Capitulo 27

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Capitulo 27

-¿Alba? (Pregunté)

-Si... Se fue de la sala con (miró a Malú) con...

-Con la ex de Vane (Dijo Malú sorprendiendo a Francis)

-Tranquilo, sabe quién es Lucía.

-Bueno, pues... Se fue con Lucía y otro chico.

Vi como su cara cambió cuando dijo 'chico'.

-¿Qué chico?

-No sé quién es... Pero tú le conoces Malú.

-¿Yo? (Preguntó sorprendida)

-Si... Es músico en tu banda.

-No puede ser... (Dije sorprendida) ¿Jorge?

Nos describió un poco al chico, no nos hacía saber mucho ya que lo reconocimos fácilmente.

-Pues se fue muy contenta, abrazada a él.

Vaya con Alba, ¿qué le estaba pasando? Esto tenía que terminar.

-Quizás fue en parte culpa tuya. (Comentó Malú mirando a mi hermano, mientras yo solo escuchaba)

-¿Perdona? Hermanita, ¿le puedes decir a tu chica (sonreí y la miré) que no diga tonterías?

-Yo estoy de acuerdo con ella... (Dije entrelazando nuestras manos)

-¡Genial! (Se iba a levantar pero lo frené)

-Francis, Alba te vio pasándolo genial con Ana... (Miró hacia el suelo) y parece que le molestó más de lo que creía.

-Eso no es excusa para irse con cualquiera.

-¡Ja! ¡Tendrás morro! (Exclamó Malú) ¿Tu puedes bailar y pasarlo bien con otras pero ella no?

-Hermanito... Eso no es justo.

-(Se quitó las gafas y me miró) Yo... Yo no quiero que piense que estoy con cualquiera, yo... Yo quiero...

-Ya... (Sonreí) Tu la quieres a ella, pero tienes tanto miedo como el primer día. ¿Me equivoco?

El silencio inundó nuestra conversación, le acaricia su pierna y volvió a mirarme.

-Lo siento...

-No tienes que pedirme perdón a mi Francis, háblalo con ella cuando estés preparado. Quizás los dos necesitáis tiempo.

-¿Porque Alba no me es sincera? Puede hablar conmigo, no se...

-¿Para qué? ¿Para decirle que te gusta pero no es el momento? Eso ya pasó hace unos años...

-Y le hice daño... (Me interrumpió y yo asentí) Lo sé.

-Nosotras podemos hablar con ella (Dijo Malú)

-Gracias (Le sonrió Francis)

Y ahí quedó la conversación, cuando llegase el momento estarían juntos, tenía esa intuición. Terminamos de comer, y lo acompañamos hasta la estación, ahí nos despedimos y le prometí que iría pronto a verles. El sábado acabó en casa, película, manta y a descansar.

Noté como alguien besaba mi cara, sonreí, solo podía ser ella.

-Despiértame así toda la vida... (Susurré)

-(Rió) Solo si eres tú la que me prepara el desayuno.

-(Abrí los ojos) Hecho. Pero antes...

Cambié de posición y ahora era yo la que besaba su cara, sus mejillas, su frente, su boca, hasta bajar a su cuello, Malú mordió mi oreja y... el timbre sonó.

Tras la sorpresaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora