Tabú

Libertad

Ambos estaban nerviosos, tensos... Al límite. Pero de una cosa estaban seguros, y es que en ese momento iban a aclarar toda aquella confusión y los porqués de tanta distancia cuando compartían hasta la misma cama.

El mayor de los gemelos terminó frente a la gran cama de sábanas blancas, donde se dibujaba un cuerpo idéntico al suyo.

¿Qué haría ahora?

Tenía que arriesgarse a ganar o perderlo todo y por primera vez, sintió que no sabía cómo comportarse con su gemelo, cosa que le aterró.

Apretó los puños e hizo una extraña mueca que llamó la atención del menor -¿Vas a decirme que te ocurre? –Preguntó la temblorosa voz del más lanzado de los dos -Te has encerrado aquí y no me diriges la palabra. –Sus frases ya tomaban iniciativa e iban estando cada vez más seguras y decididas.

Soportaba la ignorancia de su hermano, la cual a veces le sorprendía, pero no podía soportar una discusión por algo que desconocía y sin ni siquiera hablarlo -Oh vamos... –comenzó con un tono satírico- Ahora me dirás que te importa nuestro mundo, ¿verdad? -se burló sentándose entre las sábanas y mirándole con ojos levemente rojizos y cansados por el llanto.

-Pues claro que me importa! –Exclamó desconcertado. Aquello jamás pensó escucharlo de los labios de su hermano. Su mundo era todo lo que tenían y ambos lo sabían -¿Por qué dices eso Kaoru? –Le estaba volviendo loco, ¿Cómo se atrevía a dudarlo?- No me lo puedo creer... –su tono de estupefacción se denotaba a medida que pasaban los segundos que marcaba el despertador del cuarto.

-¡Porque tengo dos ojos en la cara, Hikaru! -estalló con su voz tan dolida como su corazón. A pesar de ser el más calmado, ese asunto era grave, le estaba lastimando en lo mas profundo de su ser y no podía reprimirlo por mucho que estuviera con su hermano. Un largo suspiro y unos momentos de silencio fueron lo necesario para que su ira se aplacara y quedaran las cenizas de la tristeza -Solo debes mirar lo que esta pasando. No hablamos como antes porque no me siento como si estuviera hablando con mi hermano, sino con alguien que solo sabe hablar del Host y de Haruhi. -desvió la mirada y chasqueó la lengua al saber que había hecho mal en nombrarlos, pero ya no había vuelta atrás. Resignado, suspiró y se recostó de espaldas a su hermano -Si quieres salir con ellos no me importa, tampoco si tú y Haruhi tenéis algo. Si te hace feliz no me voy a entrometer pero podrías haber confiado en mí... Por favor, déjame solo un rato más.

-No pienso irme –contestó con determinación -¿Cómo puedes decirme todo esto? Esos dos ojos que tienes no ven nada –Dolía, dolía ver como su amado hermano pensaba que a él le gustaba Haruhi cuando únicamente sabia pensar en él. Si las últimas semanas se había comportado de manera extraña, era únicamente por esa razón. El menor no entendía nada, y el mayor tampoco entendía a que se debían todas esas quejas encadenadas. ¿Podría ser que su hermano estuviera celoso? ¿Por qué si no se fijaría en cuanto tiempo pasaba con Haruhi? –¡Nunca tendría nada con Haruhi porque solo pienso en ti, Kaoru! –Paró toda su ira en seco al pronunciar su última frase totalmente instintiva.

Un escalofrió paso por toda la espina dorsal del menor y se giró para mirarle de frente. No sabía qué decirle, tantas preguntas se agolpaban en su mente que solo susurró una de ellas de forma inconsciente -¿Q-Qué...?

Llegó el momento.

El mayor por fin diría todo lo que sentía, sin que el miedo o el autoengaño se entrometiesen.

Suspiró profundamente y le miró decidido, apoyó el peso de su cuerpo sobre el colchón, arrodillándose frente al menor, que le miraba expectante -¿Qué crees que hacía tanto tiempo con Haruhi? –preguntó retórico -Es la única persona centrada que nos rodea, me ayuda a pensar con claridad y sus opiniones no son alocadas o incoherentes. -que Hikaru era el mayor comenzó a notarse de inmediato -¿Y bien...? ¿De qué crees que hablamos? –Acorraló a su gemelo para que le diera alguna respuesta de su criterio sin tener alguna oportunidad de escapar.