Capitulo 26

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Cuando eres anoréxico, bulímico y te rehusas a buscar ayuda porque crees que te las sabes todas, empieza a buscar una lápida que te guste porque estás cerca de la muerte. La situación empeoraba cada día más: Miguel me presionaba para que les cuente a mis padres, mientras que mis amigos ya los habían dado por enterados y yo no siquiera podía confiar en nadie. No podía contarles mi malestar a mis amigos porque automáticamente habían dejado de serlo; tampoco podía hablar con mis papás, tenía mucho miedo de que me internasen. Lo único que me quedaba por hacer era hablar con Miguel Ángel, aunque supiese que tarde o temprano iba a cansarse de lidiar con mi estilo de vida y mi obsesión congénita a su persona. Tenía que elegir: ser perfecto o estar con Miguel y tener amigos y una familia que me amaba. Elegí ser perfecto, o intentar serlo al menos.

15 de diciembre de 2003

Rubiu5: No soporto más esto, me quiero ir de esta casa, no puedo estudiar. Los odio a todos. No sabes lo que es esta casa, no sabes. Me parece que me voy a vivir con mi abuela a Noruega.
Hogweed: Intenta relajarte un poco. No seas extremista, porque sin duda hay muchísimas peores. Tienes todas las comodidades posibles, solo tienes que mejorar o manejar la relación y punto. No tomes en cuenta solo lo "malo" que tus padres te hacen, porque estarías siendo muy injusto. Tu vida depende hoy por hoy de ellos, te guste o no.
Rubiu5: No es que están mal conmigo, ellos están mal entre ellos y se descargan conmigo y no lo puedo soportar más. Hay malos rollos por todos lados, en cada rincón de la casa, soy muy receptivo con esas cosas. Si puedo evitar impregnarme de eso, lo evito. Y estando aquí no hay más remedio que contagiarme el estrés familiar.
Hogweed: Bueno, a mí no me parece que sea tan terrible y deberías empezar a acostumbrarte a estar en climas hostiles, no pienses que te van a tratar bien en todos lados.
Rubiu5: Tú podrás estar en climas hostiles pero ¿vivir permanentemente inmerso en esto? No, me niego. No quiero, no puedo soportarlo, soy débil.
Hogweed: No eres débil, estás débil.
Rubiu5: En serio, este ambiente me está tirando abajo. Me quiero ir a Noruega hasta marzo.
Hogweed: ¿Así allá no comes?
Rubiu5: Así no me joden. Ni siquiera puedo ir a Getafe ahora que está todo mal con mis colegas.
Hogweed: ¿Con todos está todo mal? ¿Por el tema de que hablaron con tus padres?
Rubiu5: Dejé de hablar con ellos, ya no puedo confiarles nada, por obvias razones. No me interesa seguir estando con ellos. No los puedo querer sabiendo que me traicionaron y por lo tanto seguir con ellos sería usarlas. Ni siquiera ganas de usarlos tengo. Antes todo era perfecto, no sé qué pasó aquí en mi casa. Me hace sentir horrible.

***

Mi error fue ese: creer que las cosas eran perfectas. Siempre tuve por seguro que mi familia era la familia perfecta, que mis padres eran los mejores, los más dedicados; que mis hermanos y yo éramos perfectos. Nada más lejos de la realidad, pero tenía que aparecer Ana para que nos diésemos cuenta. No quiero decir que yo fui la causa del desequilibrio que sufrió mi casa, mi familia, sino que gracias a lo que me sucedió se destaparon varias mentiras y cayeron paredes que en realidad eran cartones.
Al mismo tiempo que estaba faltando considerablemente a las clases en la universidad y que no me hablaba con mis padres, empecé a vivir a través de Internet. No existía el teléfono para mí, todo era "cyber" (no es difícil entender por qué estoy escribiendo un libro y no contándoselo a la gente directamente). Las personas con las que me relacionaban eran Samuel (el chico con quien me topé de casualidad cuando lo fui a buscar a la facultad a Miguel) y las niñas de mis grupos pro-anorexia.
Empecé a salir con Samuel regularmente: íbamos a jugar al pool, al teatro, a tomar algo; todo siempre como amigos. Aún así, no contaba todavía con plena confianza así que no le conté acerca de Ana, siempre me limité a decir que era un infeliz sin remedio. Una de las noches que salimos, me llevó en su auto a un bar. Después de tomar una gaseosa light y charlar unas cuantas horas, me decidí a contarle la verdad (no era muy creíble que era un hombre triste simplemente porque me iba mal en la facultad). Creía que Samuel necesitaba saber la verdad, así que cuando salimos del bar nos fuimos a su casa y nos sentamos en la terraza. Tenía muchísimo frío aunque era julio, pero estar con Ana al aire libre no era una combinación muy adecuada para mí: un hombre con huesos de pasta dentífrica.
"Tengo que contarte algo, Samuel"- le dije. Supongo que él pensó que le iba a decir cualquier otra cosa excepto lo que escuchó aquella noche. "Vomito después de comer... bueno, en realidad trato de no comer. Después de esta confesión espero dos cosas: que no me dejes de querer y que no sientas lástima por mí". Me abrazó y me dijo que su ex novia también había sido bulímica y yo confirmé mis sospechas: no éramos amigos porque nos habíamos caído bien, creo fervientemente que las personas son atraídas por percepciones y de alguna manera Samuel sabía que en algo me parecía a su ex novia. Éramos malditos bulímicos, muy romántico.
Me llevó hasta donde había dejado mi auto y me dijo: "¿Rubius, podrías llevar a una amiga que está en Getafe y vive cerca de tu casa?". Le respondí que sí, así que la esperamos en la estación de servicio mientras tomábamos otra gaseosa. Entonces llegó ella: rubia despampanante, con un cuerpo escultural y voz entre ronca y disfónica: Eva. Hablamos diez minutos juntos en la misma mesa y me dijo: "¡Gracias guapo por llevarme!". Saludamos a Samuel y emprendimos camino hacia nuestras casas.

Incomprendido. {Rubelangel}Donde viven las historias. Descúbrelo ahora