Miguel suelta suspiro y cierra su casillero, Dan le sonríe y este le devuelve la sonrisa. Ambos se miran por segundos, y un gesto con la cabeza le indica a Miguel que irán a la cafetería. Y en silencio se encaminan hacia la puerta donde algunos alumnos se encontraban riendo y otros saliendo de la cafetería con sus bandejas de comida, el pelinegro al entrar tiene todas las miradas de todos en él.
¿Por qué me miran?, piensa mientras esquiva las miradas de burlas y su hermanastro lo empuja levemente mientras ambos se encaminan a la caja.
Miguel toma los auriculares y se lo coloca subiendo el volumen al máximo, pasa junto a unas chicas la cuales lo señalan y hacen muecas absurdas, Dan entiende el mensaje, toma a su hermano y lo jala hacia la salida.
—¿Por qué nos vamos? Tengo hambre, debo comer algo—se queja el moreno, y se quita del agarre de Dan.
El castaño está a punto de tomarlo y decirle que es mejor irse, pero los hermanos Stuarts llegan y detrás de ellos está Ruben.
—¡Hey, todos!—uno de ellos, Jack, exclama con una sonrisa burlona.
Miguel se encuentra pagando su almuerzo, él siempre da un billete de veinte euros para que así le den el cambio y no tenga que fingir escuchar el precio de la comida. La mujer le extiende la botella que contiene refresco de naranja helado, y un emparedado de jamó con queso.
—Gracias—toma sus cosas y cuando se voltean todos se están riendo y no dejan de mirarlo.
Ruben siente la necesidad de correr y enrollarlo con sus brazos, pero si iba recibiría más que golpes y volver a casa y que su padre le grite 'Eres un cobarde, deberías defenderte.. sé cómo tú primo, si te vuelvo a ver con golpes no dudaré en darte unos también', no soportaría ver su rostro de decepción y como su madre le ruega a su progenitor que pare de golpearlo.
—¿Qué has hecho, Ruben?—Dan pregunta y todos se callan—¡Sabía que no tenía que confiar en ti!—exclama.
Miguel se queda estático sin saber qué hacer, lo único que observa es a Ruben moviendo la boca mientras Dan lo señala con furia.
—¡Paren ya!—exclama él, y todos lo observan.
¿Qué se supone que deba hacer? ¿Debería decir algo más? ¿Correr hasta la salida? ¿Irme a casa?, pensaba el pelinegro.
Levanta la vista y se topa con esos ojos oscuros de James, el cual tiene una sonrisa frívola.
—Eres un maldita sordo—habla lo demasiado fuerte como para que todos en la cafetería lo escuchen—Oh, espera.. tú no puedes escuchar.
Y entonces Miguel entiende lo que dice, entiende las palabras: maldito sordo y no puedes escuchar. Sus ojos se inundan de lágrimas.
Había guardado ese secreto, había puesto tanto empeño para que nadie se entere, y que todos lo sepan como una traición; sólo dos personas lo sabían: Dan y Ruben.
Sus ojos negros se posan en los verdes, y corre hacia la salida escuchando las risas.
—¡Eres un cobarde!
—¡No huyas, idiota!
—¡Ve a llorarle a mami!
Y Dan interrumpe.
—No gasten sus palabras inútiles, ¿qué no entienden que es ser sordo?
Y sigue con pasos rápidos a su hermano. Ruben baja la cabeza y recoge una de las pulseras que pertencen a Miguel.
Si se tendría que disculpar, ahora sabría cómo acercarse a él.
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Deaf|| Rubelangel
FanfictionCuando en verdad caes enamorado, hasta el mínimo defecto de esa persona es borrado por tus ojos y corazón. Y eso es lo que le pasó a Ruben cuando conoció a Miguel. Y aunque ambos no podían comunicarse, encontraron una forma de hacerlo.