Cada vez nos quedaba menos para desalojar la casa de mamá. Entregué en la mañana varios libros a la biblioteca de la comuna y regalé varios muebles a personas necesitadas. Como imaginé entre libros encontré mis papeles de adopción. Mi nombre real si era Almendra, al menos algo si era verdadero en mí. Mis padres tenían los nombres de Antonia Martínez y Maximiliano Bustamante. Tomé la decisión de buscarlos pero no ahora, tenía volver a Corea los próximos días y me deparaba la gira de los chicos, en estos momentos tenía que enforcarme en eso y nada más. El duelo por mamá sería duradero pero tendría que lidiar con ello, en Corea los chicos eran mi familia y en Chile lo eran Alejandra y Joaquín.
Desde que Suga y yo nos besamos la conexión entre nosotros aumentó, ahora era más consciente de sus movimientos y podía notar que él de los míos. Sé que le romperé el corazón – y el mío – por darle esta falsa esperanza, pero como dije anteriormente prefiero tener a Suga en mi vida como mi amigo a que perderlo para siempre por romper mi contrato.
Era nuestra segunda noche en la casa de mamá, se sentía tan extraño dormir en su pieza, todavía tenía su olor y muchos recuerdos de ella venían a mi mente. Suga dormía junto a mí, de verdad amaba tenerlo a mi lado y despertar junto a él pero no todo lo bueno dura para siempre y en pocos días más tendría que decir adiós a ello.
Estaba durmiendo, cuando sentí que el colchón de la cama de hundía bajo un gran peso a mi lado derecho, Suga dormía a mi lado izquierdo así que no podía ser él. Sentí unas grandes manos alrededor de mi cuello. Abrí los ojos rápidamente y vi el rostro de un hombre, a pesar que estábamos de noche pude ver su cara y supe que era papá. Sus manos rodeaban fuertemente mi cuello sin dejarme respirar, sentía sus callosas y asquerosas manos tocándome una vez más pero conmigo con lograría lo que logró con mamá.
- Suga – intentaba hablar, pero sus manos eran tan poderosas alrededor mi cuello que fue inútil.
Luché con mis brazos, pero no servía de nada, ya me estaba mareando por la falta de aire y sentía que todo se volvía negro... papá iba a matarme.
Dejé de luchar, simplemente dejé que me matara.Sin embargo, repentinamente el aire volvió a mis pulmones de forma dolorosa, esas grandes manos abandonaron mi cuello y sentí que volví a la vida.
Abrí mis ojos y pude ver a Yoongi aventándose sobre papá, él era mucho más bajo que él, era casi imposible que alguien tan pequeño como Yoongi pudiera derribar un metro noventa de maldad, pero aún lo hizo.
A duras penas logré ponerme de pie y lo hice justo en el momento que papá golpeo a Yoongi.
Eso sí que no lo permitiría, papá podría golpearme a mí por años, pero no dejaría que pusiera sus manos otra vez sobre él. Me abalancé sobre papá como lo hice durante años cuando golpeaba a mamá y a pesar de que yo era muy pequeña el perdió el equilibrio por un momento. Corrí hacia Yoongi para ver como estaba, papá le había rotó el labio y le salía sangre. Vi a Suga abrir sus ojos como platos y supuse que lo que pasaba a mis espaldas no era nada bueno. Yoongi me rodeo con sus brazos y se puso delante de mí y fue cuando noté que papá iba a golpearnos con una silla de la habitación. No, no, no, esto si que provocaría daños en Suga y no podía dejar que pasara. Volví a girarme rápidamente para recibir todo el impacto pero no sentí nada.
- Joaquín – dijo Yoongi con voz entrecortada.
Joaquín había derribado a papá en el piso, él si era grande como para pelear par a par con él. Joaquín le dio varios golpes a papá hasta que logró desestabilizarlo.
- Alejandra – grité con desesperación. Ella no había apareciado en la escena todavía.
- Aquí estoy – dijo mientras prendía la luz de la habitación. El dormitorio de mamá se iluminó mostrando toda la escena. Papá tirado en piso, con sangre en su nariz y boca, volteé a ver a Suga y su herida, sus ojos seguían abiertos como plato pero logró gesticular un "estoy bien". Me paré del piso y me dirigí hacia papá, me senté a horcajadas sobre su pecho y tome el cuello de su camiseta.
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Strong ~ but weak for you ~ Terminada
FanfictionAlmendra Benavente es una joven diseñadora de vestuario, que a sus cortos 23 años ya tenía una marca establecida junto a su mejor amiga, Alejandra. Almendra trabajó duro durante toda su vida para estar donde estaba y las buenas noticias y el éxito...