Razón N°9: Necesidad.
Parte 2. Cerca del final.
La carta cayó entre el enredo de mis sábanas, y mis dedos tomaron el pequeño objeto dentro del sobre, y las lágrimas volvieron a derramarse cuando vi lo que era.
Ese collar, el que habíamos visto en la joyería estaba en mis manos, la mitad del corazón con la frase 'Siempre Unidas' detrás.
Mi mundo se derrumbaba a mis pies, y no podía hacer absolutamente nada.
Me puse de pie, tome el collar en mis manos, y corrí escaleras abajo. Mi madre me observo preocupada, pero me limite a ignorarla, abrir la puerta y correr lo más rápido que podía.
El cielo estaba oscuro, pequeñas gotas caían y yo no estaba en un estado aceptable.
<Vamos pies, ustedes pueden> me decía a mi misma.
En el fondo, muy en el fondo, tenía una pequeña de esperanza de encontrarla allí.
En su hogar, con James, riéndose de mi por creerme esto.
Las gotas se intensificaron al igual que mi llanto, y la velocidad de mis pies.
Distinguí su lujosa casa a dos metros de mi, distinguí el lugar donde habíamos jugado tantas veces, el árbol de donde habíamos caído tantas veces...
Las lágrimas siguieron, como si fuese imposible detenerlas, los recuerdos nublaron todo.
Me detuve frente a la casa de Lucía, mientras veía a la puerta abrirse, y a una niña con una gran cabellera rubia salir de allí. Sus ojos verdes escaneaban la pequeña mochila rosa que la acompañaba, buscando algo.
Una niña aún más pequeña paso corriendo a mi lado, esta tenía una coleta, su pelo negro contrastaba con su tez blanca, y tenía unos ojos azules enormes. Ella miro a la niña rubia, y corrió hacia ella, mientras ambas se fundían en un tierno abrazo, provocando que mis lágrimas cayeran más fuerte.
La más alta metió la mano en la mochila, y saco de ella una cajita azul, mientras se la daba tímidamente a la de ojos azules.
-Es para ti, feliz cumpleaños.-susurró, la pequeña tomo entusiasmadamente la cajita en sus manos, y se apresuro a abrirla. Saco de ella un collar de dulces, y con una gran sonrisa se lo coloco mientras llenaba de besos a la pequeña rubia.
-¡Gracias, Luci, te quiero mucho!-gritó felizmente.
-De nada, Anita, y yo a ti.-dejo un sonoro beso en su mejilla, y ambas se sentaron en la acera, mientras sacaban de sus mochilas muñecas, y seguían jugando allí.
Tapé mi boca, evitando que un sollozo saliese, y vi como ambas se desvanecían.
Cerré los ojos, respiré profundamente, y camine hacia el pórtico de la casa. Mis manos temblorosas alcanzaron el timbre, y luego de unos segundos la puerta se abrió.
Matando toda esperanza de volver a ver a mi mejor amiga.
James estaba parado allí, mirándome con sus ojos verdes que ahora se hallaban algo rojos por las lágrimas, abrió su boca dispuesto a decir algo, pero la cerro, al tiempo en que abría sus brazos y me estrechaba en ellos.
Toda la impotencia, el dolor, enojo, todo salio de mi. Comencé a llorar fuertemente, sintiendo mi garganta cerrarse, mi estomago dar un vuelco, mi vista nublarse, y los sollozos salir y salir.
La persona por la cual daría la vida se acababa de ir.
-Ana, tranquila.-noté la voz de James quebrarse, rompiéndome aún más.
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10 Razones para NO Enamorarse (#10RPNE)
Novela JuvenilAna tiene 16 años y se niega rotundamente a enamorarse. Sin embargo, su mejor amiga, Lucía, le apuesta que no va a poder escribir 10 Razones para no enamorarse sin enamorarse...