Capítulo 36

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Llevo ya una semana preparándome para aquella pelea que todo el mundo desea que gane. Lo veo difícil. Los chicos me han sometido a varios entrenamientos de diferente tipo y aún me noto más fuerte. Llegué a pensar que si me viese mi madre... ¿Qué diría de esto? Puede que diga "hija, es tu deber salvar al mundo" o "¿estás loca? No puedes hacer eso, muy pocos vampiros han salido vivos de ahí".

Estaba sentada en mi cama con Jane contándole cómo era yo antes de convertirme en vampiro hasta ahora.

Jane: ¿de verdad eras la chica popular del instituto?

Ángela: lo era, pero yo me sentía como si fuese una más.

Jane: ¿y cómo llegaste a conocer a tus amigos?

Ángela: los veía casi siempre pasando por el instituto, pero yo les veía raros. A Sydney pues la veía una chica que en realidad era un cielo por dentro pero por fuera se había convertido en un monstruo.

Jane: y... ¿te notas cambiada de antes a ahora?

Ángela: la verdad es que me noto cambiada tanto físicamente como psicológicamente. Ahora puedo llegar a entender a la gente cuando podía tener un enfado. Antes cuando Harry me chuleaba me cabreaba y me faltó poco en varias ocasiones para arrancarle la cabeza.

Jane: jajaja, molaría verte enfadada un día de estos.

Ángela: hazme caso que no mola...

Jane: si no mola ya te pararé con mis propias manos.

Nos reímos las dos a la vez. Era muy interesante poder hablar con ella. Tenía mi edad y más o menos sabía lo que yo sentía. Jane era muy comprensiva conmigo en los aspectos del amor y todos esos temas y eso realmente me animaba bastante.

Jane: ¿y qué fue de tu historia con Harry?

Ángela: yo antes era humana y la verdad es que me fijaba mucho en él. Lo único que yo pensaba era que nunca hablaría con él, que no tendría ninguna posibilidad. Y que sería un cabrón y todo eso, ya que yo no tenía las pintas que tenía hoy en día.

Jane: ¿te daba miedo?

Ángela: miedo no, sólo me picaba la curiosidad de saber qué había en él que le convertía en eso y que le hiciese tener ese carácter.

Jane: tú nunca has sabido de nuestra existencia hasta entonces, ¿no?

Ángela: no es que haya sido creyente desde siempre pero algo me podría llegar a imaginar porque de pequeña me salvó un hombre lobo de un vampiro que me quería atacar.

Jane: ¡Hala! Eso yo no lo había escuchado nunca. Es increíble. Yo había oído hablar de ti pero me decían de que eras muy cría y que todavía no sabías casi nada de la vida vampírica.

Ángela: la verdad es que empecé con muy mal pie. Me veía desconcentrada, estaba más pendiente de si Harry me hacía la vida imposible que de otras cosas. ¿y tú, Jane? ¿Qué es de tu familia?

Jane: pues lo cierto es que según mi padre yo tenía 2 años cuando mi madre y mis dos hermanos murieron.

Me quedé pensando cuando ella dijo 2 hermanos. Podrían ser Edward y Brook. Tienen un parecido muy grande.

Jane: desde entonces me hubiera gustado conocer a mi madre y a mis dos hermanos. Siempre he tenido visiones de mi pasado y les veía a ellos jugando conmigo y ahí sí era feliz con ellos.

La di la mano.

Ángela: te ayudaré a encontrar a tu madre. Al fin y al cabo yo encontré a mi madre biológica y resultó que era vampiro.

Jane: ¿y cómo lo averiguaste?

Ángela: yo tenía visiones mías de cuando era pequeña y la verdad es que echaba en falta los abrazos y los consejos de mi madre. Edward me lo dijo. Cuando mi padre desapareció y mi madre fue capturada, mi hermana mayor me llevó a un orfanato y ahí fue donde me adoptaron la familia en la que estuve hasta los 16 años.

Jane: una cosa, ¿cómo podías ser humana si tus padres eran los dos vampiros?

Ángela: la verdad es que no tengo ni idea. Vi por algún libro de que todos los vampiros nacimos humanos y a la edad de los 16-18 años se van convirtiendo en su raza.

Jane: ¿entonces yo fui humana?

Ángela: puede que sí, quién sabe...

Jane: yo aquí he estado encerrada casi toda mi vida.

Ángela: ¿y eso?

Jane: cuando cumplí los 16 años, estaba teniendo los síntomas de la transformación. Mi padre tenía miedo de que yo hiciera daño a alguien. Pienso que parecería un monstruo sabiendo que me tenía aquí.

De repente Anny entra de golpe.

Anny: es la hora.

Mi piel se pone totalmente de gallina y me pongo demasiado nerviosa. Me levanté y caminé hacia la puerta principal de la mansión.

"Sydney, si me escuchas desde aquí quiero que sepas que si no vuelvo viva os quiero a todos, y por favor, cuidad de Harry."

Narra Sydney:

"Sydney, si me escuchas desde aquí quiero que sepas que si no vuelvo viva os quiero a todos, y por favor, cuidad de Harry"

Oh no. Allá va.

Narra Ángela:

Estamos llegando. Esto da miedo.

Jane: ¿estás bien?

Esto me recuerda a cuando encontré a mi perrita abandonada. Mi alma siente tristeza, ya que ese recuerdo viene a mi cabeza. Si no me equivoco, estos arboles están envenenados por las brujas. De repente oigo una voz en mi cabeza.

"Si vas medio llorando no vas a ganar absolutamente nada".

Noto a alguien observándonos. Pero es alguien que de verdad ha estado y Harry no es. Son Edward y Brook.

Llegamos a una muralla donde las llamas reinaban en la mayor parte del terreno, cubriendo todo a su paso y dando un aspecto un tanto tétrico. Sigo notando su presencia.

A partir de aquí esto iba a empezar de verdad. Abrieron las puertas y de repente vi un monstruo completamente negro.

Se oían los gritos de los demonios. Parecían grullas pariendo. Qué asco.

Esto no puedo perderlo. Tengo que ganar sea como sea.

Vi a aquella sombra negra que tanto esperaba por encontrar. Pensé en todos mis seres queridos y en todo lo que había preparado durante esta semana y media que he estado en la casa de Jane.

Aquella sombra negra me transmitía cierto resentimiento. Era como si estuviese poseída.

Dark AngelDonde viven las historias. Descúbrelo ahora