capítulo 7.

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Abrió lentamente los ojos, se llevó una mano a la cabeza, sintió una venda, la cual pasaba por aquella herida hecha por la bestia del peli azúl, trató de sentarse pero algo lo tenía sujeto, Shura dormía a su lado y lo abrazaba, imágenes de la anoche anterior llegaron a su mente, Angelo sobre él, él siendo despojado de su ropa y Shura entrando a salvarlo. Inconscientemente sonrió y estiró su mano para acariciar la mejilla de su ¿opresor? Más bien parecía su protector, éste abrió los ojos y se encontró con aquellas gemas celestes.

-Buenos días.- susurró Afrodita apartando su mano de la mejilla del peli negro.

-Buenos días.- le sonrió y ahora fue el quien estiró la mano y acarició la mejilla del peli celeste.- ¿cómo te sientes?

-Me siento sucio...- agachó su cabeza, se dio cuenta de que solo tenia puesta la camisa ya que su pantalón y ropa interior habían sido arrebatados por Angelo- ¿y tú?

- Algo entumido.-Afrodita soltó una rista traviesa lo que hizo que Shura también sonriera.- ¿quieres darte un baño?

-¿se puede?- lo miró esperando una respuesta a lo que éste asintió, agradecía que Shura fuese el que lo estaría vigilando ese día, no quería saber nada de aquel hombre que intentó tomarlo a la fuerza, sí que ese hombre se había ganado su odio y por alguna razón Shura se iba ganando su confianza. Para Shura esa era su meta, le gustaba aquella hermosa criatura y se dio cuenta en el momento en el que aquel peli celeste no abandonaba su mente.

Por otro lado Angelo daba vueltas en su cama, no se explicaba el por que de sus acciones, por muy ebrio que estuviese no tenia justificación, el rostro de miedo de Afrodita junto con la ira que emanaba Shura estaban presentes en su cabeza. Nunca le había pasado aquello, comenzaba a pensar que ese chico tenía algo que le atraía de alguna manera. Negó con la cabeza, eso era más que imposible, él solo era una mina de oro para todos y lo sabia muy bien. Tocaron a su puerta.

-Death Mask soy yo.

-¿qué quieres viejo?- le contestó de mala gana a su padre aun sin abrir la puerta.

-Abre la jodida puerta.- el tono de voz de Manigoldo era autoritario e influía miedo. A regaña dientes Angelo fue abrirle la puerta, al abrirla se encontró con aquel hombre imponente, un puro en mano como era su costumbre, vestido como si de un mafioso se tratase, para Angelo le resultaba gracioso ver a su padre vestido así ya que lo consideraba ridículo.

-¿qué quieres ahora?

-Tú irás por el dinero, ya sabes donde.

-¿A que hora?- preguntó rascándose la cabeza y viendo fijo a su padre.

-A las 5.- dicho aquello Manigoldo se dio la vuelta y se fue hacia la fábrica abandonada para realizar una llama a Albafica. Angelo se quedó unos momentos pensando, después entró de nuevo a su habitación, habitación que no era muy grande, en ella solo había lo básico, una cama, una mesita de noche, sobre ella una lampara, un estante lleno de discos por un lado, una televisión, una ventana mediana que daba vista a la casa de Shura, una persiana en ella, en el techo había un ventilador de techo y aquella habitación contaba con un pequeño cuarto de baño, las paredes de aquella habitación estaban pintadas de rojo quemado y estaban revestidas con máscaras de todo tipo, dicha habitación estaba en la planta alta de aquella no tan lujosa casa. Se asomó por la ventana y vio el carro de su padre irse en dirección a la fábrica, se iba a regresar a la cama cuando vio que una camioneta se estacionó en la casa de su compañero, sus ojos se abrieron como platos cuando lo vio bajar junto a la "princesita".

-Shura...- susurró con sorpresa, se apartó de la ventana, iba a ir a averiguar aquello, más que por obligación lo hizo por una punzada se celos. Salió de su casa y se encaminó a la casa del peli negro, la cual quedaba justo frente a la suya, al igual que su casa la se Shura era de dos pisos, pero como se menciona antes, no eran lujosas, sin mencionar que estaban algo descuidadas. Al llegar entró como Juan por su casa y subió hasta la recámara de Shura, abrió la puerta de golpe, lo que sorprendió al pelo negro que estaba acostado en su cama.

Afrodisíaca tentación.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora