Capitulo 4

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Narra Martín.

-¿Por qué hay tanta luz en mi habitación?- me pregunté mirando a la pared buscando el reloj-son solo las doce-dije dándome vuelta para tratar de seguir durmiendo, miré fijo por la ventana tratando de conciliar nuevamente el sueño.

-Es un día hermoso- suspiré cerrando los ojos. De repente mi celular sonó, rápidamente lo tome y atendí.

-¿Hola?-dije poniendo el alta voz, no tenía ganas de poner el celular en mi oído.

-Hola, soy Felipe, ¿tienes algo que hacer?- ¿Felipe? Hacía mucho que no lo veía, y eso que vamos a la misma escuela; creo que hoy voy a aceptar toda propuesta que me haga; tengo que despejarme un poco.

-No... o al menos no lo recuerdo- dije acercándome un poco al celular.

-¡Perfecto! Ven a las cuatro-fue lo último que dijo antes de cortar.

-Sí...como digas- susurré al aire- pero... si es la casa de Felipe, Juan también va estar- volví a susurrar. Esta es mi oportunidad, voy a poder disculparme. Me levanté y fui a bañarme.

Pronto salí del baño ya bañado y vestido; me dirigí a la cocina y tomé algo para comer.

Luego de comer algo fui a ver tele para pasar el rato. Cada tanto miraba el reloj, no quería que se me hiciera tarde, ¿desde cuándo soy puntual en algo?; mierda...

-¿Y ahora que me pasa?- me pregunté algo confundido; esto no va bien.

Ya eran las 3:45PM, así que decidí cambiarme; entré a mi cuarto busqué una remera limpia, luego busqué mis jeans azules, me puse mis zapatillas y baje, miré el reloj, solo faltaban diez minutos para que sean las 4PM así que tomé mi celular, las llaves, mi cartera y salí.

Al llegar a la casa de Juan me encontré con Darío, el amigo de Felipe, lo había visto un par de veces pero no lo conocía bien, de hecho nunca hablamos mucho. Comencé a hablarle mientras tocaba el timbre de la vivienda, de repente la puerta se abrió.

-¡Hola!-dijo Darío saludando a Felipe y luego a Juan, imité sus acciones a ambos chicos. Todos nos dirigimos a la sala donde comenzamos a hablar.

En un determinado momento Felipe y yo nos apartamos un poco, al parecer él quería hablar "a solas" con migo.

-¿Qué pasa?- le pregunté mirándolo con preocupación, era raro que Felipe quiera hablar con migo alejado de Juan y Darío.

-No pongas esa cara, no es nada grave-me dijo sonriéndome, sonreí aliviado, de verdad creía que era algo importante.

-¿Entonces?-pregunté aun sin entender por qué estábamos hablando apartados de los otros dos.

-Es para hacer una broma-me dijo sonriendo de manera maliciosa, rápidamente me abrazó, fue entonces cuando comprendí a qué clase de broma se refería. Correspondí a su abrazo desviando la mirada hacia Juan, él se encontraba hablando con Darío así que decidí llamar su atención.

- Ya no te quiero, ahora quiero a Felipe-le dije logrando captar su atención, le mostré mi lengua, él rio como lo hace siempre; su sonrisa me hace estar tranquilo, al parecer nada cambio.

-Claro, no te hablo por un día y te vas con otro ¿no?-su mueca me hizo reír, realmente parecíamos una pareja.

-Sí, lo quiero más a él-volví a mostrarle mi lengua, él hizo una mueca, como si estuviera herido de verdad; me acerque a él, puse mi frente contra la de él, noté un leve sonrojo en sus mejillas, lo que lo hacía ver muy tierno.

-No te lo creas, sabes que te quiero más que a él-dije en un intento de susurro mientras le sonreía, sus mejillas se ruborizaron más que antes, me alejé de él y comencé a reírme con Felipe y Darío. Me pareció raro el no verlo reírse junto con nosotros como lo hace habitualmente, ¿habré dicho algo de más?

Más allá de la amistad [1era Temporada]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora