Habían pasado unas horas, horas en que los dos estaban en completo silencio, Afrodita seguía en aquel colchón, una fina capa de sudor cubría su cuerpo y su mirada se mantenía en aquella puerta, su cuerpo esta allí en esa habitación, pero él vagaba en sus pensamientos, se preguntaba si ya habían notado su ausencia, si Milo se había preocupado, si Raymundo estaría desesperado buscándolo para la sesión de fotos, pero lo que más le importaba era el saber ¿cómo estaría su padre? ¿Lo estaría buscando? ¿estaría preocupado?
Allí mismo en la habitación Shura se mantenía en silencio leyendo un libro para pasar el rato y de vez en cuando mirar al peli celeste con curiosidad, más de una vez había ocultado su mirada con aquel libro, pero no era necesario ya que aquel joven se había quedado en completo silencio y con la mirada en la puerta.Shura seguía leyendo, dos párrafos más y volvió a observar a su prisionero, había algo en aquel joven de largos cabellos celestes que le llamaba la atención, iba a regresar la mirada hacia el libro pero se detuvo al ver que Afrodita aún con las manos atadas se tocaba el estómago seguido de una mueca.
-¿qué pasa?- cerró el libro, lo dejó en la mesa y miro al peli celeste.
-Nada.- contestó mirándolo con frialdad.
-Dime... Puedes confiar en mí.
-¿enserio?- el joven De la Rose comenzó a reír irónicamente, ¿acaso podría confiar en su opresor?- Shura... ¿no es así?- el peli negro asintió.- ¿De verdad crees que confiaré en ti? Es como si le pidieras a un ciego que leyera un anuncio.
-Sé que no soy de tu agrado.- se levantó de su silla y se sentó en aquel colchón con Afrodita.- pero, no quiero que mientras estés aquí esto se vuelva un infierno para ti.
-¡Pues ya lo es!- Afrodita alzó la voz, haciendo que Shura abriera los ojos como platos.
-entonces lo lamento...
-¿a qué juegan? ¿Al bueno y el malo?- Shura no comprendía el comportamiento agresivo, él solo trataba de ser amable, pero aquella pregunta igual le había desconcertado.
-¿cómo que el bueno y el malo?
-tú has estado comportando amablemente conmigo... Como si eso hiciera que te odiara menos.- masculló con cierto tono frívolo, con el que mayormente le había hablado.- en cambio la bestia de tu amigo es precisamente eso, ¡una bestia!
-Death y yo somos distintos.- habló con sequedad mirando fijamente a Afrodita quien se sorprendió de aquel tono con el el que le había hablado, se miraron fijamente, el peli celeste sintió un escalofrío que le recorrió la espalda, en cambio Shura se había perdido en aquellos hermosos ojos celestes, eran tan lindos y puros, jamás en su vida había visto unos ojos así.- tienes unos hermosos ojos...- Afrodita abrió la boca para protestar pero no sabia que decir, a decir verdad aquel cumplido le había gustado de alguna manera.
-Tengo hambre.- rompió aquel silencio y sacó del transe al peli negro.
-Le diré a Death que traiga comida.
El peli celeste asintió, aunque el escuchar el nombre de aquel peli azúl le causaba nauseas.
Mientras tanto, Shion había convencido al presidente de Zodiac para que se fuera temprano a descansar y le había dicho que lo acompañaría hasta su casa. Al llegar a la gran mansión los empleados los recibieron con una grata sonrisa en sus rostros, Albafica solo les dedicó una sonrisa forzada, los empleados sintieron que el corazón se les hacia pequeño al ver a su jefe de esa manera, aquel hombre siempre había sido muy bueno con ellos al igual que Afrodita.
Ellos estaban enterados de lo que le había pasado al más joven de los peli celestes y tenían la orden de decir que éste estaba enfermo o que se había ido de viaje.
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Afrodisíaca tentación.
FanfictionAfrodita , hijo único del exitoso empresario Albafica de la Rose, es un famoso modelo de ropa, ambos hombres son conocidos como los más codiciados solteros de toda Nueva York. Pero con la fama viene la envidia, El Cid y Luciano conocido como Manigo...