Seventy Six.

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Ruben se coloca el cinturón y puedo sentir la tensión en el auto que los escalofríos le ganaban. Por el otro lado el padre de Miguel coloca las manos en el timón y arranca el auto tarareando una canción, Ruben no sabe qué hacer y sólo mira hacia la ventana tratando de evitar cualquier tipo de contacto visual con Andrew.

El viaje se perjudica por la lluvia, y el tráfico. El castaño tenía planeado abrir la puerta, y salir corriendo de allí, pero recordó que su madre lo mataría si lo veía con la ropa mojada. Así que sólo trata de actuar natural, y juega con sus manos algo nervioso.

—Condones—Ruben se gira a verlo, y Andrew le devuelve la mirada. Están en luz roja, y eso sería una charla.

—¿Condones?

—Tendrás que usar condones.

—¿Está diciendo que..

—Sí, Ruben. Te estoy diciendo que debes usar protección—dice y agrega luego de un silencio—No permitiré que hagas eso con mi hijo, pero si se da el caso.. por favor, ten unos cuantos en tu bolsillo. Ser precavida es mejor que lamentar.

—Con todo respeto, Andre..

—Señor Rogel—interrumpe, y el ojiverde se siente intimidado.

—Señor Rogel, no tiene de qué preocuparse.. no saldrá embarazado o algo así.

—Claro que no, pero tú nunca sabes que enfermedades puedes transmitir—avanza detrás de algunos autos, y la lluvia cae con fuerza en la ventana.—Pero me gustaría hacerte una prueba del VIH mañana, Ruben.

El nombrado muerde su labio tratando de aguantarse las palabras. ¿Acaso este hombre estaba tratando de decir que tiene aquella enfermedad?, pensó. Andrew exageraba todo, absolutamente todo.

—Lo lamento, pero no iré a ningún lado con usted.

—¿Se puede saber por qué?—dobla una esquina, y se adentran al vecindario de Ruben.

—No iré y punto. Usted está tratando de decir que he tenido muchas relaciones sexuales, y eso no es cierto. ¡Sigo siendo virgen!—exclama de brazos cruzados y molesto.

—Ruben, escucha. El VIH no se transmite sólo por eso, puede ser por una herida, un beso o hasta cuando el doctor se descuida y no desinfecta muy bien las herramientas que utiliza. Sólo quiero ser precavido, y lo haré quieras o no.—para el choche, y Ruben se suelta el cinturón.

—No iré, Señor Rogel.

Andrew suspira, y deja que Ruben salga del auto. Lo observa tocar el timbre, y una mujer de cabellos castaños largos lo regaña por el clima y lo deja pasar, la puerta se cierra y el padre de Miguel suspira.

Si en verdad su hijo lo amaba tanto como su esposa y él mismo dicen, le daría una oportunidad a Ruben, claro no sin antes hacerse la dichosa prueba


Deaf|| RubelangelDonde viven las historias. Descúbrelo ahora