Los humanos se cansaron de ser débiles y ordinarios.
¿Qué fue lo mejor que pudieron hacer?
Cambiar.
¿Pero qué es imposible alterar?
Un error.
Por eso existe Ginebra, por eso es una de otras tantas personas que siguen naciendo sin un don y por eso, t...
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Kia no mintió cuando dijo que a nadie de la OCD se le movería un pelo al eliminarla.
Al día siguiente de su expulsión no queda ni un solo rastro de ella. Ni en los entrenamientos, ni en el resto de la OCD. Even tampoco vuelve a mencionar su nombre. Idina y Sue, que eran sus alumnas, tampoco tienen idea de qué sucedió. Lo confirmo cuando, durante el almuerzo, vuelvo a preguntarles por ella. Y con un simple movimiento de cabeza está todo dicho. «No podemos hablar de esto. No aquí».
Pero Kia y yo pasamos gran parte de la noche juntando sus cosas y hablando. Haciendo planes. Resulta que ella es una gran estratega a la hora de hacer... básicamente cualquier cosa. Por eso la sacó tanto de sus cabales que el señor Hale la descubriera, porque ella estaba segura de que nada podía salirle mal. Pero estaba tan segura que al final se equivocó, y ahora está fuera de la OCD.
No volvió a hacer ninguna alusión a Imprudencia. Ni directa ni indirectamente. Y yo tampoco insistí. Me limité a hablar de lo que ella estaba dispuesta a hablar, a aceptar lo poco que soltaba, aflojando por fin ante mí. Se ve que esto de perder su puesto la puso tan sensible que incluso me dio las gracias, casi como si hubiésemos entablado algún tipo de amistad.
He aquí lo que sé ahora. Con respecto a Even, no es tan de fiar como parecía en un primer momento. Está tramando algo, cosa que quedó más que en evidencia, y no podría asegurar que sea a mi favor, sino incluso al contrario. Y cuando alguien, sea quien sea, no está jugando para ayudarte, lo mejor que puedes hacer es perderle todo tipo de consideración. Eso y mantenerlo tan cerca como te sea posible, solo para controlarlo.
Rosé no cae muy lejos de esa misma línea. Ella tampoco dejó razones para considerar que fuese buena. O, al menos, que no formase parte del mismo clan que Even. Lo que solo me deja asumir, por descarte, que Edgar debe estar en parte informado y en parte, desconoce de sus planes. Es fácil deducirlo porque aquel día, en el laboratorio, no fingió para que me quede allí, como debería haber sido parte del plan, sino que me permitió venir al Regimiento y salvarme de quién sabe qué. Kristen Hale sigue ese mismo patrón. Estaba presente ese día, habría hecho algo, habría intervenido, si su objetivo hubiese sido el mismo.
Lo que me deja... confundida, cuanto menos, ahora que Jean y Even están cada vez más cerca. ¿Qué demonios hablarán entre ellos? ¿O será que empiezo a estar paranoica?
—Te veo ciertamente más afligida que de costumbre, y no voy a negarlo, Genocidio, empiezo a preocuparme.
Frente a mí, en la mesa, Jean cruza ambas manos entre sí y apoya su cabeza sobre ellas. Sin que me haya dado cuenta, acabamos de quedarnos solos. Incluso Sawyer, quien se viene ahorrando un par de comentarios despectivos hacia mí desde que ingresamos, se fue. Y ni hablar de Sue, que ya está a un par de mesas de nosotros, hablando con otras tantas personas de las que probablemente ya es bastante amiga.
—Solo estoy pensando en un par de cosas —contesto, distraída.
Tampoco se me olvida todo lo que implica que Kia haya sido descubierta. Ahora son conscientes de que el señor Hale en la reunión no era realmente el señor Hale. Even lo sabe. Que hay alguien allá afuera con quien mantuvo una charla, y que ahora tiene todo tipo de información que él mismo sirvió en una bandeja de plata.