Capitulo 22

12.1K 1.1K 453
                                    


Narra Martín

Luego de que Juan desapareciera en el parque y Julieta se vaya a su casa, decidí volver a la mía. En cuanto llegué subí a mi cuarto y me acosté en mi cama. Me quedé mirando mi celular y mirando, cada tanto, el televisor, sin interés en lo que estaban pasando, solo miraba sin ver realmente, solo fijaba la vista en aquél aparato para tratar de distraer mi mente, pero no podía.

-¿Realmente siento algo por Juan?-esa pregunta se hizo presente en mi mente; si bien es cierto que ya no es la misma relación que teníamos antes, no a partir de aquel beso. Tampoco es lo mismo con Julieta, el cariño que le tenía antes está desapareciendo casi por completo-¿qué hago ahora?-una nueva pregunta se formuló en mi mente que, con toda razón, hacía bien en aparecer. Creo que lo mejor será aceptar lo que siento y decidirme por alguno de los dos de una vez por todas-eso sería lo mejor-pensé para luego recostarme.

Me quedé largo rato mirando el techo tratando de decir cuál sería la mejor opción, a quien de los dos quería tener a mi lado. Finalmente opté por la mejor opción. Tomé mi celular y marqué su número, pasaron unos minutos pero al fin contestó.

-¿H-hola?-escuché la voz de Juan del otro lado de la línea.

-Soy yo, ¿qué sucedió hoy? te fuiste en cuanto nos dimos vuelta-de verdad había desaparecido en cuanto me distraje, no, mejor dicho, cuando Julieta me distrajo.

-Lo siento, no me sentía bien estando en medio de ustedes. Sentí que los molestaba entando ahí-solté un pequeño suspiro; sé que está mintiendo, sé que a él no le agrada Julieta y que no quiere tenerla ni a dos centímetros.

-No seas idiota, no molestas, además Juli se fue en cuanto desapareciste-dije para luego caer en la cuenta de que no tendría que habérselo dicho, él soltó un pequeño suspiro.

-Ya veo-dijo en un tono bajo; definitivamente no debí haberle dicho eso.

-Por cierto-dije haciendo una pausa, la puerta de entrada de mi casa había sonado y no quería que mi madre escuchara la conversación, por más de que no estuviera diciendo nada importante, me levanté y cerré la puerta con cerrojo-tengo que decirte algo importante, mañana después de clases, ¿sí?-no estoy seguro si decirle tan pronto esto, pero ¿qué más da? No quiero esperar.

-S-sí, está bien-al terminar de decir eso cortó, dejé mi celular sobre la mesa de luz y suspiré. Comencé a pensar qué y cómo le diría, ordenaba una y otra vez las oraciones. Los nervios los tenía desde ahora y es qué hasta puedo escuchar cómo me manda a la mierda después de decir algo como lo que tengo que decirle.

-Mierda, declararse a una chica es mucha más fácil que esto-suspiré pesadamente. No creí que llegaría a hacer esto, de hecho nunca creí que terminaría gustándome mi mejor amigo que es aún peor. Cerré los ojos, lo mejor sería descansar antes de que mi cabeza estalle.

No eran ni las seis de la mañana y ya estaba preparado para la escuela, había despertado a las cuatro y media de la mañana y desde esa hora no podía dormir, las ansias y los nervios no me lo permitían así que simplemente opté por quedarme despierto. Me paseé de un lado a otro en mi cuarto tratando de bajar los nervios que sentía pero no hubo caso, no podía no estar nervioso.

Al fin se había hecho la hora de ir a la escuela, me puse mi abrigo, tome mis llaves y salí hecho un manojo de nervios. Llegué a la escuela, no había nadie en la puerta, miré la hora en mí celular, eran las siete y cuarto, nunca había llegado tan temprano a la escuela; de hecho a casi ningún lado llego temprano. Me recosté en la pared al lado de la entrada, sentía el viento frío que soplaba haciendo que me estremezca. Unos minutos después abrieron la puerta de entrada permitiéndonos entrar al edificio, fui directamente a mi aula y me senté en mi lugar, repasé la vista por el aula, Juan aún no llegaba, solté un suspiro; podía faltar toda la semana, pero justo hoy se le ocurrió faltar. Pasaron pocos minutos del inicio de clases cuando Juan cruzó por la puerta agitado, rápidamente cerró la puerta y se acercó al banco para luego sentarse a mi lado. Me sentí aliviado al ver que, después de todo, hoy podría decírselo.

Más allá de la amistad [1era Temporada]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora