Capítulo .- 11 ¿Tú comes unicornios?

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Tres... dos... uno...

- ¡Buenos días! Anda no está – Sonreí y le lance un rayo directo hacia ella. Pero pego un chillido, extendió sus manos y creo aquella barrera. – ¡Eres malo papi! No me lances más rayos.

- Tienes que entrenar. – Sonreí mientras salía de mi escondite.

FLASHBACK

Estábamos meditando debajo de la cascada, ya llevábamos media hora y casi no se escuchaba el ruido de la cascada. Abrí los ojos extrañado, nunca le di importancia pero no era normal. Me tope que teníamos alrededor nuestro una especie de cúpula lila, la cual hacia que el agua de la cascada rebotara sin hacer ruido, mire a la teníamos a nuestro alrededor. Lance un rayo sin mover a Irina, y vi como choco contra aquella barrera. Mire a Irina y la desconcentre, haciendo que aquella barrera se fuera.

- Lo has conseguido pequeña – Me miraba extrañada – Lo siento por no darme cuenta antes, pero por lo visto haces magia desde hace mucho tiempo.

- ¿Qué dices papa? No estoy haciendo nada – miraba a todos lados

- Claro porque la acabas de quitar, haces barreras protectoras Irina.

- Y tú haces yoga cada día. No digas tonterías papa. – Se levantó indignada - ¡No hay nada!

- Irina... - Le mire enfadado y agacho la cabeza – voy a lanzarte un rayo, así que concéntrate ya. Y cuando yo vea te lo lanzare.

- Pero... - me miro asustada, solo le asentí con la cabeza y se puso a meditar tranquilamente. Salí de aquella "burbuja" y lance un rayo sin parar.

- Irina, sigue así concentrada y cuando puedas abre los ojos. – Vi como abría los ojos y vio aquello, haciendo que de la ilusión perdiera la concentración y si no llega a ser por mis reflejos le habría calcinado.

- Eh... echo magia... magia... ¡HICE MAGIA PAPA! – Salto encima de mí y la abrece alegremente.

OFF FLASHBACK

- Ya sé que tengo que entrenar... pero me asustas... - hizo pucheros y yo tan solo la cogí en brazos y la lleve hacia la cocina.

- Venga, te hare tortitas para desayunar. – La deje en la silla alegre como siempre y me puse a hacer tortitas.

- Papi...

- ¿Qué pasa Irina?

- Pues... yo... me gustaría...

- Dilo ya – me gire y le tendí el plato con la comida

- ¿Pueden venir a casa mis amigas?

- ¿Qué amigas? ¿Cuántas? ¿Por qué? ¿Por qué no quedan en otro sitio? ¿Juegas en el gremio no? ¿Por qué las vas a traer aquí?

- ¡Para! – La mire mosqueado, no me hacía gracia traer gente a casa – Serian Wendy y Asuka. Así que serían dos. Por qué me gustaría jugar con ellas aquí, y enseñarles todo lo que tengo. Ya me invitaron a sus casas si recuerdas, en una misión que fuiste con tu equipo rayitos me dejaste con Wendy, y nos fuimos a su casa y a la de Asuka. Jugamos en el gremio. Y les prometí que las invitaría a venir aquí a casa.

- No. No pueden venir.

- ¿¡Por qué!?

- Porque eso significaría que conocerían donde vivo. – Me levante y me marche de la cocina, haciendo caso omiso a sus comentarios.

¿Amor? No lo creo.(LaNa)[FINALIZADA]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora