Sadness and Happiness/ Muke

S

El pequeño chico de cabellos azules llegó llorando al parque, algo bastante usual, pero no por eso menos alarmante.

—Michael, estas llorando —dijo preocupado el chico de ojos azules cuando vio al chico de suéter morado acercarse a él con sus ojos rojos.

—Eso... no es cierto —Michael trató de limpiar sus lágrimas apresuradamente con las mangas de su suéter color lila para no preocupar a su amigo.

Pero Luke no le creyó. Fue evidente por la forma en que pasó sus brazos por su cuello y lo estrechó contra su cuerpo. Michael no titubeó ningún momento y le correspondió el abrazo. Apoyó su rostro en el hueco de su cuello y el chico de ojos azules sintió como un par de lágrimas calientes mojaban sus hombros.

— ¿Por qué estas triste, lindo? —susurró el rubio con cariño mientras frotaba la espalda del chico y lo acercaba más a él.

—Ellos... ellos me lastimaron hoy, Luke —sollozó Michael duramente—. Me dijeron cosas feas y se rieron de mi cuando vieron que me dolía.

El chico de ojos verdes sollozó con mucha más fuerza al volver a revivir el recuerdo. Volvió a escuchar las palabras burlonas que sus compañeros de escuela le decían y la sensación de su piel al chocar contra los fríos casilleros cuando los chicos lo empujaron cruelmente contra ellos. Recordó el dolor y la angustia que sintió en esos momentos junto con la horrible sensación de estar ahogándose.

¿Por qué hacían esto? ¿Por qué lo maltrataban y lo insultaban continuamente? ¿Qué les había hecho Michael para que lo trataran de una forma tan terrible? El chico no entendía nada, y eso solo le daba ganas de llorar. Lo peor de todo, es que no era cuestión de solo un día, era cuestión de cada uno de ellos.

—No llores, bebé —susurró Luke en su oído—. No quiero verte triste, pequeño, no mereces estar triste.

— ¿Y por qué habría de ser feliz? ¿Acaso existe una razón para que lo esté?

—Todo lo que dicen ellos son mentiras. Todo lo que te gritan no tiene un asomo de verdad. Eres una persona maravillosa e increíble que merece todo el amor del mundo. Simplemente eres único —respondió Luke con ternura.

— ¿Eso crees tú? —Preguntó Michael con un ligero asomo de esperanza en la voz—. ¿Realmente lo haces?

—Lo creo totalmente, lindo —le confirmó el chico—. Eres una persona fantástica y no estás sólo.

Y el chico de cabello de colores decidió creerle.