Capitulo 12

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Los meses que faltaban para que Sandy diera a luz, llegaron por fin, una mañana fría de otoño, nació Trevor Graham. El nombre decidió ponérselo Sandy en honor a su fallecido padre, quien según ella se sentía dichoso en donde quiera que estaba, por saber que su hija le daba un nieto.

Contrario a lo que Sandy había supuesto, Ryan permaneció a su lado durante todo el parto, sin separarse ni un solo momento de su lado, en ocasiones sujetándole las manos, y mirándola a los ojos, para intentar lograr que amenizara los dolores del parto que eran inevitables, al haber preferido tenerlo al natural.

Los regalos invadieron la habitación de Sandy y el heredero, sus amigos estaban felices igual que los padres de la criatura, no obstante detrás de esa fachada de familia feliz, se escondían sus tristezas y es que luego de algunos días de haber permanecido en el hospital.

Sandy, su esposo y su hijo, regresaban a su hogar, aquel que dentro de poco según Sandy, ya no sería más que de Ryan.

— ¿y bien?, ¿Cuándo quieres que nos vayamos? – espeto Sandy.

— No hables de esa forma Sandy, si quieres pueden quedarse más tiempo, el que necesites – Sandy mostraba recelo, al no escuchar esas palabras que tanto anhelaba que salieran de los labios de Ryan, aquellas en donde le suplicaba quedarse, dejar todo atrás y seguir juntos.

— No Ryan, no quisiera fungir como una carga para ti.

— No lo eres – él la miro a los ojos y le acarició las manos, que tenía en el regazo, de repente dirigía también su visión al pequeño bebé que se encontraba tumbado en aquella curiosa cuna a un lado de la cama de su esposa -. Me arrepiento de la forma en la que pretendimos concebir a Trevor, creo que actuamos como unos estúpidos, nunca debimos ser tan egoístas.

— Sí, pero ya no podemos regresar el pasado Ryan, estaremos mejor así – Sandy estaba tan cegada por su inseguridad en cuanto al amor de Ryan, que no era capaz de indagar más allá de esas palabras.

— Está bien – replico Ryan, alejándose de ella -. Puedes marcharte cuando lo consideres conveniente, el divorcio quedará realizado en tres días, mañana transferirá todos nuestros bienes James, tal y como habíamos quedado, ya aperturé tu cuenta y tus tarjetas de crédito, en cuanto los fondos estén disponibles, podrás utilizar tu efectivo, calculo que pasado mañana ya estará listo.

— De acuerdo – alegó ella -. Creo que Trevor y yo nos iremos mañana temprano, iré a vivir con mi abuela, aunque no creo quedarme por mucho tiempo ahí.

¿Por qué lo dices? – cuestionó con interés.

— Quizás me vaya a otra ciudad Ryan.

Ryan tuvo la intención de decirle que no, que no deseaba que alejará a su hijo de su lado, sin embargo parecía tan decidida y gélida que decidió no replicar, el trato era ese, tal cual, él no podía arrepentirse porque sí, debería estar feliz, ¿Pero por qué no podía estarlo?, ¿Por qué seguí soñando con esa noche juntos? ¿Por qué seguía enamorado de una mujer a la que parecía no importarle en lo más mínimo?

.......

— Los fondos están ya en tu cuenta Ryan, supongo que debes estar feliz por tu logro, ¿no es así? – cuestionó James, sacando a Ryan de sus cavilaciones. Estaba sentado sobre la acogedora silla giratoria de piel, que desde ese instante estaría en su poder como parte de sus muebles de oficina. Por fin estaba sentado en el lugar del director de GLW, pero no se sentía feliz, todo lo contrario, estaba melancólico.

— ¡Tienes razón James!, debería estar feliz – asomo una sonrisa fingida.

— ¿no lo estás verdad?, ¿sabes Ryan?, conozco la situación que estás viviendo.

Corazón Traidor © (Borrador)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora