CAPÍTULO 14: Nos adentramos de nuevo..

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Diana

Después de comer, cogimos el coche y fuimos de nuevo al hospital. Aun siendo de día, ese lugar me seguía dando muy mala espina.

- Escucharnos un momento, una vez dentro, nos separaremos. Como preferís, ¿Las dos juntas o mixto? - Nos pregunta Daniel antes de salir del coche -

- Mixto, por seguridad más que nada - Respondo. Alicia y yo sabíamos que al llegar, era muy probable que nos preguntasen esto, así que ya habíamos pensado la respuesta, yo iría con Daniel para así no tener ningún problema con Hugo -

- Diana, conmigo - Me dice Hugo rápidamente -

- ¿Qué? No, no, yo con Daniel - Consigo decirle. De repente me siento super avergonzada -

- Joder, ¿Tan mal te caigo?

- Yo no he dicho eso. Simplemente quiero ir con él ¿Te molesta?

- Si, así que vienes conmigo.

- ¿Y si no quiero?

- No me seas cría, que más te dará, si luego le vas a ver.

- Pues por qué me fío más de él.

- Hala... pues tira con él, paso de ir con niñatas caprichosas como tú.

- ¿Perdona? No me conoces en absoluto, así que cierra esa bocaza.

- No hace falta conocerte mucho, se ve a simple vista.

- Mira chaval...

- Diana tranquila... Hugo sal del coche ya, iremos juntos. - Dice Alicia tomando el control de la situación -

- Esta bien.. - Le dice Hugo a Alicia saliendo del coche -

- Toma Alicia, el walkie y la linterna. Id al tercer piso, nosotros iremos al último -

- Vale, ahora le digo a Hugo. Tened mucho cuidado ¿vale? - Nos dice mientras Alicia me da un beso en la frente y yo asiento dolida, ahora más que nunca querría ir con ella -

Daniel y yo vemos como se alejan y entran en el hospital. Nosotros nos quedamos en el coche, ya que intento calmarme, Hugo esta vez me había ofendido.

- No se lo tengas en cuenta Diana, no lo decía en serio. Hugo tiene un temperamento un tanto especial y al encontrarse con alguien como tú, pues lo saca a relucir más de la cuenta - Me dice Daniel -

- ¿Alguien como yo? ¿A qué te refieres con eso? - Le pregunto perpleja -

- Pues a alguien que le hace frente, que no le da la razón así por que sí. Digamos que haces se sienta perdido y mira que él suele saber siempre lo que quiere, pero ahora, le noto raro, no sé si me explico...

- Sí sí, perfectamente - Me quedo sorprendida ante lo que me acaba de decir Daniel. No pensaba que hubiese influenciado a Hugo de esa manera, pero si que es verdad que cuando discutimos se le ve algo raro, como desconfiado. Al final el que se haya ido con Alicia, ha sido muy buena idea y en muchos sentidos. Con ella no tendrá problemas, aunque como Alicia se enfade... no quiero ni pensarlo.

- Bueno, ¿Estas mejor? Lo digo por ir saliendo o si necesitas más tiempo. - Me dice Daniel amablemente -

- No, quiero decir, sí. Ya podemos salir a la aventura, estoy mucho mejor, gracias. - Le respondo con una sonrisa, que él luego me devuelve. Daniel era un chico fantástico, es muy buena persona y además guapo. Alto con ojos color miel parecidos a los míos, pelo castaño tirando a rubio y una sonrisa que muestra en todo momento. A mí no me atrae del todo, es verdad, pero no significa que sea un buen partido. Además sé que a Alicia le gusta, pero que al ser tan tímida en estas cosas no lo muestre. Ahora que lo pienso, pegan mucho, harían una pareja perfecta -

Yo sigo pensando en mis estrategias como Celestina mientras que vamos hacia el hospital. Daniel me había encargado una de las dos linternas que teníamos, la otra era por si pasaba algo, así que de momento solo se usaba una.

- Iremos directamente a la habitación dónde mataron a Laura - Me dice Daniel con un croquis del hospital en la mano -

- Por lo que veo, no es la primera vez que venís...

- No, vinimos más de una vez, antes de reabrir el caso, a inspeccionar el hospital por qué la gente no paraba de decirnos que oían ruidos que procedían de aquí. El primer día nos pasaron cosas muy parecidas a las que os pasaron a vosotras. Oíamos voces, las puertas se cerraban e incluso Hugo se quedo atrapado en una habitación. Por más que yo lo intentaba, no podía abrirla y Hugo no daba señales de vida desde dentro.

- ¿Y como salió?

- Tuve que llamar a unos amigos nuestros para tirar la puerta abajo. Cuando pasamos, nos lo encontramos inconsciente en el suelo y le llevamos al hospital enseguida. Después de aquello, la gente volvió a hablar sobre la historia del hospital y Hugo se vio obligado a volver, al principio íbamos los dos juntos e hicimos croquis para no perdernos ni nada, pero al final decidió ir solo, hasta ayer que le dije de ir con él por qué no me fió ni un pelo.

- Por eso venías tan preparado ayer - Le digo riendo -

- Exacto, quien sabe lo que podría pasar...

- Oye, ¿Y de que hablan sobre el hospital? - Pregunto yo algo extrañada -

- Pues más que nada del asesinato y todo lo que conllevo después. Toda la gente que vivió la época del asesinato se acuerda perfectamente del suceso y se lo va contando a los más jóvenes como si fuera una anécdota.

- Tu abuela sabrá mucho sobre ello, supongo.

- Pues ahora que lo pienso.. Puede ser, sí. Aunque es verdad que siempre que hablo sobre el caso, intenta cambiarme de tema, no le debe de traer buenos recuerdos.

- Pobre.. ¿Algún día me permitirías el hablar con ella?

- Por supuesto, si ella quiere.. Por mi no hay problema. Aunque ¿Tu crees que mi abuela conocerá datos que nos puedan ayudar en la investigación?

- Puede... Nunca se sabe Daniel, nunca se sabe... - Empezamos a reír -

Subimos los cuatro pisos, hasta llegar a la susodicha habitación y cuando entramos una oleada de polvo nos inunda la cara sin poder evitarlo. Ese lugar debía de estar cerrado desde hace la tira de años. Las paredes estaban desgastadas, el color de la pintura era casi irreconocible y los muebles estaban llenos de polvo y en muy mal estado.

- Aquí no entrasteis ¿no? - Le pregunto Daniel mientras me recorro la habitación -

- Entramos solo una vez yendo juntos, para dibujarlo en el mapa pero no encontramos nada creo recordar.

- Bueno por si acaso, volvemos a buscar, tal vez ahora encontremos algo - le digo mirándole -

Empezamos a buscar en todos y cada uno de los rinconces de la habitación en busca de alguna pista o algo que nos pudiese ayudar en la investigación. Al cabo de unos diez minutos, la desesperación al no encontrar nada se nota en el ambiente. Me siento en el borde de la cama para imaginarme como pudo haber pasado el asesinato. Me baso también en los documentos que encontré en el cajón de Hugo y pienso en que si Carlos hubiera cometido el crimen tendría que haber dejado alguna pista aunque hubiese sido pequeña, pero al no encontrar nada, decido planteármelo a la inversa. ¿Y si Carlos no hubiese hecho nada? ¿Y si le hubiesen tendido una trampa? Al fin y al cabo el decía que no había tenido nada que ver con el asesinato de Laura, que él la quería. Démosle el voto de confianza que la policía no quiso darle. Abro los ojos, que ahora miran al suelo y veo que entre los tablones de madera sobresale una diminuta parte de un papel.

- ¿Qué es esto? Ven Daniel.

- ¿El qué?

- Mira - Le señalo el trocito de papel y veo que se apresura rápidamente a intentar cogerlo pero le detengo. Rebusco entre mi bolso, en el cual suelo llevar de todo y saco una pinzas de depilar.

- ¡Qué preparada vas! - Me dice Daniel impresionado -

Me agacho estratégicamente hacia el suelo para estar más cerca del papel y con muchísimo cuidado lo agarro con las pinzas. Al ser una acción muy típica en cirugía, consigo coger el papelito sin ningún problema. Esta muy deteriorado pero para nuestra sorpresa, aún es legible. Ambos leemos lo que pone y yo satisfecha ante mi acierto exclamo...

- ¡Lo sabía!

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