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"luke, decidí escribirte una carta porque no podría decirte las cosas mirándote a la cara. te mentí, nunca te hablé del cáncer.
me lo diagnosticaron de niña, y es... es terminal, luke, por eso nunca lo mencioné. sé que debí hacerlo, pero no tuve el valor, tú parecías tan agradable y yo ya perdí tantas personas por esto, que no quise perderte a ti.
se sincero, nunca te habrías acercado a mí si hubieras sabido que iba a morir... y si lo hubieras hecho hubieras tratado de no apegarte tanto.
¿y sabes qué es lo peor? que te quiero demasiado, luke, me daba lo mismo morir hace dos meses, pero ahora te tengo a ti en mi vida y eso me carcome el alma cada vez que abro los ojos.
no tenía motivos, ni expectativas ni deseos, y desde que te conocí saber que cada mañana estás esperándome para sorprenderme me dan ganas de ser eterna, de que tú seas eterno, de ser eternos juntos, y no puedo, luke, y quererte y saber que voy a morir me lastima más que el cáncer.
sólo voy a decir que te quiero, y que te doy la libertad de que continúes visitándome o de que te vayas antes de que sea peor, tú eliges, voy a aceptar lo que hagas.
-lenna".
cinco días después del incidente, esto estaba en mi buzón.
