Capítulo 4: Vacío sin fin.

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La brillante luz de la mañana hizo que Yoongi soltase tales palabrotas, que harían desmayar a su pobre abuela.

Tenía las sabanas enredadas en el cuerpo, sed, calor, el estómago revuelto y un dolor de cabeza monumental. Gimoteando, dio un par de vueltas por el colchón hasta terminar boca arriba, carraspeó y escondió sus ojos con su antebrazo mientras llevaba la otra mano a su garganta. La notaba seca y adolorida. ¿Qué demonios había bebido ayer? ¿Gasolina? ¿Líquido de frenos?

El descanso había sido corto. Lo supo en cuanto los recuerdos del día de ayer se arremolinaron en su mente e hicieron comprimir su adolorida garganta.

Había llorado frente a Namjoon... Patético. Una ola de vergüenza y a la vez dolor surgió de su pecho y se extendió a todo su cuerpo al ritmo de los tortuosos latidos de su corazón.

Años enteros de haber escondido sus sentimientos habían terminado así.

Rechazado.

Sabía que iba a terminar así si confesaba la verdad, pero aquel silencio que surgió entre los dos le había dolido más de lo previsto, es más, le habría dolido menos caer de un tercer piso.

- Ahh... - Gruñó apretando los dientes, ¿Dónde había quedado aquella tranquilidad suya de la que tanto estaba orgulloso? ¿Por qué había explotado así ayer? ¿Cómo iba a volver a mirarlo a la cara desde ahora? No, ¿¡Qué demonios iba a pasar ahora con todo!?

- ¿Estás despierto? - Yoongi se sobresaltó al escuchar una voz que no correspondía estar la habitación, pero cuando apartó el brazo para mirar a quien le hablaba, se percató de que estaba en un lugar desconocido para él - He hecho el desayuno, baja cuando quieras - Aquel chico que había conocido la mañana anterior en la biblioteca, Jungkook, le sonrió de una manera que lo dejó descolocado. Compasivo. Iba a preguntarle que rayos hacía en aquel lugar, pero Jungkook salió de la habitación en un abrir y cerrar de ojos.

...

De acuerdo, tenía que hacer memoria de lo que había hecho ayer...

Salir de clases.

Ir a casa a dejar la mochila y quitarse el uniforme, antes de dejarle una nota a sus padres diciéndoles que dormiría en casa de Hoseok...

Deambular por ahí hasta llegar al Rio Han.

... Haber sido rechazado por su mejor amigo... No, haber sido rechazado requería que le hubiera dicho algo, Namjoon simplemente se había quedado mirándole con una expresión de desconcierto absoluto.

Llegar a un bar luego de haber tirado su teléfono móvil en un basurero cualquiera.

.........

Nada más. Al menos ahora sabía que solo había bebido alcohol y no gasolina. ¿¡Pero por qué rayos había tirado su teléfono!? Si no quería llamadas, ¿Por qué no lo apagó como una persona normal, en lugar de tirarlo como si los regalasen en todas las esquinas?

Se quitó las sabanas de encima de un tirón, buscó su ropa en la habitación decorada con posters de Linkin Park y demás grupos. Se ganó un golpe contra la mesita de noche que probablemente dejaría un moretón, pero la encontró pulcramente doblada sobre un escritorio.

Olía a limpia y estaba más suave que antes. Suspiró.

Tenía que hacer desaparecer aquella actitud de compasión que tenía el menor. ¿Qué le había dicho ayer? ¿Acaso lo había utilizado como paño de lágrimas? Esperaba que no. Esperaba no haber llorado frente a nadie más. Ya era suficientemente penoso haberlo hecho frente a Namjoon.

Painful Love. [BTS]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora