Querida Francesca,
Hoy guardé la ropa que dejaste aquí en una caja. Fue lo primero de todo, poner a salvo esas prendas a salvo de cualquier otras manos; aún huelen a ti. Has dejado atrás esa camiseta que me robaste cuando éramos adolescentes y que adorabas porque decías que olía a mí. Hasta hace un tiempo la metías en mi cajón para que recuperara el aroma que se perdía al ser lavada.
Me la llevé a la nariz apenas la encontré, y pesar de que olía ligeramente a mi perfume, conservó tu olor tan suave y rico. Sonará algo psicópata, pero dormí con esa camiseta abajo de mi almohada y la devolví a la caja al día siguiente.
Sabes que te extraño como a nada en este mundo... No creo que cause algún daño repitiéndolo, ¿verdad? Porque creo que te amo incluso más que antes y te extraño como si solo te hubiera visto en sueños. De ser así, me gustaría dormir todo el día para poder volver a ver tu sonrisa.
Para besar tus labios.
Espero que todo esté bien en la casa de tu hermana. Sheridan no quiso responderme cuando le pregunté cómo estaba yendo todo, pero tengo esperanzas de que siga siendo su disgusto por la cama que le ha tocado. Serena sonrió y rio cuando solté una maldición mientras veíamos una película. Lo tomo como una buena señal.
Sierra durmió toda la noche en su cuna y me despertó exclamando Papá una y otra vez. Hacía mucho que no me despertaba con tanta felicidad encima.
Ya te he avisado que no sé si podré tener a los niños este fin de semana por el tema de la mudanza, pero si ellos quieren venir, entonces está bien. Me encantaría que puedan ver cómo será la casa que he conseguido. Me encantaría continuar en esta, a pesar de seguir en la incertidumbre de si volverás a mi vida o no; pero hay aspectos de la construcción que hacen que este lugar ya no sea seguro para vivir.
No por mí, sino por los niños.
Así que... bueno, espero que tú puedas verla también. Algún día, ¿quizás? Si no quieres verme puedo arreglar para que una llave llegue a ti y puedes ir cuando yo esté trabajando. Lo que tú quieras está bien.
Repito: te extraño, Fran, no veo la hora de verte otra vez. De tenerte entre mis brazos, de estrecharte contra mi pecho, sentir tu hermosa fragancia colarse por mis fosas nasales y dejarme completa y absolutamente estúpido por el resto del día.
Te ama, Jacob.
PD: dejé algo para ti en el bolso de Sierra.
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No me digas que me amas
RomanceJacob ha cometido un gran error al dejar de lado a la familia que siempre había soñado por algo tan simple como el dinero. Ahora que su mujer lo ha dejado y planea enviarle los papeles del divorcio, él se da cuenta de su gran error. Pero todos somos...