Capítulo 2.- Laxus Dreyar o también conocido como Play Boy.

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Tenía calor, mucha calor, abrí los ojos y comencé a buscar con la mirada a cierto peli rosado, no estaba en ningún lado, excepto aquella chiquilla, seguía durmiendo plácidamente a mi lado, recordé todo lo que pasó la noche anterior, le toque la frente y vi que su temperatura ya estaba bien, la envidie ya que yo estaba sudando. Me levante de la cama, si bien se podía llamar así mire la chimenea que estaba apagada y me dirigí al baño, una buena ducha no estaría nada mal.

Entre dentro y observe mi cuarto de baño, la verdad es que aunque parezca mentira, me gustaba bastante, no era muy espacioso, pero tampoco tan pequeño. Lo que más me gustaba era que cuando estaba dentro de la bañera podía ver el cielo y un poco de bosque ya que la ventana estaba cerca, y aquello me relajaba bastante, me quede embobado mirando por la ventana aquel cielo, y jodidamente no sé por qué pero tenía ganas de que me absorbiera, que me llevara a otro mundo, en el que nadie me conociera, en el que podría empezar desde cero, pero dios me odia y escuche como abrían la puerta del baño, gire mi cabeza para encontrarme con una Lucy sonrojada, con legañas en los ojos y asombrada.

- Buenos días, dentro de un rato si quieres podrás bañarte – le sonreí y ella seguía ahí pasmada sin saber qué es lo que ocurría – o si quieres también puedes bañarte ahora conmigo. Nunca me importa bañarme con mujeres guapas.

- ¡Lo siento! – cerró la puerta de golpe y comencé a reír. Termine de ducharme, amarre una toalla por mi cintura tapándome, ya que aunque sonara fantástico el hecho de reírme más de Lucy, pero no tenía ganas de que me viera desnudo y lo fuera comentando por todo el gremio, y el... pensara mal de mí. Vi que estaba en el salón sentada en las mantas.

- Si quieres bañarte, ya puedes – me acerque a su lado y dio un salto, dios me odiaba a mí mismo, mira que no quería que lo pasara mal pero, me encantaba ver a cualquier mujer sonrojada y pasando vergüenza por verme en toalla. Amaba dejar a las mujeres en ese estado, no es por nada pero estoy tremendo yo lo sé mejor que nadie, así que ellas en esos momentos no podían esconder el verme y pensar... está tremendo. Y sí, me subía bastante el ego aquello. – Lucy si sigues así quemaras la toalla.

- Yo... eh... - giro la cabeza sonrojada – creo que voy a tomar un baño... - se levantó pero... me odio a mí mismo por tratarlas así pero me divertía mucho. Le cogí de la cintura y la traje hacia mí.

- Tu ropa aún no se ha secado, así que si me sigues un momento te dejo algo para que te cambies. – paralizada, así es como estaba, y yo aguantándome la risa para poder poner aquella cara de seductor, la verdad es que se de sobras que la pequeña Lucy no ha estado con nadie en la vida, y por ello mismo adoraba más esta situación. Me separé, ya que si no, la risa saldría en cualquier momento.

- Yo... gracias... pero llamare a – vi cómo se tocaba su lado derecho en busca de sus llaves. - ¿Dónde.... Dónde están... mis llaves? – miraba por todos lados, estaba desesperada, la verdad es que no las vi en ningún momento. - ¿Las guardaste en algún lado Laxus?

- La verdad es que no – vi cómo se alteraba mas, la cogí de los hombros para que me mirara – tranquilízate Lucy, ¿vale? – asintió con la cabeza mientras cerraba los ojos y respiraba tranquilizándose – A ver, antes de nada, explícame porque estabas ayer en el bosque y encima sin tus llaves, no llego a encontrarte y podría haberte pasado algo malo, sin contar que nevaba y casi mueres congelada... - su cara era un poema, estaba alucinando por toda la información que le acababa de otorgar.

- Laxus... no voy a ningún lado sin mis llaves... y sobre que hacía por aquel bosque... es personal. – agacho la cabeza, y me irritó un poco que digiera que era personal, ya que yo vivía en ese bosque y no me hacía ni gracia que indagaran los del gremio mucho y supieran de mi hogar.

¿Amor? No lo creo.(LaNa)[FINALIZADA]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora