Capítulo V: El Baño

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Noiz ríe y nos encaminamos a baño.

La bañera es blanca, profunda y ovalada, muy de diseño. Noiz se inclina y abre el grifo de la pared embaldosada. Vierte en el agua un aceite de baño. Gradualmente va formándose en espuma, y un dulce y seductor aroma invade el baño.

Noiz me mira con ojos impenetrables, se quita la camiseta y la tira al suelo.

Estoy al lado de la puerta, con los ojos muy abiertos. Me acerco torpemente a él, me quito la sudadera y los pantalones sin sostenerle la vista. Me meto en la bañera.

Voy a tener que acostumbrarme si acabo aceptando sus escandalosas ofertas. Me observa con atención cuando se va quitando los pantalones junto con la ropa interior.

Miro mi cuerpo. Dios mío, estoy completamente desnudo. Me pongo rojo y bajo la mirada hacia las manos, que están a la altura de la barriga.

Me agacho y me meto en el agradable agua caliente. Huele de maravilla. Me tumbo boca arriba, cierro los ojos un instante y me relajo en la tranquilizadora calidez. Siento como Noiz se mete en la bañera detrás de mí. El agua sube de nivel cuando se sienta y tira de mí para que me apoye en su pecho. Coloca sus largas piernas encima de las mías, con las rodillas flexionadas y los tobillos a la misma altura que los míos. Un temblor me recorre todo el cuerpo. Coge una botella de gel del estante junto a la bañera y se echa un chorrito en la mano. Se frota las manos para hacer una ligera capa de espuma, me las coloca alrededor del cuello y empieza a extenderme el jabón por la nuca y los hombros, masajeándolos con fuerza con sus largos y fuertes dedos.

- ¿Te gusta?

Casi puedo oír su sonrisa.

Desciende hasta mis brazos, luego por debajo hasta las axilas, frotándome suavemente. Llega por mi pecho y juega con el.

- Noiz, déjate de tonterías.

El corazón me late a toda prisa, tanto que me avergüenza. Se inclina y me frota entre las piernas. Contengo la respiración.

- Noiz... ¿dónde estás tocando?

- Nada -me susurra al oído, y me roza suavemente el lóbulo con los dientes-. Solo estoy limpiándote. Estas muy relajado

El cuerpo se me pone rígido e intento estirar las piernas.

¿Qué tiene la bañera? Me siento muy a gusto, tanto que recargo mi espalda en el pecho de Noiz.

- Oye -Noiz me levanta el mentón-. No te quedes dormido, aun tengo que lavar tu cabello.

Las palabras no salen, tan solo soy capaz de negar con la cabeza.

- Voy a aplicar el método para despertarte -advierte-, oye...

- Un poco... Noiz.

Siento que se inclina, toma mi barbilla y hace que me gire a su rostro. Abro los ojos de golpe cuando siento la lengua de Noiz recorrer la comisura de mis labios.

- ¡Mph! ¿Qué estás haciendo?

- Nada -Vuelve a hacerlo.

- ¡Mph! ¡Noiz! ¡No estaba durmiendo!

- Lo sé, de igual manera no importa. Está bien si te sientes bien, relajado -admite.

Pero, ¿qué hay de Noiz? El ha estado trabajando duro. Tomo un poco de gel y lo froto sobre mis manos, él me mira extrañado con curiosidad.

Apoyo mis manos en sus muslos, él se tensa. Deslizo mis dedos alrededor y por su vientre.

Oh no, esto me recuerda un poco a... lo que pasó en el hospital de Midorijima. Me sonrojo al ver que Noiz cierra los ojos, ¡justo como aquella vez! Trago saliva.

LÄRM- NoiAo DMMd [TERMINADA]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora