Penúltimo Capítulo

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Las siguientes dos semanas estuve con Noiz todo el tiempo y me refiero a todo el tiempo. Ambos estábamos demasiado ocupados en la oficina, encargándonos de las cosas de gente  grande y responsable. Me sentí tan feliz de que pude ayudar a Noiz más de lo que creía que sería capaz. Y disfrutamos más de eso, pero al mismo tiempo le extrañaba demasiado. Extrañaba las cosas que hacíamos cuando no estábamos ocupados, como jugar videojuegos, cocinar, ir a la entrada del zoológico y ver películas acurrucados.

Ni siquiera es necesario un beso de despedida porque ambos nos íbamos de casa juntos. Noiz siempre estaba ocupado, pero por el hecho que yo no estuviera hacía una gran diferencia de ahora… ahora hablamos poco y nada va más allá de otras cosas que no son de la empresa. Sólo nos queda sentirnos aburridos e infelices para ser un matrimonio viejo. Pero eso jamás pasará.

Nada en el mundo es seguro, pero yo puedo decir con certeza que Noiz y yo jamás seremos una pareja aburrida. Si no todo lo contrario, creo que estar a su lado es una de las cosas que más disfruto y no deseo estar en otro lugar más que ahí. Apoyándolo, ayudándolo…

Pero no este viernes.

El día de hoy, viernes trece de Junio apagué la alarma y me dejé dormir de más. Pude escuchar a Noiz entrar a mi habitación y vi entre mis párpados cómo se anudaba la corbata. Sentí que mi corazón se aceleraba. Tenía un traje negro y el pelo perfectamente estilizado como siempre.

—Aoba —Noiz acarició los mechones de mi cabeza, pero yo permanecí quieto—. Aoba, es hora.

—Aoba. Aoba—escuché la voz de alguien más y ese alguien se dispuso a brincar en mi pecho.

—¡Aoba! ¡Despierta holgazán! ¡Pi! —Luego el cúbito saltó y comenzó a brincar en mi frente.

Yo estoy despierto ya. Pero no abriré los ojos.

—Voy a tener que besar al príncipe. —comentó Noiz.

Mi pulso se aceleró a una velocidad increíble y sudé.

¡No enfrente de Ren y Midori!, Quise gritar. Pero si lo hacía mi plan habría fracasado.

De inmediato sentí los labios de Noiz rozar la comisura de los míos y su respiración en mi piel.

—Chu~...

Me besó. No fue un beso especial, Salvo que fue uno tierno, como si realmente fuera esa belleza de oro en su profundo letargo y él, el gallardo héroe de sangre azul que en realidad es.
Pero todo eso se echó a perder cuando me propinó una lamida.
Hice mi mayor esfuerzo por no abrir un ojo y no sonrojarme.

Mierda, que vergonzoso.

—Aoba —me llamó nuevamente. Su aliento me hizo cosquillas  y en las mejillas—, ¿sabes qué día es hoy? Lo sabes, ¿no?

«Por supuesto que lo sé, mi Noiz.»

Su tono me rompió el corazón. Es tan sólo un niño y no puedo hacerle esto. Pero me lo agradecerá luego.

Me di la vuelta, dándole la espalda gruñendo fastidiado.

—¡Azulito! —gritó Midori.

—Shh, déjalo descansar. No es como si fuera necesario que viniera conmigo cuando sólo serán unas horas. Ren, cuídalo bien —dijo Noiz.

—Por supuesto.

—Volveré pronto. —susurra mimando mi cabeza.

Y salió nuevamente. Esperé que sus pasos bajarán por las escaleras de caracol y se fuera. Y cuando lo hizo sonreí para mis adentros.

LÄRM- NoiAo DMMd [TERMINADA]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora