El llegó. Con la vaga idea de que su dulce voz le diera la bienvenida. Pero no sería así, ya no.
Recorrió con la vista la sala de estar, aquellas flores que ella recogió en primavera, aquellas flores que le daban vida a la casa, ahora estaban marchitas y las cortinas ocultaban el resplandor del sol, dándole un aspecto lúgubre a aquella habitación. Con pasos pesados subió las escaleras que estaban cubiertas por una fina capa
de polvo,hacia su estudio. Cada paso por aquella casa lo embargaba de angustiosos recuerdos. Pero. ¿La recordaría sin aquellos tortuosos recuerdos?¿Sería capaz de recordar el dulce aroma de pastel recién horneado o sus absurdas peleas?Abrió con pesar la puerta de su estudio y sus estantes de viejos libros le dio aún mas nostalgia, descorrió las cortinas del ventanal que daba al campo de flores que ella tanto amaba y se acerco a su escritorio cubierto por fotografiás y discos que ella con tanto arduo trabajo compuso, tomo su favorito y dejo que el suave sonido del piano llegase a él como un reproche por no haberle sonreído una ultima vez. Se recostó en aquel sofá que daba vista al ventanal, aquel que ella usaba para observarlo trabajar, ahora sentía que aquella mirada no era de admiración por su trabajo ni de amor. Ahora se le antojaba una mirada de suplica, como si ella supiese lo que iba a suceder.Una vez mas el frágil sonido del piano lo adormeció y como si no
bastara una casa llena de recuerdos, como si no bastara el sonido del piano , las fotografiás y el dolor en su pecho, una vez mas, él se sumergió en lo profundo de su memoria. Sus ojos, ahora cerrados, distinguían a una joven muchacha de cabello dorado y sonrisa brillante. Vio como la brisa salada del mar acariciaba su cabello y se sentía así mismo sonreír. Se sentía así mismo amar.Pero pronto la chica comenzó a correr y por temor de no sentirse así otra vez, él la siguió, parecía que sus piernas se desprenderían de dolor y cuando creyó que iba a morir en el intento de alcanzarla, ella paro en seco. El recorrió el nuevo escenario con su mirada y vio una enorme casa con un campo de flores y ahora ya
no corrían y el vio como ella recogía flores y tardeaba una canción y se alegro de darse cuenta de que ambos eran felices. Y ella se acercó a él diciéndole que pondría las flores en el florero que su hermana les dio como regalo de boda y así él la vio desaparecer entre las flores con su vestido azul al igual que el cielo.Pero un temor creciente se apoderó de él y comenzó a correr otra vez. Aunque ahora se sentía mas agotado y al entrar en la casa comenzó a sentir odio y frustración.Ahora un violín acompañaba al piano y el cielo dejó de ser lindo y él seguía sumergido en sus recuerdos y sus latidos iban lentos.
Entonces la vio, su cabello ya no era dorado sino que finos cabellos plateados enmarcaban su demacrado y triste rostro. Era como ver al lienzo de un pintor triste y desolado. Y él lo sintió, sintió aquel sabor. Y él lo olió, se olió a si mismo y notó la peste de alcohol que llevaba encima y como su frustración por ser despedido aumentaba y como necesitaba golpear algo para calmarse. Y así lo hizo; primero los muebles, golpearon con un estruendo el frió suelo de madera lustrado. Y entonces la escuchó, escuchó el débil sollozo de la muchacha de sonrisa brillante, que ya no era muchacha ni sonreía.
Ni si quiera el alcohol pudo hacerlo olvidar. Los frágiles dedos de la pianista dejaron de tocar las frías teclas. Y él muchacho que ya no era muchacho, dejo que su corazón se detuviera.
*Se sentía como si los recuerdos tuviesen vida propia. Pero no eran ni siquiera recuerdos propios. Aquellos que vemos fotografiás que no son mas que eso, fotografiás, aquellos que olemos flores y oímos canciones que parecen ser solo eso. Para otros contienen un pedacito de su vida, mientras estos simples objetos alberguen recuerdos,tendrán vida propia y siempre serán capaz de contar una historia.*
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Las historias de Lucia
PoetryY es que he abierto mi alma a un cuaderno sin causa explicíta, ni interes de ser complice de mis tontos sentimientos. Pero siento que cada palabra que va llenando poco a poco los renglones de este cuaderno, se vuelve parte de algo indirecto , escond...