Desde que salía con Daniel, Josué había decidido aplicarme la ley del hielo. Eso comenzaba a ser incomodo, pues desde que nuestra pequeña hermana ocupaba mi habitación, yo compartía su departamento. Igual yo tampoco había intentado hablar con él, la razón probablemente sea, que aun recordaba cómo me había besado confundiéndome con alguien más y eso me tenía molesta. Aunque mi enfado era mucho menos del que había sentido en un inicio.
-Tu cabello es hermoso- dijo Dany sacándome de mis pensamientos, mientras cepillaba mi melena.
Sara había salido a pasear con el padre de Alexis, por lo que estábamos en mi habitación. Mi madre y Alexis estaban viendo televisión en la sala, así que no estábamos completamente solos, y eso me tranquilizaba.
-Debes pensar eso porque hay muy pocas personas con el cabello rubio- explique quitándole importancia a su halago.
-No es solo el color. Es largo, brillante y suave, ¿Qué usas para tenerlo así?- mientras decía eso, frotaba su rostro con uno de mis mechones.
-¿Desde cuando tienes un fetiche por el cabello?- pregunte, tratando de contener mi risa.
-Desde que mi novia tiene el mejor de la ciudad- grito con orgullo. Y yo me reí.
Habían pasado varios días desde que empezamos a salir. Me divertía bastante y la pasaba bien a su lado, algo que no creí que pasaría. Solo había algo que me preocupaba: no había pasado nada entre nosotros, ni siquiera un beso. Aunque no deseaba hacerlo, ¿Qué pasaría si se aburre? Si decidía terminar conmigo, entonces el plan quedaría arruinado.
Me encontraba sentada entre sus piernas por lo que solo hacía falta girar mi rostro para encontrarme con el suyo. Lo había decidido.
Bien, solo debía girarme y besarlo. No era tan difícil. Girarme y besarlo, girarme y besarlo.
-Hey- me llamo Daniel y yo me gire. Estaba preparada para ello. Era solo un beso. ¿Por qué me asustaba tanto?
Mire el rostro de Dany. Estaba más cerca de lo que pensaba. Note como mi corazón se aceleraba. Estaba nerviosa. Todo quedo en silencio.
Pasaron unos segundos, que me parecieron eternos. Tiempo que aproveche para mirar sus ojos. Eran hermosos.
Dany froto mi cabeza como si fuera un perro, dejándome el cabello desastroso. Me di cuenta que había cerrado mis ojos, preparándome para el beso que no llego.
-Pareces una bruja- se burló de mí, levantándose del suelo donde estábamos sentados.
-¿Y de quien crees que es la culpa?- tome una almohada y la lance a su rostro. Sonreí victoriosa cuando esta impacto en su objetivo.
-Que gran puntería- me felicito lanzándome la almohada de vuelta- Ya tengo que irme. Nos vemos mañana- al decir esto, salió de mi habitación sin nada más.
Escuche como bajaba las escaleras, se despedía de mi madre y cerraba la puerta principal detrás de él. No me relaje hasta que deje de escuchar su motocicleta. Fue entonces cuando me deje caer en el piso. Su manera de irse me molesto. Casi parecía que estaba escapando. ¿No deseaba besarme?
No esperaba un beso. La única razón por la que iba a hacerlo era por el bien del plan. Solo eso. Sin embargo...
-¿Porque pareces decepcionada?- pregunto Alexis desde la puerta.
-Deja de meterte en mis pensamientos- le ordene mientras me levantaba del suelo y me sentaba en la cama- ¿Estabas espiando o algo así?
-Solo un poco- admitió entrando a la habitación y sentándose en la silla del escritorio- ¿No es hora ya de irlo besando? Actúas como una niña de primaria.
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Corazon de hielo
RomanceLucy nunca se ha enamorado y tampoco está interesada. Ella tiene la mala costumbre de observar y deducir el comportamiento de las personas y está convencida de que todos los hombres solo buscan una cosa: Sexo. ¿Hasta donde será capaz de llegar con t...