capítulo 13.

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La búsqueda del menor se había retrasado otro mes, ¿por qué? Bueno, Manigoldo sospechaba de su hijo y de Shura, puesto que éste último se había vuelto más frío de lo normal y aquel trato especial hacia el menor había ido en decadencia, todo lo contrario en el caso de Angelo quien cada día que pasaba se enamoraba del menor, por ello su padre decidió sacarle más dinero a Albafica y así contratar a más secuases que mantenían vigilados a ambos jóvenes. Secuases que habían descubierto a Shijima y lo habían golpeado hasta casi matarlo.

Aioros manejaba a toda velocidad por las calles de New York, tenía que llegar cuanto antes hasta la mansión de Albafica, en cuanto llegó ignoró a toda la servidumbre y se adentró a la casona, subió a toda prisa las escaleras y abrió de golpe la puerta que daba paso a la habitación del pelirrojo, en ella se encontraba Aioria y Shaka quien estaba sentado en una silla alado de la cama, las esmeraldas del menor se clavaron en las lagunas de Shaka, éste por su parte le mostraba una mirada cansada debido a que había estado días sin dormir bien, Aioros posó su mirada hacia la cama, Shijima se encontraba dormido, sus cabellos estaban esparcidos sobre la almohada que yacía bajo su cabeza, su pecho subía y bajaba aun ritmo lento, su camisa estaba un poco abierta dejando ver las vendas que cubrían su dorso, solo la mitad de su cuerpo se encontraba cubierto con una manta de seda blanca y su rostro aun tenía algunos moretones y cortadas.

–¿Por qué no me avisaron antes?– preguntó molesto hacia los presentes.

–Hermano, se suponía estabas de viaje...

–¡Contestenme!– gritó exaltando a Shaka.

–No queríamos preocuparte, además, tú y él aun no mantienen una relación oficial. – habló el rubio con el seño ligeramente fruncido.

–¿Quién te dijo hermano?

–Milo...– contestó más calmado pero aun molesto. – pero tampoco quería decirme, llevo tres días sin poder comunicarme con él y hace tres días ocurrió esto.– se llevó una mano a la cabeza y miró acusadoramente a su hermano y cuñado.

–Aioros, ambos sabemos que este tipo de cosas entran en la trabajo de mi hermano. – Shaka se levantó de su asiento y encaró al mayor. – me duele verlo así, es mi hermano después de todo, pero si quieres estar con él debes de tener en cuenta que esto puede sucederle cualquier otro día.

–Lo sé, pero ¿por qué no me dicen nada? Shaka, adoro a tu hermano.–lo tomó de los hombros y lo sacudió.–¡¿No lo entiendes?!

–¡Basta Aioros! ¡lastimaras a Shaka!– el castaño quitó con brusquedad las manos de su hermano de los hombros de su novio, era su hermano mayor pero no por eso permitiría que lastimase a Shaka.

–Lo siento, es solo qué... Estoy cansado por el viaje, estresado por la sesión de fotos y preocupado por Shijima.

–Lo entiendo Aioros, aunque no lo creas... ¿quieres cuidar a mi hermano? Debo ir a...

–Descansar. – interrumpió el menor de los Sagita-Lion.– estos tres días has estado cuidando a Shijima junto al señor Albafica.

Shaka negó con la cabeza y abrazó a su novio quien no dudo en envolverlo con sus brazos.

–Le prometí al señor Shion que ayudaría a Mu con el inventario de la agencia.

–Ese sujeto... Me molesta que estés junto a él.

–Ya te dije que no tienes porque ponerte celoso mi león.– beso tiernamente en la mejilla a Aioria y tomándolo de la mano salió de la habitación para dejar solos al pelirrojo y a Aioros.

Lentamente se acercó hasta la cama y se sentó en la silla en la que anteriormente se encontraba Shaka, tomo la mano del pelirrojo y la beso, una ligera sonrisa se formó en los labios de Shijima, sonrisa que Aioros no había notado.

Afrodisíaca tentación.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora