CAPÍTULO 4: ¡¿Un Psiquiátrico?!

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Alicia

Diana es la primera en salir. Yo sin embargo me tomo mi tiempo para no darme otra vez contra la parte superior de la puerta al salir, y Laura parece esperar a que nosotras salgamos para luego poder salir ella, puede que lo haga por educación.

Una vez las tres fuera del coche Diana y yo nos quedamos perplejas ante lo que estábamos viendo, así que decidimos separarnos para echar un vistazo al hospital. Diana se queda mirando la fachada del inmenso edificio, mientras que yo, prefiero irme por los alrededores.

Sin saber cómo, al mismo tiempo, Diana y yo nos gritamos la una a la otra, desde nuestras respectivas ubicaciones. Como es de extrañar, Diana me hace una seña para ir hacia allí primero, y yo voy... pero sólo por esta vez.

Cuando llego, me señala un punto de la fachada y sin encontrar lo que ella me quería enseñar, le digo en tono sarcástico:

- ¿Sabes? Es muy fácil señalar a un punto tan amplio y esperar que yo sepa exactamente lo que quieres que vea.

- Idiota. - Me dice riendo – quiero que te fijes en el cartel, o al menos en lo que queda de él.

- Ahhh, ¿te refieres a las letras esas de allí arriba?

- Sí. Lo que te quería decir, es que se supone que es el nombre del hospital pero está incompleto porque le faltan letras o le sobran, porque fíjate, sino no cuadra.

- Le faltan, ya te lo digo yo, ven. - Teniendo cuidado con los hierbajos, le llevo hacia lo que yo había encontrado, que en mi opinión, era más importante.

- Mira, lee esto. - le digo señalando un cartel con el nombre del hospital -

- HOSPITAL PSIQUIÁTRICO LOS ÁNGELES... - Lee con rapidez - ¡¿Qué?! ¡Pero esto no puede ser!

- Pues ya ves que sí.

- Esto no me lo dijo mi abuelo ¿Dónde está Laura?, que le voy a preguntar unas cuantas cosas.

- Pues... emm yo pensaba que estaba contigo.

- No... la verdad es que la he perdido de vista en cuanto hemos salido del coche.

- Pues vamos a buscarla porque si no nos vamos a quedar con las dudas.

Empezamos a buscarla por los alrededores del hospital, incluso dentro del coche por si se había quedado allí y no nos habíamos dado cuenta, pero nada, ni rastro de ella. La remota idea de entrar en el interior del edificio no se nos ocurrió hasta que empezamos a escuchar ruidos muy extraños procedentes del mismo.

Si hay algo en lo que nos parecemos Diana y yo, es en que somos muy curiosas, y si algo nos intriga, hacemos lo que sea necesario para llegar al fondo del asunto. Pero eso de tener que entrar en un psiquiátrico abandonado para sacar algo en claro de esta situación no nos hacía gracia a ninguna de las dos y a Diana menos. Le dan un miedo terrible.

Por esa misma razón, cuando ambas estamos en la puerta a punto de entrar, Diana se pone detrás de mí, muerta de miedo. Siento decir esto, pero en este tipo de situaciones, suelo ser yo la que da el primer paso y afronta el papel de valiente, porque cuando a Diana le da miedo algo... digamos que no se puede contar mucho con ella. Eso sí, en cualquier otro asunto, Diana siempre sabe qué hacer y logra superarlo todo.

- Va, tu primero Ali.

- Claro, si pasa algo, que me pase a mi primero ¿no? - le digo entre risas-

- Veo que has pillado la idea.

Nos empezamos a reír, sabiendo que la risa es lo único que nos calma, antes de poder asustarnos con cualquier cosa, en cualquier momento. Entramos dentro, y como todo esta tan oscuro, se me ocurre sacar la linterna del móvil para alumbrar un poco, pero da la casualidad de que se ha quedado sin batería y el de Diana está en el coche; cuando nos damos media vuelta para ir y cogerlo, la puerta se nos cierra en las narices y ambas gritamos desesperadamente.

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