Capitulo 3

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Capitulo 3

-Ella es...

-Malú.

Dije sonriendo, y ella también sonrió. Y yo pensando que no la volvería a ver. La vida te da sorpresas, y esta ha sido maravillosa. Qué guapa. Llevaba también un vestido negro, botines y sin chaqueta. Llevábamos un rato mirándonos, y nuestras sonrisas seguían ahí. Oí cómo alguien carraspeaba y nos giramos.

-Encantado Vanesa... (Dijo Jorge algo serio)

Le saludé con dos besos, e hice lo mismo con Malú acompañado de un abrazo. Que bien olía.

-Perdonar el retraso, pero no acaba nunca de arreglarse. (Dijo Jorge mientras yo me sentaba en mi sitio y él lo hacía a mi lado, pero alguien lo impidió).

-Mejor siéntate al lado de Ángel, y yo al de Vanesa. (Dijo Malú mientras hacia que Jorge se levantase con cara de muy pocos amigos y esperando una explicación) Así si habláis de vuestras cosas no estamos nosotras en medio (sonrió mientras mi miraba y yo asentí)

-Claro, las cosas de hombres (añadió Ángel).

¿Cosas de hombres? Vanesa... ¡Olvídate de él! Y lo volví a mirar, y me sonrió. Quizás me olvido de él... O no.

La cena no fue del todo mal, ellos hablaban de sus grandes aventuras de cuando eran jóvenes. Se conocieron en la universidad, aunque Jorge no acabo la carrera, prefirió las noches de fiesta y despertarse cada día en una cama diferente. Y lo explicaba como si de un héroe se tratase. Y yo miraba a Malú, y no entendía como podía estar con él. En cambio Angel era lo opuesto, o por lo menos eso parecía. Acabo la carrera, salía poco y cuando lo hacia dormía en su cama. Me entere que tuvo un par de novias en los cuatro años que estuvo fuera de casa, y poco más. Estaba harta de oír sus batallitas, así que decidí parar de escucharlos.

-¿Quieres salir a fumar? (Le comenté a Malú)

-¡Por favor!

Nos levantamos de la mesa, les dijimos que salíamos dos minutos y ni se inmutaron. Cogí mi copa de vino y la de Malú y salimos a la calle.

-Creía que no nos libraríamos nunca de ellos. (Dijo sonriente Malú)

-Aun nos queda noche. (Le pasé su copa cuando ya tenía su cigarro en la mano)

-¿Tienes el bolso?

-(La miré extrañada) Si... ¿por qué?

Volvió a sonreír y me contagio, sus ojos volvían a brillar. Se acabó su copa de vino, cogió la mia y las dejo en la entrada del restaurante.

-¡Vámonos!

Cogió mi mano y estiró de ella.

-Pero...

-Vane... No pienses.

Y lo hice, dejé de pensar, y esta vez fui yo la que estiré su mano, y empecé a correr. Y oí su risa persiguiéndome, me daba igual la cena, Ángel... Solo importaba su risa y la mía.

Llegamos al restaurante de la noche anterior, quedaba alguna mesa aun. Nos sentamos al fondo, nos sirvieron dos cervezas.

-¿Estás con Ángel?

Bomba. Hacia un buen rato que ninguna decía nada, y no se si preferí que contusionase ese silencio o la pregunta que me acababa de hacer Malú.

-No... Es... mi jefe.

-(Arqueo una ceja) Muy guapo...

-(Me SONROJE) Si... Lo es.

-Te gusta.

-¿Por qué me conoces tanto en apenas horas?

-Será porque te pareces a mí...

-(Sonreí) Yo no soy tan segura como tú.

-Esta noche lo has sido... (Sonrió, y luego cogió su móvil). Vaya, dos llamadas de Jorge.

-(Cogí el mío) No eres la única, también me ha llamado Ángel.

-Mañana ya le llamaré...

Guardo su móvil y yo hice lo mismo.

-Siento si te ha molestado algo de lo que haya dicho o hecho Jorge.

-(La miré extrañada) No... Solo, que... Bueno... Da igual.

-No. Dilo.

-(Me armé de valor, la miré a los ojos y lo solté) No entiendo cómo puedes estar con él.

-(Suspiro, y me devolvió la mirada) Ni yo entiendo cómo te puede gustar alguien que no te hace ni caso.

Tras la sorpresaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora