10 Razones para NO Enamorarse (#10RPNE)

Razón N°2: Celos -Parte1-

Razón N°2: Celos
Parte 1. Besos de ensueño, ¿o besos en sueños?

Me quedé pensativa mirando la segunda hoja de mi cuaderno, y con mi mayor esfuerzo escribí letra por letra.

Razón N°2: Celos

¿Celos? Definitivamente, los malditos amaban arruinar relaciones.  

Tomé mi computadora y abrí el navegador, mientras tecleaba letra por letra.

'Los celos son una respuesta emocional compleja y perturbadora, que surge cuando una persona percibia una amenaza hacia algo que consideraba como propio. Comúnmente se denomina así a la sospecha o inquietud ante la posibilidad de que la persona amada nos reste atención en favor de otra. También se conoce así, al sentimiento de envidia hacia el éxito o posesión de otra persona."

En este caso, ibamos a hablar de los celos amorosos.  

Es decir que celos equivale a...ver a la persona que te atrae hablando con otro ser humano/persona/amigo/alien/o cualquier cosa con vida propia que pueda conquistarla y robartela.

Los celos son unos sentimientos horribles que pueden hacerte sentir como las miles de definiciones que tiene la palabra 'mierda'.

Un ruido me sacó de mis pensamientos.

 —¡TOCA LA PUERTA!—rió y se acercó a mi. En un intento por ocultar mi libreta ésta cayó dejando ver todo lo que había allí escrito.

—¿Qué es esto?—Comenzó a leer todo mientras yo intentaba con mis más ¿fuertes intentos? atrapar el cuaderno. —¿10 Razones para no enamorarse?—logré quitárselo y guardarlo refunfuñando en mi cajón, para darme vuelta y enfrentarme a su sensual rostro.   

<¿Qué?>

—¿Sabes qué? Seré bueno y olvidaré lo que sea que haya leído ahí.—dijo señalándola mientras yo me cruzaba de brazos y lo miraba arqueando una ceja.

—¿A qué venías?—golpeé mi pie en el suelo con impaciencia.

—Solo a decirte que pedí pizza y que te esperaba en la cocina.—

¿Qué no le dije que no tenia ganas de comer? Pfffff, chicos. Enserio necesito ese manual para entenderlos.  

—No tengo hambre.—y ahí es cuando a mi estomago se le ocurre rugir como un monstruo para contradecirme.

Se fue con una sonrisa burlona en la cara y me debatí si debía bajar a comer con él o no.

Definitivamente y de ninguna manera bajaría.
***

—Conozcamonos—.

—¿Después de invadir mi cuidad, casa y habitación pretendes que nos conozcamos?—más bocados entraron en mi boca.

—Si lo pones así suena muy malo. ¿Qué tal unas cuantas preguntas?—asentí. ¿Qué mas daba? Iba a seguir insistiendo hasta que yo aceptase.—Pregunta número uno: ¿qué problema tienes conmigo?—.

—No es contigo—puntualicé.—Es con tu sexo en general—sonrió.

-¿Eso quiere decir qué debo ser mujer para simpatizarte?—alzó su ceja y lo miré atentamente.

—No—.

—¿Por qué tienes un problema con los hombres?—.

—No es con ustedes en general...—dudé.—Oh, claro, acabo de decir que si es con ustedes en general. Dejame meditar mi respuesta.—rió—Supongo qué es el hecho de que sean tan ¿idiotas? ¿engreídos? ¿gilipollas?—me encogí de hombros—No quiero decir qué sea lesbiana o qué vaya a morir sola con 37 gatos; pero no necesito de nadie por ahora. Estoy perfectamente bien—me miró atentamente.