Ares:
Me quedé observando el lugar por donde había desaparecido, con el picor de mi mejilla recordándome que ella me había tocado ... Golpeado. Sí, ella me golpeó. Y eso que yo la salvé.
- ¿Estás bien? - La voz de Andrea me sacó del trance, y mis ojos se encontraron con los suyos, mientras ella me rodeaba y se ponía frente a mí. - Te has raspado la frente. - Me dijo. - Vamos a casa, te lo curaré. -
Y me dio la mano.
Dios, se parece muchísimo a ella. No pude evitar pensar. No, son personas diferentes. Andrea es más ... Madura y femenina. Su prima ... La chica del prostíbulo... Ella solamente está loca. Pirada. Como una cabra.
Debía cuidarme, recién empezaba una relación con alguien que me gustaba desde Jane y ahora solo con abrir su boca esa chiquilla podía destrozarlo todo.
No.
Me aseguraría de que mantuviese la boca cerrada. No iba a permitir que acabase con todo. Antes ... Haría un trato con ella.
- Andrea, creo que tu prima ... -
- April. - Me interrumpió.
April. Es hermoso ... Pero dios, no le pega para nada. Mejor que el mes de las flores se podía haber llamado Manicomio o algo así. Pensé.
- April. Creo que está enfadada. ¿Podrías darme su dirección para disculparme? - Pedí, esperando que se enfadase, pero solo me miró unos segundos y luego sonrió y asintió.
- Claro, me alegro de que os llevéis bien. - Respondió. - Pero tu frente está sangrando, vamos. -
Me llevó hasta su apartamento de nuevo, y fue a por algodón.
Mojó el algodón en alcohol y lentamente comenzó a desinfectar el corte de mi frente. Observé cómo se mordía el labio por la concentración.
- Te vas a hacer daño. - Dije.
- ¿Eh? - Preguntó, confundida.
- El labio, te lo muerdes muy fuerte. Te vas a hacer daño. - Repetí de nuevo.
Sonrió.
- Ah, no pasa nada. Es una manía. - Dijo.
Asentí.
- Ya está. - Anunció, separándose para admirar su obra.
- Lástima. - Respondí, con mi mejor carita de pena, y agarré su cintura con suavidad. - Me estaba gustando que hicieses de enfermera. -
Comenzó a reírse, pero la interrumpí posando mis labios sobre los suyos.
- Creo que ya nos han interrumpido un par de veces. ¿Por dónde íbamos? - Pregunté, poniendo mi frente contra la suya.
Sonrió traviesamente.
- No recuerdo bien. ¿Me refrescas la memoria? - Dijo, y se echó a reír, besando mis labios una vez más antes de separarse definitivamente. - Pero no ahora. Tengo cosas importantes que hacer. Las casas no se venden solas. -
Es verdad, ella trabajaba para una inmobiliaria.
Suspiré y me recosté contra el respaldo de la silla.
Entonces algo captó mi vista. Un móvil. Era negro, pero la funda tenía forma de pingüino rechoncho.
Maldita sea, podía jurar que sabía de quién era. Solo con verla un par de veces sabía perfectamente que un móvil con funda de pingüino rechoncho solo podía pertenecer a una persona, y esa era la misma que me debía una disculpa. Dos. Y un gracias. Sí, la muchacha con nombre del mes de mi cumpleaños. Porque mierda, ella por supuesto tenía que tener el nombre de MI mes, ¿no es cierto? Sí, maldita April.
Cogí el móvil y lo encendí.
- JA. - Solté, en voz alta.
Esta muchacha era demasiado confiada. Su móvil estaba sin contraseña.
Deslicé mi dedo por la pantalla, sintiendo la emoción crecer dentro de mí al ver las aplicaciones aparecer sobre un fondo de estrellas de colores.
Una sonrisa creció en mis labios.
Tal vez, y solo tal vez no debería estar haciendo esto ... Meh, ella me aplastó contra el suelo y luego ni me dijo gracias.
Abrí primero sus fotos.
Ella, su amiga rubia, el aeropuerto, ella con un señor que juraría era su padre, ella con una mujer bastante joven, ella, ella, un gato, ella, ella y el gato, una cita de autoayuda, ¿Winnie the Pooh? ¿Qué? Y Tiger, y Piglet. Hmmm, y esto de aquí ... Dibujos. Dios, eran hermosos, realmente lo eran. El mismo gato de antes. Ahorraré espacio diciendo que eran como unas veinte fotos del gato en diferentes posiciones. Ella frente a un espejo muy bonito en color negro. Una habitación, el cielo, un atardecer, varias imágenes en la playa. ....... WOW. Atención aquí todos los hombres: ella en la playa. Y, cómo no, en bikini.
Tenía el pelo más largo que ahora, casi rozándole la cintura, y llevaba ... Espera. ¿Eso eran calcetines? Espera, ¿eran malditamente calcetines de Winnie the Pooh? ¿QUÉ?
Cerré las fotos de golpe.
No, yo no debería haber visto esto.
Pensé en mirar otra cosa, pero no fui capaz.
- ¿Andrea? - La llamé, alzando la voz.
- ¿Sí? - Respondió, desde su despacho.
- Ehhhh, creo que tu prima se dejó el móvil. - Dije.
- Dios, siempre se le olvida algo. - Masculló. - Déjalo ahí, se lo llevo en cuanto pueda. - Me indicó.
Dudé. Una sonrisa malévola creció en mi rostro.
- No, no te preocupes, se lo llevo yo. Además, debería irme. - Respondí.
- ¿Seguro? - Preguntó.
- Claro, sin problema. - Dije. Oh no, no había ningún problema.
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¿Qué?
Romantizm- Dame una sola razón por la cuál no saldrías con ese tío. - Me reclamó June, de brazos cruzados. - No tiene nombre de mes del año. - Respondí, confiada. La única razón por la que me había hecho mejor amiga de June al principio era porque ambas nos...