Capítulo 5: Quédate conmigo

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Acompañado del amanecer, Kanon colocó sus pies en el frío mármol de su habitación, sabía a dónde iba y que es lo que haría, así que sabía que no podía ir vestido con sus largas y brillantes vestimentas, se dirigió a su gran vestidor y comenzó a buscar, se decidió por un pantalón holgado negro y un chaleco azul oscuro con un cinturón negro ancho marcando la cintura por encima del chaleco. Tras cerrar el vestidor volvió a la cama para coger una pistola que tenía guardada en el primer cajón de su mesilla de noche y le introdujo cinco balas preparándola para el momento esperado, se la guardo en una pequeña maleta en la cual metió también cuerdas y mordazas, estaba decidido que se llevaría tanto a Mü como a Kiki consigo. Cuando ya estaba preparado a irse, fue a despedirse de su hermano.

Kanon: Hola Saga, te he pillado desayunando.

Saga: ¿Ya te vas?

Kanon: Vengo a desayunar y a preguntarte algo.

Saga: Coge lo que quieras y ¿cuál es tu duda?

Kanon: ¿Cómo te gustaría que los matara?

Saga: Quiero que de un disparo consigas acabar completamente con su padre.

Kanon: ¿Y Shion?

Saga: Déjalo a sus suerte, si sobrevive mejor para mí, así acabaré con él con mis propias manos, pero quiero que le des una muestra de su futuro.

Kanon: De acuerdo, no viene a tema, pero Milo ¿ya sabe cómo comportarse?

Saga: Por desgracia para él, anoche fui a visitarlo y aunque seguía un poco dolorido, no se comportó como debía y tuve que volver a enseñarle.

Kanon: Creo que eres demasiado bueno con él, yo estaría las 24 horas del día enseñándole.

Saga: Quiero darle una oportunidad, haber si cambia de idea.

Kanon: De acuerdo, bueno me voy ya, no quiero tardar, vas a ir de compras.

Saga: Sí, ¿necesitas algo?

Kanon: Consígueme la ropa para mi dos nuevos esclavos.

Saga: De acuerdo, aunque creo que sin ropa estarían mejor.

Kanon: Y a mí, pero no quiero que mis invitados se exciten de mis nuevas putillas.

Saga: Jajaja, mátalo.

Kanon: Eso haré.

Tras despedirse de su hermano mayor, salió de la casa y se dirigió a los establos, allí un hermoso caballo negro con una marca blanca en su frente esperaba tranquilo, al lado suya otro caballo pero marrón era el color de este.

Kanon: Hola chicos, vamos a ir a visitar a alguien, venid por aquí -cogió de sus correas- nos llevaremos el pequeño calabozo, traeremos a unos amigos -tras eso ambos caballos bufaron-.

Les puso las monturas que les unían al pequeño calabozo y él se monto a una pequeña repisa que había para el conductor de ese carro. Poco después ya estaba dirección al palacio de la familia Thalassinos.

El camino le fue más corto de lo que él creía que podía ser, dejo a los caballos en un sitio que no se vieran, se vio como hablaba con alguien, pero no sé podía apreciar bien quien era, se puso una capa negra, la cual tapaba parte de su cara y su larga melena, siendo irreconocible. Se dirigió a la puerta y la golpeó tranquilamente, fue abierta por el mayordomo personal del padre de la familia, al cual mató con solo un disparo en el entrecejo, estaba tranquilo hasta que escuchó un chillido, el cuerpo del mayordomo cayó y se dejo ver al pequeño de la familia con el terror en su cara y sin poderse mover.

Kanon: Hola pequeño -dijo acercándose a él, pero el niño seguía en shock- tranquilo no voy a hacerte daño, pero te vendrás conmigo -tras eso le niño salió del shock-.

Kiki: No, déjame - intento moverse pero el miedo que tenía le inmovilizaba-.

Kanon: Tranquilo, ¿tú eres Kiki verdad? -sintió un golpe de un gran libro en su espalda tras lo cual se dio la vuelta viendo a un enfadado Mü por haber asustado a su hermano pequeño-.

Mü: ¡No lo toques! ¡Vete por dónde has venido!

Kanon: Jajajaja -le cogió de la muñeca haciendo que ese libro se le cayera de los brazos y lo tiró al suelo haciéndole daño en la mejilla-.

Kiki: Hermanito.

Mü: ¡Ve a por padre! ¡está en su despacho con Shion o Dohko! -tras eso el niño salió corriendo- ¿qué es lo que quieres de nosotros? ¿es dinero? ¿fama?

Kanon: No...

Mü: Entonces, ¿qué es lo que quieres?

Kanon: Pues... -cogió a Mü del cuello de la camisa- ¿te has preguntado qué es ser esclavo?

Mü: ¿Qué? -dijo con la voz comenzándose a quebrar-.

Shion: ¡DEJA A MI HERMANO! -dijo bajando la escalera-.

Mü: Shion -Kanon cogió a Mü por la barbilla obligándole que mirará a su hermano-.

Kanon: ¿Por qué iba a hacerlo? Es demasiado hermoso -dijo chupando la pequeña herida que se había hecho al caer al suelo-.

Mü: Hermano -dijo derramando unas lágrimas por el borde de sus ojos verdes-.

Shion: ¡HE DICHO QUE LO DEJES! -dijo corriendo hacia él con el puño levantado-.

Kanon: Acaba con él -apareció un hombre grande y en un abrir y cerrar de ojos se puso delante de Kanon y le pegó un puñetazo en la barriga tirándolo contra la pared más cercana-.

Mü: ¡Shion!

Kanon: Enséñale quien soy -el hombre alto se dirigió hacia Shion y de otro puñetazo lo tiró lejos de allí-.

Mü: Déjalo por favor -sintió como Kanon ataba con fuerzas sus manos-.

Kanon: Quédate aquí quietecito.

Padre: ¿Quién eres? Deja a mi hijo.

Kanon: ¿Por qué tendría que hacerlo?

Padre: Déjalo -Kanon sacó una pistola y se la puso al pelimorado en la sien-.

Kanon: Da un paso más y despídete de él.

Padre: Por favor si lo que quieres es fama, riquezas u otras cosas puedo dártelas, pero deja a mi hijo.

Kanon: No quiero nada de eso, solo quiero una cosita.

Padre: Te daré lo que quieras.

Kanon: Perfecto -le disparó una bala al pecho haciendo que se cayera de rodillas-.

Mü: ¡Padre!

Kanon: Lo único que quiero es llevarme a tus dos hijos menores y tu muerte.

Mü: No, ¡déjalo! -le disparó en el entrecejo acabando con su vida- ¡NO! -lágrimas comenzaron a derramarse por sus mejillas- ¿estás contento?

Kanon: Hasta que no os vea a ti y a tu hermano Kiki pidiéndome más no estaré contento.

Kiki: ¡¡PAPÁ!!

Mü: Kiki vete, Dohko por favor llévatelo.

Dohko: Kiki vámonos -dijo arrimándose al pequeño que estaba al lado del cadáver de su padre-.

Kanon: Hola Dohko.

Dohko: Ka...Kanon.

Aldebarán: Ya me he divertido con él -dijo tirando a Shion inconsciente al suelo-.

Dohko: ¡SHION! -salió corriendo hacia el peliverde con Kiki en sus brazos- Shion por favor háblame, Shion -dijo llorando-.

Kanon: Aldebarán sujeta a Mü -dijo dándole al de los ojos verdes al de tauro-.

Kanon: Dohko vamos a hacerlo muy fácil, dame al niño.

Dohko: ¡No! ¡Jamás lo haré!

Kanon: De acuerdo -le golpeó tirándolo lejos y cogió a Kiki del cuello de la camiseta-.

Dohko: Déjalo... -quedó inconsciente-.

Kanon y Aldebarán salieron de la casa y metieron a Mü y a Kiki en la pequeña prisión portátil y tras cerrar la puerta, ambos se despidieron y Kanon se dirigió a su casa con una sonrisa cínica en su cara.

Continuará...

Encadenados (Saint Seiya)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora