, más que nadie, sabía delo que era capaz y de lo mucho que había mejorado en el último año.
-No es eso...
-Entonces déjame ir contigo.
-No.
-¡¿Por qué no?!
Los ojos de Nico se cerraron con frustración.
-Porque no quiero pensar en la posibilidad de que te pase lo mismo que a Hazel, Will.
La mano de Will se relajó al rededor del brazo de Nico y su expresión cambió de furia incontrolada a sorpresa inesperada.
Sin poder evitarlo, Nico volvió a hablar.
-Ya viste que fue directo a por Hazel. Quiere hacerme daño, y ha elegido la manera más cruel: a través de las personas que son más importantes para mí. ¿Quién crees que será el siguiente?
Will fue tan rápido, que Nico no pudo ni pensar qué estaba pasando hasta dos segundos después de que pasara. Después de que Will se lanzara sobre él, le atrapara el rostro entre las manos y hundiera sus labios entre los suyos.
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En un día lluvioso (Solangelo)
Hayran KurguUna lluvia inesperada en un día de lo más extraño hace que las cosas cambien entre Nico y Will. ¡Los personajes le pertenecen al magnífico Rick Riordan! La foto de la portada no lo se, la saqué de Tumblr D: