Andrea en multimedia.
PoV Ares:
Dios, me sentía horrible. Me agarré la cabeza entre las manos mientras escuchaba al policía parlotear sobre mis derechos.
¿Qué mierda me importaban a mí mis derechos? Solo quería una jodida aspirina.
- ¡Aaareeees! - Canturreó Cali, apareciendo con una sonrisa.
- ¿Qué ...? ¿Cómo lo haces? - Pregunté, sorprendido y cabreado.
Cali había bebido más que yo, pero parecía estar totalmente bien.
Se rió alegremente y se sentó junto a mí.
- Señor Gioccomo, estamos tratando de arrestar a este individuo, por favor manténgase al margen y déjenos trabajar. - Le pidió uno de los policías, con aire cansado.
- Pero yo no voy a presentar cargos por haberme golpeado, así que realmente no hay motivo para ello, ¿no? - Preguntó, con una sonrisa, Cali.
El policía se quedó quieto.
- Bueno ... -
Pero entonces la puerta se abrió y una chica se precipitó hacia el suelo de golpe. Me levanté justo a tiempo para atraparla entre mis brazos, y, segundos después, ella atrapó el café que había salido volando de sus manos al caer.
- Uppps ... - Murmuró, avergonzada.
Se levantó con cuidado de no tirar el vaso de café y clavó sus ojos color chocolate en los míos, haciendo que mi corazón se saltase un latido.
- Señorita Wood, llega usted muy tarde. - Dijo el policía con desaprobación.
¿Wood? ¿No era así también como el policía se había referido a la chica del prostíbulo? Bueno ellas se parecían bastante, la verdad, aunque no podría confundirlas jamás.
- Sí, lo siento. - Se disculpó la muchacha, alisando como podía su traje, mientras enrojecía.
- Bueno, supongo que realmente no hay motivos para arrestarle, ya que no condujo ebrio y ninguno de los afectados presentará cargos. - Dijo el policía, revisando sus notas. - Sí, aunque me fastidia puede irse. -
Cali sonrió.
- ¿Has oído eso, Ares? Al final ha sido una gran noche, ¿sí, o sí? - Exclamó, dándome una palmadita en la espalda.
- Una gran noche es el solsticio de invierno, que es la noche más larga del año, Cali, esto es más bien como un gran infierno en el que tú me arrastras a la desgracia y luego el que tiene problemas soy yo. -
- Sí, pero luego los arreglo. - Respondió con una sonrisa.
Se escuchó una risa a mi izquierda y entonces me di cuenta de que, aunque los policías se habían marchado, la muchacha torpe seguía aquí.
- Me alegro de que disfrute de nuestra conversación, señorita Wood. - Dijo Cali, acercándose. - Aunque estoy seguro de que podré encontrar maneras de divertirla aún más sin palabras. -
La muchacha se puso roja.
- Me llamo Andrea, Andrea Wood. - Murmuró. - Podéis llamarme así. -
Observé a Andrea. Sí, realmente era hermosa.
- Cali. - Respondió inmediatamente mi mejor amigo, con una enorme sonrisa.
Suspiré.
- No le hagas caso, es un maldito prostituto. Soy Ares. - Dije, tendiéndole la mano,
La cogió con una sonrisa.
- Ares. Bonito nombre, como el dios de la guerra, ¿no? - Preguntó.
Asentí.
Cali nos miro y levantó una ceja.
- Bueno, creo que yo me voy. Que os divirtáis. - Se despidió, con expresión divertida, y se marchó cerrando la puerta de la habitación tras él.
- ¿Quie... - Empecé a decir.
- ¿Quieres tomar algo? - Me interrumpió Andrea, y luego se puso colorada. - Si no te importa. - Añadió.
Me reí por su adorable cara y luego asentí.
- Me encantaría. - Respondí. - ¿Mañana? -
Asintió.
- En el antiguo Cali's, ¿te parece? -
Asentí ahora yo. Sonrió con dulzura.
- Entonces nos vemos. -
- A las siete. - Respondí.
- No tardes. - Se despidió, y se marchó.
Mis ojos se quedaron donde segundos antes estaba ella. El amor. Otra vez la misma mierda.
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¿Qué?
Roman d'amour- Dame una sola razón por la cuál no saldrías con ese tío. - Me reclamó June, de brazos cruzados. - No tiene nombre de mes del año. - Respondí, confiada. La única razón por la que me había hecho mejor amiga de June al principio era porque ambas nos...