Fran,
Han pasado algunas semanas desde mi última carta y me he dado cuenta de que te fijas debajo de tu almohada para ver si he dejado algo. Me da mucha ternura verte del otro lado de la habitación, haciendo pucheros y revisando mis cajones.
Este último tiempo contigo y los niños ha sido de los mejores que he tenido en mi vida. No sé cómo explicar la felicidad que siento cada vez que caigo en la cuenta de que estamos juntos otra vez. Todos juntos, como la familia que somos.
Sé que no será fácil recuperar el autoestima de Serena, el fastidio de Sheridan hacia el mundo (especialmente a quienes discriminan a su hermana todo el tiempo) o los berrinches constantes de Sierra. Pero supongo que te has dado cuenta de que están mucho mejor.
Lo superaremos, como hemos superado muchas otras cosas.
Te escribo al fin para decirte que esta será mi última carta, porque pretendo decirte todo lo que siento cara a cara, frente a frente. No sirve de nada escribirte si no puedo demostrar que también puedo decirlo. Así que esta no será la última carta que escriba, pero sí la que leerás. Al menos por un tiempo. Quizás guardaré las demás para momentos en los que no quieras escucharme. Espero que eso no suceda.
Han sido meses duros, no puedo negarlo, y creo que mis cartas han ayudado demasiado. Creo que evocar los momentos de felicidad que hemos tenido nos ha hecho bien a ambos. Creo que los dos aprendimos muchas cosas en este tiempo y si volvemos a cometer errores... pues, espero que al menos sea por algo mucho más tonto.
Estoy feliz. Feliz, feliz, feliz. Porque tú pareces ser feliz y porque hacía mucho que nuestros hijos no reían tanto, a pesar de todo. Su felicidad es todo para mí. Me parece que ya he sido bastante claro, ¿verdad? Lo eres todo, Francesca.
Te ama para siempre,
Jacob.
Fin
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No me digas que me amas
RomanceJacob ha cometido un gran error al dejar de lado a la familia que siempre había soñado por algo tan simple como el dinero. Ahora que su mujer lo ha dejado y planea enviarle los papeles del divorcio, él se da cuenta de su gran error. Pero todos somos...