Capítulo II

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Vega se cepillaba su melena ondulada y rubia como el mismo oro, veía su reflejo en gran espejo de su tocador, ojos color oliva, piel como la porcelana y facciones refinadas. La chica se había despertado desde muy temprano para alistarse, hoy comenzaban las clases en su nueva escuela, escuela a la que no quería asistir por nada del mundo, quería regresar a su antigua escuela, donde estaban sus únicos verdaderos amigos, los únicos que sabían el gran secreto de la chica, ese secreto que en TERRA era mal visto. Se pasó el labial rojo intenso por sus labios rosas y se echó un último vistazo, llevaba un vestido blanco que le llegaba a las rodillas y unos zapatos del mismo color, sin olvidar su listón igual blanco que posaba en su cabello.

Tomó su mochila y se dispuso a ir al comedor donde su padre ya había puesto la mesa y la recibió con una cálida sonrisa.

—Pero si es mi preciosa hija, mi Vega—su padre depositó un beso en la frente de Vega

—Hola papá—la chica le sonrió y se sentó y mordió su pan tostado—¿Y mi otro papá?

—Salió disparado, no quería llegar tarde a su nuevo trabajo—le contestó su padre y Vega solo asintió.—Lo entenderás cuando tengas una familia, cundo tengas a tu esposa y a tu hija o hijo o hijos.

—No quiero tener una familia—dijo Vega ocultando su dolor, de hecho es lo que más deseaba, pero sabía que eso sería imposible

—No digas tonterías Vega—le dijo su padre—Aun eres muy joven y no lo entiendes. Y dime ya tienes novia, eres muy guapa Vega, cuantas chicas deben de estar detrás de ti.

—No papá aun no tengo novia—dijo irritada Vega, siempre era la misma platica. Su padre la miró más seriamente

—No me vayas a resultar heterosexual—el hombre la escrutaba con la mirada

—No lo soy—dijo Vega roja como tomate, roja tanto de pena como de coraje, Vega sentía atracción hacia los chicos, pero eso era mal visto en TERRA. Vega consideraba a sus padres los más heterofobicos de toda TERRA, por ello se había decidido a jamás contárselos.

—Gracias a Soid—dijo su padre—Por un momento pensé que..... Bueno no importa, vete ya a la escuela que se te hará tardísimo.—Vega asintió—Consigue por ahí a una novia—rio su padre y la chica sintió un gran dolor en el corazón, ella amaba a sus padres, no los quería decepcionar, pero ella no decidió nacer heterosexual.

La chica paró un taxi y se subió dándole en seguida la dirección de su nueva escuela al taxista, quien asintió y puso en marcha el vehículo híbrido. En el transcurso del viaje, el taxista entabló una conversación con Vega sobre la ciudad que la chica rubia no conocía absolutamente en nada.

—¡Ah! y que no te sorprenda si ves a alguna parejita heterosexual por aquí, con eso de la liberación y no sé qué otras aberraciones—dijo el taxista—Esas basuras son unos descarados sinvergüenzas—Vega tragó saliva con coraje, esta sociedad jamás aceptaría esto, nunca.

Al llegar a la escuela Vega pagó y se bajó del taxi tan rápido como se permitió. Frente a ella se encontraba una escuela preparatoria no muy diferente a la anterior, color azul marino y amarilla, el color era lo único diferente a su anterior escuela. Caminó hacia en edificio y empezó a ver a parejitas por todas partes, chica besando a otra chica, o viceversa con los chicos, nadie veía mal eso, claro que no, eso era lo "normal y correcto", las parejas heteros eran las rarezas de la naturaleza. Siguió avanzado y alguna que otra chica la miraban y después hablaban con su grupito de amigas, a Vega le incomodó eso, se sentía extraña. Siguió su camino tratando de ignorar las miradas indiscretas y busco su casillero, y ahí estaba el casillero "A456", empezó a guardar sus cosas y no tardo mucho cuando una chica castaña se recargó en los casilleros.

—Hola, eres nueva ¿cierto?¿cómo te llamas?

Vega tomó lo que utilizaría para su primera clase y se marchó ignorando a la castaña, Vega estaba harta de esta situación, ella solo quería ser libre, ser quien realmente era sin que la ofendieran o la trataran como una anormal, siguió caminando, absorta en sus pensamientos que ni cuenta se dio cuando chocó con un chico de cabello castaño oscuro y ojos verdes, muy delgado para el gustó de Vega, pero no le quitaba lo atractivo.

—Lo siento—se disculpó la chica

—Descuida no pasó nada—le dijo el chico sobándose el brazo.—¿Nueva?—preguntó el chico de ojos verdes limón.

—¿Se nota mucho?—preguntó la chica de ojos oliva

—Algo—se encogió de hombros el chico—Soy Nova, un gusto—le tendió la mano a la chica rubia y esta la aceptó.

Vega sintió algo al tomarle la mano a ese chico, no era amor, eso le había quedado más que claro, sino, una sensación confianza, serian buenos amigos, Vega lo sabía.

—Vega—dijo la chica, en TERRA nadie tenía apellidos, no los necesitaban, no había Terraniense que tuviera el mismo nombre que otro, todos tenían nombres distintos, todos relacionados con el universo.

—Bueno Vega, supongo que estas en mi año, así que préstame tu pase para ver a que salón te asignaron, por cierto soy moderador de pasillos—aclaro Nova y Vega le entregó su pase—¡Perfecto eres de mi año y de mi salón! Eso significa que siempre te veré—Nova le guiño un ojo y Vega se sonrojo

—¿Eres heterosexual?—susurró la chica

—¿Qué?, No—dijo Nova confundido pero después abrió los ojos tan grandes como platos—Oh lo dices por el guiño, es una mala maña mía, creo que le giñó a todo el mundo, pero pues no tengo nada en contra de los heterosexuales

—¿Lo dices enserio?—dijo Vega sorprendida

—¡Claro!, el amor es el amor, dime que no eres de esas mentecillas cerradas.

—No lo soy—afirmo Vega un poco alegre, lo tenía ahora más que claro, se llevaría muy bien con Nova

—Me alegra—Nova entrelazó su brazo con el de Vega y empezaron a caminar por los pasillos.

Vega se sintió extraña, no cualquier día se veía por ahí a un chico entrelazado del brazo de una chica, pero al parecer a Nova no parecía importarle, así que Vega igual trató de ignorarlo, pero las miradas se lo impedían. "Odio este mundo prejuicioso" se dijo Vega en la mente. Los chicos caminaron hasta llegar al aula, que tenía bancas para dos personas, por obvias razones Vega se sentó a lado de Nova quien se mordió el labio cuando Vega se sentó junto a él, lo notó la chica, pero decidió ignorar tal acto, y empezó a sacar sus útiles que ocuparía durante la clase, sacó su lapicera y su carpeta y se alisó el vestido y apretó el listón del cabello.

—Tranquila ya estás muy guapa—le dijo Nova y Vega se sonrojo

—Gracias—dijo ardiendo de pena "Le gusto" se dijo en su mente "¡Por Soid!¡Le gusto!" pensó la chica, "¿Qué hago?"—Tú también—dijo tímida, no quería que la malentendiera, ella solo podía sentir amistad por el chico, lo tuvo muy en claro desde el apretón de manos

El timbre sonó y más alumnos empezaron a entrar, todos poco a poco, unos se percataron de la presencia de la chica rubia, otros ni siquiera se dieron cuenta de su existencia, a Vega le dio igual, no es como si quisiera llamar la atención. El profesor entró y cerró la puerta detrás de él, era un hombre que aparentaba unos 58 años Terranos, era hombre gordo con lentes y barba, con cara de sufrimiento. El profesor apenas había acomodado sus cosas en el escritorio cuando tocaron a la puerta y Vega notó que Nova sonrió. Un chico de cabello castaño claro y algo corto con chamarra de cuero y mochila negra asomó la cabeza por la puerta.

—Me permitiría entrar por favor—dijo el chico y el profesor asintió con cansancio. Vega vio que era un chico con cuerpo trabajado y una sonrisa en la cual te perdías.

—Es tan...—dijo Nova

—Atractivo...—a completó Vega

—Exacto......—dijo Nova y después reaccionó de lo que había dicho Vega. 

Aventuras espaciales: "The Elementals" Donde viven las historias. Descúbrelo ahora