Capitulo 5

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Narra Mary.


Luego de insistir varias veces a la puerta se abrió, y allí apareció una persona de contextura baja, piel morena y ojos verdes los cuales contrastaban con su pelo castaño, la cual tenía aproximadamente unos 50 años por su aspecto físico.


- Hola, ¿qué tal señor? Mi nombre es Mary y estoy buscando a un hombre alto, de mucha edad y muy delgado con barba y bigote, Que estuvo hablando conmigo pero luego salió corriendo y entro hace unos minutos por esta misma puerta - Le describí la apariencia de este misterioso hombre y me miro desconcertado - ¿Sabe algo de él?


- Disculpe Mary pero acá no entró nadie y no conozco a ninguna persona como usted me la describe - luego de esta respuesta caí en un profundo mar de preguntas


Él, al verme con tanta depresión e indignación sobre el asunto, se asustó y de un golpe entró nuevamente a su hogar dejándome parada sin movimiento. Yo había visto con mis propios ojos a ese hombre que se metía en esa casa, aunque ahora empiezo a dudar que por el cansancio haya visto algo que no era y ahora pienso que seguirlo hasta allí no fue la mejor opción. Anocheció y emprendí el largo regreso hacia la mansión, porque sin darme cuenta, había recorrido más de 5 kilómetros. Estaba todo oscuro, tenia muchísimo miedo ya que en esa zona no había iluminación y nunca antes había venido por aquí por lo tanto no conocía a nadie, solo se escuchaba el ruido de las televisiones de las casas y algún que otro grito de los niños al jugar. Al llegar a mi casa volví a mi rutina.


- Hola hija, ¿Dónde has estado todo el día de hoy? - me preguntó mi padre muy curioso


- Nada pa - dije dándole un beso y sentándome a su lado - estuve en la casa de Olivia - le tuve que mentir, algo que no me hacía mucho gracia.


Olivia es mi mejor amiga del barrio.


- Está bien hija - dijo no muy convencido - ahora ve a tu cama y duerme hasta mañana, yo ya cené.


- Pero yo no cené papá! - dije un poco histérica por su forma de tratarme y en vez de irme a dormir como él me había dicho, hice lo que quería y me recosté en el sillón a pensar en todo.


Estando allí fue cuando oí algo muy impactante, me levante y me dirigí hacia donde venia ese sonido, y ahí fue cuando vi algo que no podía creer con mis propios ojos, allí estaba mi padre, con una taza de café derramada sobre la mesa, con una carta en sus manos. Me pregunte qué estaba pasando, no tenia buen aspecto, de hecho por la forma de mirar la carta sabia que se trataba de algo malo. Me acerque lentamente a él, con mucha curiosidad y le pregunte:


- ¿Qué es lo que está sucediendo?


Pero no respondió, solo me tendió el papel de la carta para que la lea. Era una carta de documento con una demanda muy alta de la mucama exigiendo mucho dinero por no hacerse cargo del bebe, algo ilógico, pero por esta locura de la mucama era probable que perdamos la mansión. Otro problema más se sumaba a mi lista, pero al fin y al cabo decidí irme a acostar para finalizar este día tan agitado que había tenido. A la mañana siguiente me desperté muy temprano, tendí mi cama y baje a desayunar mi café con leche de todas las mañanas, y allí fue donde me encontré una carta debajo de la puerta que tenía una estampilla de la oficina postal, la tome sorprendida y en la parte delantera tenía una descripción que decía "Para Mary", la abrí sorprendida, nunca nadie me había mandado una carta, y dentro de esta encontré una nota, con letra desprolija y apurada, sin más la leí:


"Quizá te parezca extraña esta carta, y no le encuentres sentido alguno pero lo hago para pedirte disculpas por los imprevistos que tuve el día pasado, no quería dejarte sola allí en medio de la plaza, ni mucho menos quería despedirme como lo hicimos. No puedo hablar demasiado ni decirte donde estoy, solo te pido que tengas calma que pronto, si dios quiere nos volveremos a ver y allí te podre contar muchas de las cosas que pasan. No muestres a nadie esta carta e intenta esconderla lo mejor posible. Con cariño, Jason".


- ¿El día pasado? ¿Cuándo me habrá mandado esta carta? - me pregunté muy curiosa. Tenía demasiadas dudas, no sabía que me estaba pasando, no entendía nada, nada tenía sentido. Sentía un gran cambio en mi interior, como si estuviera pasando a ser otra persona, sentía inseguridad, sentía tristeza y alegría a la vez por aquella extraña carta que había llegado aunque, pensándolo bien, directamente no sabía lo que sentía por Jason, era algo único, como una mezcla de amor con curiosidad y miedo, no estaba del todo segura por mis sentimientos y tampoco quería darlos a conocer tan rápido. Sabía que él era de una clase social menor pero extrañamente no me importaba, simplemente quería al menos 5 minutos con él para aclarar dudas sobre mis sentimientos, no puedo mantener la calma como él me pidió, necesito saber qué es lo que estaba pasando. Cabe destacar que siempre fui una chica cerrada en cuanto a sentimientos, solo yo puedo saber qué me pasa y lo que siento, aunque ahora, estoy casi segura que cualquiera que me conozca un poco, sabría qué me pasa algo distinto con una simple mirada, pero ese no es el caso ahora, lo importante ahora es pensar que hacer para acercarme a Jason y allí fue cuando se me ocurrió ir a la oficina postal de dónde provino la carta para averiguar cuando se había mandado la carta y quien la había llevado hasta allí, para corroborar si tenían datos de Jason, pero sin mostrar la carta e intentando seguir lo que él me había pedido en ella. Me vestí para salir, elegí una simple remera color turquesa y mi short favorito color negro, baje corriendo las escaleras y allí fue cuando mi padre me llamo, y me hizo sentar en la mesa junto a él para discutir algunos temas.


- Mary, ¿Qué te está pasando últimamente? Te noto extraña, Sales mucho de la mansión y no estás en todo el día – Me dijo con una voz preocupante.


- Nada - le respondí cortante y con apuros - estoy saliendo mucho más seguido con mis amigas, acaso ¿te parece mal eso?


- Mientes, hable con los padres de Olivia y las otras chicas y me dijeron que tu no salías con ellas - me respondió con un tono elevado - Deberías decirme la verdad hija, sabes que puedes confiar en mí para lo que sea, y no te pido que me lo digas ahora, solo tomate tu tiempo y piénsalo puedo ayudarte siempre.


No di más vueltas y salí rumbo a la oficina postal para averiguar de que se trataba todo este asunto de Jason y su carta.


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