El chico malo de mi preparatoria - Vegeta y Bulma

Podemos irnos?

Se merecen un Cap más largo...

Y una escritora más puntual (￣∀￣)

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Se miraba demasiado tranquilo. Demasiado.

Vegeta estaba dormido, parecía otra persona. Tan tranquilo.

Su respiración hacia que su pecho se inflara y que Trunks subiera.

Me dieron ganas de dormir, sentí mucho sueño, y verlos tan cómodos hizo que bostezara.

Tomé a Trunks, podría resfriarse fácilmente, hacia mucho frío.

Lo lleve a su cuna. Lo cubrí con una manta cuidando que no despertara.
Comenzó a llorar.

-No no, Trunks no llores ..- dije con suavidad.

Tiene hambre? Pañal? Que?!

-Quieres tu osito?- pregunté.

Asintió. O eso pensé. Sus gestos y el hecho de que dejara de llorar hizo que supiera su respuesta.

-Donde lo dejaste?- pensé en voz alta.

Volví a la sala, donde su oso de peluche yacía al lado de Vegeta. Lo tomé y se lo regresé a Trunks.

Él también se refriará , pensé. Enseguida tomé una manta y la lleve al sofá que sostenía el cuerpo durmiente de Vegeta.

-Duri su rí du .. Su su su su su su rí du rí duu.- sonó mi alarma, me asusté, la apagué antes de que despertara a Vegeta.

-Uff- suspire.

Él seguía durmiendo. Tan tranquilo. Sentí un cosquilleo, era guapo aun dormido.

-Duri su ri duu .. - me asusté.

Esta vez tiré el teléfono por impulso. No sonó el sonido estrellante del metal contra el piso, sino solo el "Duri su ri duu" que no paraba. Mi alarma me enloquecía mientras buscaba mi teléfono, lo encontré. Aun costado de Vegeta, del otro lado del sillón, seguía sonando. Intenté tomarlo, temía que Vegeta despertara. Me estiré, maldecía por no tener brazos más largos, casi estaba encima de él.

Lo tomé, al teléfono claro. Pero era muy tarde para retroceder, perdí el equilibrio, caí.

-Que haces?- sus manos me atraparon. Con un movimiento ágil me acomodó a su lado, encerrándome.

-Hee yo .. Yo solo..-

Soltó una sonrisa.

-Suelta me!! - dije.

-Shhhh -

-Que?!-

-Te ves cansada.-

-Y ?!-

-Duerme .-

No fue por Vegeta, en realidad si estaba cansada, mis ojos se cerraron.
Enseguida me dormí, su calidez y latidos me reconfortaron.

Desperté. Vegeta ya no estaba. La misma manta de ayer me cubría...

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