Capitulo 8

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Capitulo 8

Ángel nos dejó en mi piso, me despedí de él con un gracias sincero. Había estado de diez esa noche, en la cena, con la sorpresa de la salsa, y por supuesto defendiendo a Malú. Ella estaba detrás de mí mientras abría la puerta de mi piso. Abrí y entramos, dejé las cosas en la mesita de la entrada y me descalcé. Me giré y Malú estaba aun quieta en la puerta, en ese momento vi la situación, la había invitado a pasar la noche, solo tenía una cama y ni siquiera ella tenía ropa para cambiarse. Me acerqué a ella.

-Quizás... Querías irte a tu casa... Yo solo... Quería que estuvieses tranquila...

-Vanesa... (Sonrió) Estoy tranquila si estas tu a mi lado.

Sonreí, hizo un paso y me abrazó.

-Ha sido una noche muy larga... (Dije mientras acariciaba su melena, y ella apoyaba su cara en mi hombro).

Se separó de mí, y se sacó sus altos zapatos para dejarlos a un lado, la miré y me sonrió, a los pocos minutos ya le había prestado un pijama y yo también me había puesto cómoda. Me acerque a la nevera y saqué un poco de jamón y queso, junto con unas tostadas que calentaría en el horno. Mermelada de tomate, y unas cervezas fresquitas iban a dar fin a esa noche. Mientras lo preparaba Malú iba andando por mi pequeña guarida.

-No sabía que tocases la guitarra...

Dijo mientras la sostenía en sus manos.

-Vaya... hay cosas que no me gusta que sepan de mi, y menos tan pronto. (Sonreí mientras llevaba todo a la mesa).

-Perdona... No quería...

-Malú... es broma. Estás en tu casa. (Sonrió y se sentó en el sofá junto con la guitarra).

-¿Y solo tocas o también escribes?

-Bueno... me gusta escribir mis pensamientos, pero no me dedico a ello ni nada por el estilo. Simplemente me desahogo.

Alargó el brazo hacia una de las sillas que tenía cerca del sofá, allí había varias hojas con mis últimos textos. Y empezó a leer.

-Me gustó ser parte de tu vida, me gustó ser dueña de tus noches, compartir contigo tus manías, me gustó que me besaras en el... (Y me miró)

-(Me sonrojé) Eso es uno de mis primeros textos... Lo encontré hace un par de días en un cajón y me gusta tenerlo cerca.

-'Durmiendo sola...' ¿Te gusta dormir sola?

-(Reí) Bueno, a veces es mejor dormir sola, que mal acompañada...

-(Continúo leyendo) Pero no me tiembla el pulso si te veo... ¿Un poco duro, no?

-Bueno... no del todo.

-(Cogió su cerveza, un poco de queso y me miró) ¿Me lo explicas?

-(Cogí mi botella, y suspiré) La escribí cuando afronte una ruptura, y en mi modo de ver, muy positiva. Quiero decir que... cuando ha sido muy bonito y especial tienes que saber retirarte a tiempo. Cuando de repente se va acabando las ganas y la mecha se va apagando lo mejor es decirlo y no pasa nada... (Mi miró sorprendida) Bueno, pasa... porque duele. Pero creo que es mejor ser sincera con una misma, y no hacerte daño ni a ti, ni mucho menos a la persona que tienes a tu lado. Y eso es... Durmiendo sola.

-(Miró el folio) Ojala yo también pudiese dormir sola...

No le dije nada, sabía perfectamente que hablaba de Jorge, y que algo estaba pasando entre ellos, y no bueno precisamente. Pero decidí que fuera ella la que si algún momento quería contármelo que así lo hiciese. Nos acabamos la comida, nuestra bebida y nos fuimos a dormir.

Tras la sorpresaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora