Capitulo 30

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-¡Demonios!- grite lanzando el teléfono contra la pared y tomándome de los cabellos.

No contestaban. Les había llamado incontables veces, tanto a Lucy como a Josué y ninguno me atendía. ¿Estaban así de molestos? O quizás se habían quedado dormidos. Por alguna razón dudaba que fuera eso último.

¿Qué había querido decir Josué con eso? ¿Iba a luchar por Lucinda? Conocía lo suficientemente bien a mi amigo como para saber lo sencillo que sería para el quitármela. En primer lugar: ¿Existía alguien capaz de resistírsele?

-Joven, ¿Se encuentra bien?- pregunto una enfermera, mirándome con preocupación.

De pronto, recordé que me encontraba en un hospital y que no estaba solo. Levante la cabeza solo para mirar a una multitud mirándome "disimuladamente". Por ahí alcance a escuchar como susurraban el que seguramente algún familiar habría fallecido.

-Estoy bien- dije levantándome de la banca en donde estaba sentado y recogiendo mi teléfono. Por suerte no estaba roto, pero se había desarmado. Una vez coloque la pila en su lugar, lo encendí y volví a llamar.

Nada. ¿Qué estaban haciendo como para evitar contestarme las llamadas?

Mi imaginación comenzó a volar, y eso solo me exasperaba más. Quería salir corriendo de ese maldito hospital solo para ir a asegurarme de que Lucy seguía dormida en casa, sola y completamente vestida.

-¿Está todo bien Dany?- pregunto una voz conocida. Me gire rápidamente.

Cinthia me miraba con preocupación. Su rostro había recuperado un poco el color después del tratamiento y sus mejillas regresaban a ser rosadas. Me di cuenta que había teñido su cabello de castaño a rubio. Un color que no le quedaba mal, pero si lo comparamos al rubio natural de Lucy, era grande la diferencia.

-No pasa nada- Me apresure a decir, guardando el celular en el bolsillo- ¿Ha dicho el doctor que puedes ir a casa?

Ella me miro con timidez. De seguro se estaba escapando. Su aversión a los hospitales no había cambiado.

-Solo fue un dolor de estómago. Ya estoy bien y quiero descansar en casa- Explico comenzando a caminar hacia la salida.

No tenía caso discutir con ella para que permaneciera en la cama. Sería más fácil mover un tráiler con solo una mano, que hacerla cambiar de opinión. En eso nos parecíamos mucho.

Camine detrás de ella y salimos del hospital. Lo único que debía hacer era llevarla a casa y después de eso, iría corriendo con Lucy.

***

-¿Qué hora es?- pregunte apenas mire a Cinthia. Acababa de despertar y estaba un poco desorientado.

-Pronto serán las ocho de la mañana- contesto, ofreciéndome una taza de café.

La tome y le di un sorbo. Casi escupo el líquido cuando me di cuenta... ¡Me había quedado dormido! Me levante en busca de mis cosas y lo primero que encontré fue mi teléfono. Tenía 4 llamadas perdidas, 1 de un compañero de clase y 3 de Josué.

-¡Maldición!- dije en un susurro cuando sentí el celular vibrar. Josué me estaba llamando. Conteste mientras me ponía los zapatos con una mano y con la otra trataba de colocarme la camisa. Una hazaña difícil- ¿Bueno?

-Parece que te divertiste ¿Fue una buena noche?- pregunto Josué con enojo. Por un momento no supe de que estaba hablando, hasta que caí en la cuenta de que estaba en casa de Cinthia, un lugar por donde Josué pasaba para ir desde su apartamento hacia la escuela. Seguro había visto mi auto estacionado en la entrada. Esto se iba a poner feo.

Corazon de hieloDonde viven las historias. Descúbrelo ahora