El timbre anunciando el final del día retumbó por todo el instituto.
-No olvideis vuestro trabajo para el lunes- dijo el profesor antes de salir de la clase, antes que sus alumnos.
Claire guardó sus cosas y esperó a Lorraine, que estaba retocándose el pintalabios. Una vez terminó las dos se dirigieron a la salida.
Lorraine se despidió de Claire en la taquilla de esta y corrió a través del pasillo. La morena la vió desparecer a los segundos. Volvió su vista a la taquilla y la abrió. Guardó su libro de matemáticas y cogió el de Literatura inglesa, le esperaba un gran fin de semana dedicado al ensayo que les habían enviado. Cerró la taquilla y se acuclilló para poder abrir la mochila y meter dentro los libros que sujetaba con su brazo.
Mientras los guardaba, unas zapatillas entraron en su campo de visión. Cerró la mochila y subió la mirada.
Unos ojos marrones la observaban desde arriba. Lex sonrió nervioso al encontrarse sus miradas. Claire se levantó y colgó su mochila en el hombro derecho.
-Hola- le dijo Claire con una sonrisa tímida. Lex le volvió a sonreir y se quedó mirandola. Los segundos pasaron y Lex seguía en su mundo. Claire levantó las cejas y una risita escapó de sus labios.
- Ho-hola, Claire- el nerviosísmo de Lex se notaba a muchas millas a la redonda, eso hizo que Claire sonriera, esta vez, enternecida -Claire...
-¿Sí?
-Yo... eh... yo me preguntaba, si tú...
Antes de que Lex pudiese reunie valor y preguntarle lo que quería, un chico apareció junto a ambos y se dirigió a Claire.
-¿Claire, no?
Con el ceño ligeramente fruncido, Claire asintió hacia el chico.
-Un tio con un coche rojo está fuera esperándote- le dijo el muchacho para después marcharse por donde había aparecido.
Claire se quedó pensando por un momento hasta que una idea pasó por su cabeza.
-Lo siento Lex, pero debo irme, ¿Hablamos luego?- una sonrisa de disculpa fue dirigida a Lex antes de salir disparada a la salida del instituto.
-Claro. Nos vemos- susurró Lex para sí mísmo,ya que no había nadie más en el pasillo.
Suspiró y caminó también a la salida. En las puertas del instituto vió como su Claire corría hacia el estacionamiento, allí se tiró a los brazos de un chico, universitario pensó Lex. Los vió separarse y subir al coche antes de arrancar y desparecer por la carretera. Volvió a suspirar y emprendió el camino a su coche. Solo faltaba una semana para el baile y estaba perdiendo las esperanzas de llevar a Claire como su pareja.
Claire corrió por el estacionamiento hasta tirarse en los brazos de su hermano mayor, Dereck. Hacía tres meses que no se veían. Los fuertes brazos de su hermano la rodearon y la apretaron.
-Te he echado de menos, pequeña- le susurró su hermano.
-Y yo a ti, Yeti.
Se separon y Claire lo miró con una sonrisa en el rostro. Dereck la miraba con una ceja arqueada y una sonrisa traviesa. La chica imaginó lo peor y lo que más odiaba. Dereck fue rápido y alargó un brazo para revolverle el pelo a su hermanita.
-¡No hagas eso!- se quejó Claire.
Dereck soltó una carcajada -Entonces, tú- le apuntó con un dedo- No me llames Yeti. Y sube al coche.
Volvió a escucharse la risa de Dereck. Los dos se subieron al Camaro y Dereck arrancó.
-Sabes que en el fondo te gusta que te llame así- le sonrió Claire. Dereck negó divertido con la cabeza y se concentró en la carretera. Ver a su hermana siempre lo alegraba, era su bichito molesto personal. Desde que tenía memoria Claire había sido más que una hermana. Una amiga que nunca perdería.
Cuando llegaron a casa, Claire salió disparada del coche y corrió a la puerta de casa, que casi derriba de la emoción. Dereck negó con la cabeza y salió del coche.
Dos chillidos femeninos hicieron que se detuviese en la entrada de casa. Se arrepintió al segundo de haber llevado a su novia, Mia. Podía ser igual de alegre que Claire pero menos energética y malvada. Cada vez que la llevaba a su casa no la veía por horas, ya que pasaba más el tiempo con su hermana pequeña que con él.
La puerta de un coche cerrándose de un portazo lo sacó de sus pensamientos. Giró la cabeza y vió a un muchacho castaño que lo miraba con odio desde la casa de al lado. El chico lo siguió mirando con el ceño fruncido hasta llegar a la puerta de su casa y desparecer.
Raro pensó Dereck, se encogió de hombros y entró a la casa de los horrores, que sería los próximos días.
.......
He corregido algunas palabras.
Un saludo, Audrey. em0n
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Claire & Lex
RastgeleClaire solo se encontraba observando la lluvia por su ventana. Lex solo estaba corriendo las cortinas de su cuarto. Dos miradas. Una sonrisa. Y muchos papeles...