PoV April:
Si tan solo Ares no se hubiese marchado como una Diva Queen después de su estúpido comentario él me hubiese visto salir con mi vestido negro ajustado y corto, por lo cual agradecía enormemente a sus neuronas moribundas que se lo llevasen a otra parte y así eso no ocurriese.
Sin embargo, por otra parte me hubiese encantado decirle cuatro cositas que tenía en la parte de atrás de mi cabeza, y me estaban picando por no poder decirlas.
Como lo mucho que odiaba a ese maldito.
Odiaba. Cada. Célula. De. Su. Prostituto. Culo.
Me repasé el maquillaje y moví de nuevo mi pelo un poco para conseguir darle un poco más de volumen y luego me subí a los infernales destroza-pies que June me había hecho prometer que llevaría. Porque sí, esto era totalmente su culpa, como cualquier persona que la conociese podría imaginar.
Ella no podía mantener su cuerpo fuera de una fiesta ni con la resaca que llevaba encima de ayer. Al parecer tenía la teoría de que la resaca era como las agujetas, se curan con más "ejercicio", y en su caso, bebiendo aún más hasta alcanzar el coma etílico en el que, efectivamente, las cosas solo podían ir mejor. O no, y morías, pero ella prefería omitir esa parte.
En mi defensa, June no era así cuando nos conocimos, en parte porque tenía como nueve años, y sinceramente creía que esta etapa de alcoholismo se le pasaría en cuanto se llevase un buen susto y despertase en la cama de alguien con un bebé en su tripa y veinte cuerpos muertos a su alrededor. No sé, igual eso no, pero se me ocurriría algo para que dejase de destrozar su vida a base de vodka barato y hombres cachondos.
Bueno, solo lo primero.
Salí, taconeando con fuerza sobre el parqué, y bajé hasta el primer piso, donde mi padre esperaba para darme sus "ten cuidados" y sus "no llegues tardes", que obviamente cumpliría aunque solo fuese porque realmente no me apetecía nada salir, y menos con las pintas que llevaba. Odiaba verme como una chica fácil. De nuevo, culpa de June.
Aunque, pensándolo mejor, igual tan solo era cuestión de soltarse. Quiero decir, ¿June se lo pasaba bien, no? ¿Por qué yo no iba a hacerlo? Igual sólo tenía que beber un traguito y bailar un poco.
Suspiré, sabía que no bebería nada, como siempre, pero si encontraba a un chico lindo prometía bailar con él. Aunque solo fuese una canción.
Salí de casa haciendo ruido porque el suelo era parqué de madera prensada, y luego seguí haciendo ruido porque la calle estaba asfaltada en adoquines de piedra, que soñaban con fuerza contra mis tacones de aguja.
Mientras caminaba hacia la casa de June fui probando a ver si podía caminar sensual, pero después de casi estamparme contra una farola decidí que tal vez simplemente no era lo mío.
Nada más llegar frente al portal de June un silbido sonó desde el coche negro aparcado junto a la farola más cercana.
Me giré para ver salir del coche a Brian, en silencio, y a ... ¿Cómo se llamaba aquel chico? No recordaba, pero aún llevaba la venda en la nariz por culpa del puñetazo del imbécil.
Y el estúpido sonreía. Solo por su expresión supe que había sido él el que había silbado.
- Hey, hermosa, ¿me echabas de menos? -
Le di una colleja y saqué el móvil para revisar mis mensajes.
- Ya te gustaría. - Respondí, mientras leía los últimos.
Rió en voz baja.
- Claro, gatita. - Susurró, burlonamente.
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¿Qué?
Romance- Dame una sola razón por la cuál no saldrías con ese tío. - Me reclamó June, de brazos cruzados. - No tiene nombre de mes del año. - Respondí, confiada. La única razón por la que me había hecho mejor amiga de June al principio era porque ambas nos...