Sentí sus labios en mi mejilla, no pude creer que aquel simple contacto hiciera que miles de terminaciones nerviosas reaccionaran.
¿Siempre estaba ahí? o ¿Se activaban a su antojo?
Quizá hasta me haya ruborizado pero aquel pequeño rose lo valía todo. Me quedé contemplando como se iba con sus pasos tímidos y silenciosos.
El mundo se reducía a eso, a esos pequeños roses que nos hacen saltar de alegría y preguntarnos si no estamos exagerando.
Pero no. No lo estamos haciendo.
Porque ese sentimiento que crece en nuestro interior nos hace invencibles y ya no nos importa si resulta vergonzoso a ojos de otros ya que ese simple rose nos hace felices.
Por tonto que parezca.
Ese sentimiento crece y nos hace crecer como personas.
¿Cómo se llama ese sentimiento?
-Susurramelo.

ESTÁS LEYENDO
Las historias de Lucia
PoetryY es que he abierto mi alma a un cuaderno sin causa explicíta, ni interes de ser complice de mis tontos sentimientos. Pero siento que cada palabra que va llenando poco a poco los renglones de este cuaderno, se vuelve parte de algo indirecto , escond...