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 Querida casi-ex-esposa,

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Querida casi-ex-esposa,

Gracias. Gracias por hacerme sentir como un idiota. Aún no puedo creer que anoche me lamentaba por tu pérdida, pensaba en qué otra cosa hacer para que por lo menos puedas saludarme cuando busque a los niños por la casa de tu hermana, solo para enterarme que el fin de semana pasado has salido con otro hombre.

Está bien. Esto es mi culpa después de todo, ¿verdad? Pues déjame decirte que no. Todo esto no es mi culpa. Sí, me olvidé de fechas y cosas importante, pero todo era porque quería ser mejor para ti y para los niños. Además... además, es la primera vez que hago algo mal en nuestra relación.

Agh, me siento un niño excusándose con sus padres por haber hecho algo mal. Treinta y dos años de edad y dando excusas. No lo puedo creer. Quiero decir, ni siquiera han pasado dos meses desde que te fuiste con los niños de casa. Ni siquiera has hablado conmigo para que las cosas mejoren.

No pedí que me perdonaras al instante, solo deseé otra oportunidad. ¿Tanto te costaba decirme que ni eso ibas a brindarme? ¿Acaso esto quiere decir que no te volveré a ver nunca más? Bueno. Si así lo quieres, entonces que así sea.

Sé que no me necesitas, que sola estás bien y que puedes encargarte de nuestros hijos como nadie más... es solo que, bueno, me habría gustado que hablaras conmigo en lugar de comenzar a salir con otros hombres. Ojalá no hubiera dolido tanto.

Por lo menos me podrías haber advertido. Enterarme por Sheridan que habías salido con otro hombre durante la semana fue lo peor de mi día. Escuchar de la boca de mi hijo de diez años que te vio darle un beso a otro hombre fue lo peor de mi vida.

Por cierto, Serena sigue triste y no quiere contarme qué le pasa. Durmió conmigo y tuvo pesadillas, pero no hizo comentario alguno sobre qué, solo lloró hasta volver a dormirse. Dice que quiere vivir conmigo.

No sé qué hacer.

No sé qué hacer contigo ni con mi vida ni con mis hijos.

Hasta pronto,

Jacob.

No me digas que me amasDonde viven las historias. Descúbrelo ahora